CORRUPCION
El gobierno de Zdero apeló la cautelar que le ordenó asistir con agua y alimentos al pueblo Wichí
La gestión libertaria de la provincia del Chaco presentó la apelación contra la medida dictada por el juez Jorge Sinkovich que le ordenó asistir de inmediato con agua y alimentos al pueblo Wichí en El Impenetrable. Según la apelación del gobierno de Zdero, la presentación de la Defensora General Adjunta se basa en “meras declamaciones” y que el fallo “solo tiene una finalidad mediática”.
El gobierno del Chaco apeló la medida cautelar que le ordenó asistir de inmediato con agua y alimentos al pueblo Wichí en El Impenetrable, ante una presentación realizada por la defensora general adjunta, Gisela Gauna Wirz. Fue a pocos días de que el candidato impulsado por el gobernador Leandro Zdero se impusiera por amplio margen en las elecciones del Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACh), el órgano de representación de las comunidades indígenas del Chaco.

El IDACh es un organismo autárquico, creado por ley en mayo de 1987, y que tiene como misión la elaboración y gestión de políticas públicas destinadas a los pueblos Qom, Wichí y Moqoit. Más allá de su autarquía en los papeles, casi siempre ha sido cooptado por los oficialismos de turno y ha respondido más a las necesidades e intereses del Poder Ejecutivo que a las comunidades indígenas que dice representar. Es así que debió ser la defensora general adjunta de la provincia del Chaco, Gisela Gauna Wirz, la que impulsó la medida cautelar para asistir al pueblo Wichí, dada la desesperante situación que atraviesan los pueblos indígenas en general, y ese pueblo en particular.
La medida, dictada el 18 de marzo pasado por el titular del Juzgado Civil y Comercial Nº 6 de Resistencia, Jorge Sinkovich, le ordenó al gobierno provincial reforzar la asistencia con agua y alimentos a las comunidades indígenas asentadas en las localidades de Misión Nueva Pompeya, El Sauzalito, Fuerte Esperanza y poblaciones de parajes El Tartagal, Tres Pozos, Nueva Población, Pozo del Toba, Comandancia Frías; Fortín Belgrano y todas aquellas ubicadas en el Departamento General Güemes.
La decisión del juez Sinkovich, en rigor, consiste en la ampliación al pueblo Wichí de la cautelar dictada en el año 2007 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación que sólo incluía al pueblo Qom, tras una presentación del entonces Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, quién había denunciado un “genocidio silencioso” durante el gobierno del radical Roy Abelardo Nikisch, hoy intendente de Resistencia. Aquella gestión desencadenó una serie de protestas de las comunidades indígenas en toda la provincia, que incluyó la toma de uno de los pisos de la Casa de Gobierno.
Cabe informar que en esta causa, además de la Defensoría General Adjunta que impulsa la medida, interviene en calidad de amigos del tribunal el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la la Defensoría General de la Nación, a través del programa Diversidad Cultural.
La apelación del gobierno de Zdero: “Solo tiene una finalidad mediática”
Según la apelación de la Fiscalía de Estado del Chaco, a la que tuvo acceso LITIGIO, la presentación de la defensora general adjunta se basa en planteos “abstractos” y que “no acredita ni someramente o mediante una presentación seria que respalde o justifique tal petición, la falta de asistencia en esas áreas, ni contrarresta con prueba alguna en contrario o contradice los informes presentados al respecto”.
En ese sentido, desde el gobierno de Zdero aseguraron que el escrito se sustenta en “meras declamaciones” de derechos de carácter humanitario “sin aportar elementos serios y/o concretos que permitan demostrar la necesidad de la medida decretada contra el estado (sic)”.
Para el Ejecutivo, la defensora general no contradijo “las medidas que positivamente se vienen llevando a cabo por la Provincia en la zona informadas en la causa”. Es decir, el gobierno de Zdero consideró que la Gauna Wirz no “valoró” lo que viene realizando, a pesar de advertir que las acciones son insuficientes dada la situación acuciante que atraviesan las comunidades.
La Fiscalía de Estado cuestionó que el juez Sinkovich en forma “subjetiva y voluntaristamente se inclina y meritúa las afirmaciones de la defensora oficial por sobre los informes detallados adjuntados, sin dar mayores razones de porque (sic) una versión tendría más valor que la otra, lo que descalifica el decisorio por arbitrario”.
En ese contexto, desde el gobierno provincial también criticaron la intervención del magistrado que monitorea el cumplimiento de la medida cautelar dictada por la Corte Suprema en 2007. Al respecto, señalaron que “por un lado ‘monitorea’ en forma pacífica y no controvertida el cumplimiento de las sentencias de las causas aludidas, y por otro se despacha con una sorpresiva innovativa, respecto de áreas que él mismo sabe, por el tenor de las audiencias, están siendo asistidas”.
Pero la apelación del gobierno de Zdero fue más allá y demostró una vez más su paranoia y que adolece de la virtud de la tolerancia al disenso democrático al considerar que la medida judicial fue dictada “con un claro fin efectista y/o publicitario”. Además, consideró que resulta “en los hechos redundante, sobreabundante, innecesaria por cuanto y sin que existiera pronunciamento judicial que así lo dispusiere, la Provincia viene ejecutando las acciones puntualizadas en las zonas mencionadas, lo que se encuentra sobradamente acreditado y expuesto, por lo que la medida decretada solo tiene una finalidad mediática y se encuentra, si se quiere cumplida resultando ‘abstracta’ la materia que se ventila”.
La apelación de la Fiscalía de Estado lleva la firma de la abogada Verónica Sudar Klappenbach y es patrocinada por el fiscal de Estado subrogante, Matías Kuray, hijo de la actual presidenta del Superior Tribunal de Justicia del Chaco, Emilia Valle.
CORRUPCION
HUMILLAR PARA DISCIPLINAR
En el Chaco hay escenas que no deberían existir en una democracia. Y, sin embargo, se repiten —cada vez con menos pudor— como si fueran parte del paisaje. Dos abogadas del fuero provincial fueron al Servicio Penitenciario Provincial a entrevistar a sus asistidos. No iban “a ver qué pasaba”. Iban con autorización judicial expresa, con una orden vigente y debidamente notificada. Aun así, las dejaron más de una hora y media a la intemperie, bajo el sol, sin permitirles el ingreso. La entrevista no se concretó.
No es un episodio menor. No es “una demora”. No es “un malentendido”. Es un método: humillar para disciplinar.
Porque cuando el Estado frena una entrevista autorizada, lo que está haciendo no es “poner orden”: está enviando un mensaje. Y el mensaje es simple, brutal y peligrosísimo: la defensa entra cuando nosotros queremos; la orden judicial vale si nosotros queremos; los derechos valen si nosotros queremos.
La trampa del “privilegio”
Cada vez que un abogado reclama condiciones mínimas de trabajo en un contexto de privación de libertad, aparece el coro previsible: “¿Qué privilegio reclaman?”.
Hay que decirlo con claridad: no es privilegio. Es garantía. Es una garantía para el desempeño profesional, y, por esa vía, una garantía para el ciudadano, para el imputado, para la víctima y para el propio sistema de justicia.
Nuestra ley procesal provincial reconoce que en el ejercicio profesional los abogados deben ser tratados con el respeto y consideración que se guarda a los magistrados. No para elevarnos a un pedestal, sino para impedir lo que está pasando: que el operador de turno, el funcionario de guardia o la lógica del castigo social decidan cuándo la defensa puede ejercer y cuándo no.
Si el abogado defensor puede ser humillado, demorado, hostigado o “castigado” por insistir en una orden judicial, entonces el derecho de defensa se transforma en un decorado. Se mantiene la forma —para la foto—, pero se vacía el contenido.
Y cuando la defensa es decorativa, la democracia también.
La defensa penal no es un enemigo
En paralelo al destrato institucional, crece un clima social que no es espontáneo. Se alimenta. Se produce. Se reproduce. En redes sociales se denosta a la defensa penal como si fuese una actividad vergonzante. Se confunde deliberadamente al defensor con el defendido. Y algunos discursos —incluso mediáticos— deslizan o afirman que quien defiende “encubre”.
Eso no es ignorancia: es una operación cultural que debilita el Estado de Derecho.
El defensor penal no está para “caer simpático”. Está para hacer lo que muchas veces nadie quiere escuchar: que el Estado debe probar, que debe investigar con reglas, que no puede “arreglar” con atajos, que la detención no puede ser un castigo anticipado, que la dignidad humana no se suspende por una imputación.
Defender no es justificar.
Defender es exigir legalidad.
Defender es poner límites.
Defender es recordar que el poder punitivo también debe rendir cuentas.
Cuando se instala la idea de que el abogado defensor es un “encubridor”, lo que se busca es otra cosa: habilitar el hostigamiento. Volver aceptable que se lo persiga, se lo amenace, se lo escupa simbólicamente hasta que un día el escupitajo sea literal. Y en causas de alta exposición —como lo vimos en el caso Sena— ese linchamiento mediático y material ya estuvo demasiado cerca de convertirse en tragedia.
No es exageración. Es experiencia.
El espectáculo de la vulnerabilidad
A este clima se suma algo todavía más degradante: la circulación de imágenes de personas detenidas —y, en particular, de un colega abogado— exhibidas en estado de vulnerabilidad, tratadas como objeto de consumo público. Como si la humillación fuese entretenimiento. Como si el dolor ajeno fuese un contenido más.
Esa lógica de zoológico humano no es “información”. Es castigo. Es escarmiento. Es pedagogía del miedo.
Y lo más grave: el escarmiento siempre necesita un nuevo cuerpo. Hoy es uno. Mañana es otro. Pasado, cualquiera.
“Hoy van contra ellos”.
La pregunta que duele
Hoy se señala a ciertos nombres, se los usa como símbolo de la época, se los expone, se los estigmatiza: Osuna, Gabriela Tomljenovic, Olga Mongeloz, Galassi. No importa aquí qué opinión tenga cada quien sobre cada caso. El punto es otro, y es institucional: si aceptamos que se castigue a la defensa por trabajar, mañana no habrá defensa posible para nadie.
¿De verdad vamos a naturalizar la “prisión por trabajar”?
¿Vamos a tolerar que un abogado sea tratado como sospechoso por ejercer su tarea?
¿Vamos a permitir que las órdenes judiciales se cumplan según el humor de un mostrador?
La democracia no se rompe de golpe: se desgasta. Se “acostumbra”. Se vuelve indiferente. Y un día, cuando alguien necesite que la ley lo proteja, descubre que la ley ya no está: quedó convertida en trámite, en papel, en relato.
Lo que juramos
Nos formamos durante años para defender derechos. Años de facultad, de estudio, de práctica, de errores y aprendizaje. Y el día de la matrícula, juramos algo que no es una frase decorativa: cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Yo no lucho por una bandera corporativa.
Lucho, todos los días, por la calidad democrática y por el respeto a los derechos de todos los ciudadanos sin importar su condición. Lucho porque sé —como sabemos tantos— lo fácil que es perder el piso institucional cuando la sociedad aplaude el castigo y el Estado se acostumbra a no rendir cuentas.
Y por eso lo digo con toda la fuerza que exige este tiempo: no quiero que esto se vuelva costumbre en mi provincia.
Unidad, sí. Silencio, no.
La abogacía tiene que estar más unida que nunca. No para encubrir nada. Para defender lo elemental: que el ejercicio profesional no sea un deporte de riesgo; que el acceso a la defensa no dependa de humillaciones; que el respeto no sea un premio; que el derecho no sea un favor.
Unidad para decir basta cuando se obstaculiza una entrevista autorizada.
Unidad para repudiar el show de la vulnerabilidad humana.
Unidad para explicar —una y mil veces— que la defensa penal no es el problema: es una de las últimas barreras contra el abuso.
Porque lo que hoy se presenta como “mano dura” contra la defensa, mañana será mano dura contra cualquiera que incomode: periodistas, docentes, militantes, familias, ciudadanos comunes. La arbitrariedad no tiene ideología cuando se vuelve costumbre; solo tiene hambre.
Un límite civilizatorio
En un Estado de Derecho hay algo que no se negocia: la dignidad. La del detenido y la del defensor. La del imputado y la de la víctima. La del que cae bien y la del que cae mal. Si la dignidad se convierte en un bien selectivo, entonces ya no hablamos de justicia: hablamos de revancha.
El Chaco no necesita más escarnio. Necesita instituciones que funcionen, órdenes judiciales que se cumplan, y un sistema penal que no sea un teatro de castigo público.
Si hoy humillan para disciplinar, la respuesta no puede ser el silencio.
La respuesta debe ser un límite.
Porque cuando la defensa cae, cae con ella una palabra que todavía nos sostiene: República.
Por Celeste Segovia
*La autora es Abogada –Escribana- Magister en Derecho Penal, especialista en Derecho de Familia-Profesora Universitaria en Ciencias Jurídicas -Resistencia, Chaco.
CORRUPCION
Más purgas del gobierno de Zdero: echan a una trabajadora de Salud por ser concejala
Se trata de Soledad Bonilla, quién se desempeñó durante 10 años como contratada en el Ministerio de Salud del Chaco. Además, es concejala de la localidad de Hermoso Campo por el partido Frente Grande.
El partido Frente Grande del Chaco denunció que el despido de una trabajadora del Ministerio de Salud provincial, quién a su vez se desempeñaba como concejala en la localidad de Hermoso Campo, se dio en el marco de un acto de “persecución política” iniciada a partir de la asunción del gobierno de Leandro Zdero.
El partido reveló que Bonilla es trabajadora de Salud Pública en Hermoso Campo. Se desempeñaba como enfermera en el Hospital Arsenio Zeno. Desde hace 10 años es contratada del Ministerio de Salud y se desempeña “con aplicación y compromiso con su pueblo y su zona de influencia”.
En las PASO 2023, Bonilla integró las listas del Frente Grande en Hermoso Campo compitiendo dentro del Frente Chaqueño. Ingresó por la minoría en las listas y fue electa Concejala acompañando al actual Intendente.
Tras la asunción de Zdero, Bonilla fue objeto de múltiples persecuciones, entre ellas el traslado a una zona alejada de Hermoso Campo, que la ponía en problemas para criar a sus hijos y desempeñarse como Concejala.
“Soledad no se rindió a la persecución, aunque ambos ingresos no le permiten superar una canasta básica. Se mantuvo en su trabajo, se desempeñó como Concejala y sus ideas en alto”, destacaron desde el Frente Grande.
“Sin embargo, -advirtieron-, el gobierno provincial, como su líder nacional Milei, no soporta las diferencias y cree que es dueño del Estado. Por eso la despidió. Repudiamos a Zdero y su gobierno de persecución. Nos solidarizamos con Soledad Bonilla y exigimos su reincorporación”.
CORRUPCION
Coimas en Andis: una exfuncionaria hablaba de “karinear” el 3 por ciento
Ornella Calvete, hija del presunto recaudador de las coimas, fue citada a indagatoria.
Una exfuncionaria del Ministerio de Economía implicada en el escándalo de corrupción en la Andis bromeaba con “karinear” las comisiones que presuntamente obtenían con las coimas.
Se trata de Ornella Calvete, ex directora de Desarrollo Regional y Sectorial de la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía e hija de Miguel Calvete, señalado por la justicia federal como el recaudador de las coimas de la Andis.
Ornella renunció a su cargo cuando salió a la luz que la Justicia allanó su casa y le encontró 700.000 dólares. La mujer está en pareja con Javier Cardini, que también trabajaba en Economía como subsecretario de Gestión Productiva y tuvo que renunciar por la investigación de las coimas.
Renunció una funcionaria de Caputo después que le encontraron 700 mil dólares: “Digo que me lo prestaron”
Entre los celulares secuestrados por la Justicia se detectó un audio de Ornella en la que le habla a su padre y se supone que lo apura con el reparto de dinero.
“Escuchame Pedro si no me atendés me quedo el 3%, no me hagas Karinearte la comisión”, dice en una obvia referencia a los dichos de Diego Spagnuolo sobre el porcentaje de las coimas que debía ir para Karina Milei.
Según consta en la causa, Ornella se refiere a su padre Miguel como “Pedro” porque él le había recomendado evitar su nombre para que no quede pegado. En otras conversaciones que ya habían surgido en la causa, Calvete hablaba del “3% para KM”.
Este jueves el juez Sebastián Casanello citó a indagatoria a Ornella para el próximo 19 de diciembre.
El magistrado también citó a declaración indagatoria a Diego Martín D’Giano, que fue director de Prestaciones Médicas en la Andis, y a Patricia Canavesio y Julio César Viera, ambos identificados por el fiscal como gente de confianza de Calvete padre.
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