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El día que una erupción volcánica casi hace desaparecer a uno de los pueblos más paradisíacos de Oceanía

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La historia de una ciudad que resurgió entre cenizas y tragedias, enfrentando la amenaza constante de un volcán dormido bajo sus cimientos y la resiliencia de sus habitantes tras la devastación

La ciudad de Rabaul quedóLa ciudad de Rabaul quedó dividida tras la erupción volcánica de 1994, evidenciando la fuerza implacable de la naturaleza (ABC Science)

Rabaul, situada en la isla de Papúa Nueva Guinea, fue conocida durante décadas como la “perla del Pacífico”. Sin embargo, bajo sus tranquilas aguas y su aparente prosperidad, siempre existió una amenaza silenciosa. La historia del pueblo, marcada por dos devastadoras erupciones volcánicas en menos de 60 años, revela la lucha de una comunidad frente a una fuerza natural capaz de aniquilarlo todo en cuestión de horas.

La fundación de Rabaul enLa fundación de Rabaul en 1910 estuvo directamente ligada a la ubicación estratégica de Simpson Harbour (ABC Science)

Un paraíso fundado sobre fuego

La fundación de Rabaul en 1910 estuvo directamente ligada a la ubicación estratégica de Simpson Harbour, un profundo puerto natural que atrajo a comerciantes y administradores coloniales. Pronto, la ciudad se convirtió en un punto vital del Pacífico Sur, famosa por su puerto y sus prósperos negocios.

Pero, como advirtió un científico alemán poco después del establecimiento de la ciudad, debajo de Rabaul dormía una amenaza impredecible. “Es posible que la fuerza volcánica permanezca inactiva durante décadas o incluso siglos. Pero también es posible que se active de nuevo en cualquier momento; nada podría ser más impredecible”, señaló el experto.

Rabaul se asentó sobre el borde de una caldera colapsada y anegada por el mar, vestigio de una erupción prehistórica de magnitud colosal. Las montañas que rodean el puerto, como Tavurvur y Vulcan, no son simples colinas, sino los sub-ventiles de una gigantesca cámara magmática apenas sepultada bajo la ciudad.

En 1937, la advertencia se hizo realidad: Tavurvur y Vulcan entraron en erupción, causando la muerte de más de quinientas personas y destruyendo gran parte de la urbe. Rabaul fue reconstruida y floreció como centro económico, pero nadie olvidó las cicatrices del desastre.

Las ruinas de antiguos edificiosLas ruinas de antiguos edificios en Rabaul recuerdan la magnitud de la catástrofe y la resiliencia local (ABC Science)

El día en que el cielo se volvió ceniza

Casi medio siglo después de la tragedia, el destino volvió a poner a prueba a Rabaul. El 18 de septiembre de 1994, la ciudad de más de 17.000 habitantes vivía su rutina habitual. No había señales evidentes de amenaza, solo la inquietud de algunos temblores.

Albert Koni, entonces un joven aprendiz de carnicero, recuerda esa calma engañosa: “Podíamos sentir que algo estaba justo debajo de la superficie, subiendo”, explicó a ABC. Las aves enmudecieron, los temblores sacudieron palmas y arrastraron algas desde el fondo del puerto. Incertidumbre y miedo empezaron a crecer.

Los ancianos que recordaban 1937 sugirieron evacuar. El foco de esperanza era el Observatorio Vulcanológico de Rabaul (RVO, por sus siglas en inglés), fundado tras la catástrofe anterior. Ima Itikarai, actual subdirector del RVO, relató: “Los datos mostraban que iba a haber una erupción en algún momento, pero entre 1985 y 1994 no ocurrió nada y la gente se volvió complaciente”.

Cuando, en la noche del 18, los sismógrafos trazaron líneas frenéticas y el teléfono del observatorio no dejó de sonar, los científicos concluyeron que la erupción era inminente. A las 6:06 de la mañana del 19 de septiembre, Tavurvur explotó, seguida poco después por Vulcan.

“De repente, una enorme nube como una bomba nuclear se levantó”, relató Koni. Lo que siguió fue una sucesión de eventos que marcarían para siempre la memoria colectiva: un violento flujo de piroclastos descendió a velocidades vertiginosas, bloques de lava cayeron al puerto, y una densa nube gris ocultó el sol. La lluvia convirtió la ceniza en lodo, provocando el colapso de techos y sepultando casas. El observatorio luchó por seguir recopilando datos mientras sus propios científicos se turnaban para quitar ceniza del tejado y evitar la ruina total.

En solo cinco días, lo que alguna vez fue un bullicioso centro regional quedó reducido a ruinas y desolación: cuatro de cada cinco edificios se desplomaron o quedaron enterrados bajo metros de cenizas. Gracias a la evacuación, el número de fallecidos fue bajo. Aun así, la mayoría de las familias abandonó la ciudad para siempre.

Las cenizas y el lodoLas cenizas y el lodo sepultaron gran parte de la infraestructura de la ciudad tras la erupción (ABC Science)

De ciudad próspera a espectro dividido

Tras el desastre, el gobierno de Papúa Nueva Guinea optó por no reconstruir Rabaul en las zonas de mayor peligro: los restos fueron arrasados y los residentes trasladados. Simon Harbour, antiguo corazón económico, se transformó en una zona prohibida. Solo la parte más alejada de los volcanes fue repoblada con el paso de los años.

El recuerdo del desastre persiste en el paisaje y en las estrictas reglas urbanísticas que hoy rigen la región. Como explicó Koni, “Hoy diría que Rabaul tiene una población esqueleto”. Algunos han regresado a lo que consideran tierras ancestrales, aunque estas áreas están marcadas como no aptas para desarrollo.

La vida cotidiana se rearma con dificultad en esta dualidad: una mitad del antiguo pueblo es un campo yermo, mientras la otra muestra signos de actividad y esperanza. El turismo ha florecido sobre la tragedia, con cruceros que aprovechan las aguas profundas del puerto y visitantes que recorren las ruinas, guiados en ocasiones por el propio Koni, quien ahora lleva el apodo de “Sir Bertie, Lord of Many Volcanoes”.

El RVO sigue en su puesto, equipado con tecnología moderna que, pese a sus avances, reconoce sus limitaciones. “Las probabilidades de una erupción como la del 1994 ocurran de nuevo en Rabaul son del cien por ciento”, advirtió Itikarai. “Pero el problema es predecir cuándo”.

La memoria de la tragedia vive no solo en sus ruinas, sino en la vigilancia constante y precaria que los científicos mantienen sobre los 20 volcanes activos de Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, los recursos alcanzan para cubrir solo cinco de ellos. El techo del observatorio se ha venido abajo, corroído por ácidos de la ceniza, y los recortes amenazan su operatividad: “A veces nuestra financiación tampoco es buena”, lamentó Itikarai.

El volcán Tavurvur permanece activoEl volcán Tavurvur permanece activo como una amenaza constante sobre la región de Simpson Harbour (ABC Science)

Un futuro bajo la sombra de la incertidumbre

El verdadero peligro bajo Rabaul no son solo Tavurvur o Vulcan, sino el enorme volcán sumergido bajo Simpson Harbour. Cada varios miles de años, este monstruo despierta, liberando una energía capaz de igualar a erupciones colosales como la del Krakatoa en 1883. Estudios sugieren que la última gran explosión tuvo lugar hace unos 1.400 años, aunque los expertos advierten que “no se puede depender de un calendario fijo” para este tipo de catástrofes.

La historia, a fin de cuentas, es la de un pueblo forjado en la belleza y el peligro, obligado a reconstruirse —física y anímicamente— tras cada golpe de la naturaleza. Muchos de quienes volvieron lo hicieron por un sentido profundo de pertenencia y respeto a lo perdido. “Rabaul era el paraíso en la Tierra. Era un lugar así”, sentenció Koni, resignado pero orgulloso. La erupción de 1994 destruyó la ciudad de su infancia, pero le dio la vocación de contar su historia como guía, portador de la memoria viva y de la advertencia para las futuras generaciones.

La dualidad de Rabaul —entre la vida y la destrucción, la belleza y el peligro— sigue latente. Sus habitantes saben que el monstruo bajo sus pies nunca duerme del todo, y que vivir aquí es, siempre, un acto de fe y de resistencia.

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“No quiero reunirme con él”: Trump congela el diálogo con Mark Carney tras la polémica campaña canadiense contra los aranceles

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El presidente estadounidense aseguró que no planea reunirse “por un tiempo” con el primer ministro canadiense luego de que una campaña financiada por Ontario criticara su política arancelaria

Tras la reciente polémica en torno a un anuncio televisivo de Ontario que criticaba los aranceles estadounidenses, Donald Trump afirmó que no planea reunirse “por un tiempo” con el primer ministro canadiense Mark Carney, descartando así cualquier acercamiento inmediato para resolver las tensiones comerciales. La disputa se intensificó después de que Trump suspendiera las negociaciones sobre los aranceles la semana pasada, reacción que se generó cuando se emitió el anuncio durante las transmisiones estadounidenses de la Serie Mundial.

El presidente estadounidense, durante una conversación con periodistas a bordo del Air Force One, dejó clara su posición: “No quiero reunirme con él. No, no me reuniré con ellos por un tiempo. Estoy muy satisfecho con el acuerdo que tenemos ahora con Canadá. Vamos a dejarlo como está”, indicó Trump el lunes, según recogieron los medios. Esta negativa se produce a pesar de la insistencia de Carney en que ambas partes estaban cerca de un acuerdo para reducir los impuestos a los metales.

El sábado, Trump anunció que impondría un incremento del 10% a los aranceles de importación sobre productos procedentes de Canadá debido al aviso público, el cual utilizó fragmentos del ex presidente estadounidense Ronald Reagan haciendo críticas a los aranceles. Doug Ford, el primer ministro de Ontarioaccedió a dejar de emitir el anuncio después del fin de semana, pero ello no calmó la molestia de Trump, quien consideró que Carney debió actuar con mayor rapidez y retirar de inmediato la publicidad.

FOTO DE ARCHIVO: El presidenteFOTO DE ARCHIVO: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos, el 7 de octubre de 2025. (REUTERS/Evelyn Hockstein/Foto de archivo)

En declaraciones posteriores, Carney reconoció que desde la suspensión de las negociaciones no había mantenido comunicación directa con Trump. “Estamos listos para sentarnos cuando ellos estén listos para hacerlo”, aseguró el primer ministro canadiense, subrayando que había habido “un progreso considerable en las áreas de acero, aluminio y energía”, hasta el punto de estar intercambiando borradores de términos. Señaló el carácter exhaustivo y detallado de las discusiones anteriores, y sostuvo que, pese a la tensión política, su gobierno se mantendría predispuesto a retomar las conversaciones: “En cualquier negociación complicada y de alto riesgo, pueden surgir giros inesperados, y hay que mantener la calma en esas situaciones”, remarcó Carney.

Actualmente, Canadá afronta un arancel base del 35% impuesto por Estados Unidos; sin embargo, gracias a las exenciones del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), la mayoría de productos canadienses se ve excluida de dicha tasa. Estados Unidos añade a esto gravámenes sectoriales: los productos de acero y aluminio canadienses están afectados por un arancel del 50% sobre metales extranjeros, y los automóviles y camiones fabricados en Canadá solo acceden parcialmente a la exención del 25% que Washington aplica a la mayoría de los vehículos extranjeros.

Sobre la posible fecha de entrada en vigor del nuevo arancel anunciado, Trump dijo: “Ya veremos”, sin proporcionar detalles adicionales, algo que fue confirmado por Carney, quien manifestó que su gobierno tampoco había recibido información complementaria sobre la medida. Trump añadió que la financiación provincial y no federal del polémico anuncio no alteró su postura: “El primer ministro lo sabía, todos lo sabían”, sentenció el presidente estadounidense al explicar su respuesta a la situación.

(Con información de Bloomberg)

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Agricultores brasileños aumentan producción de soja mientras China deja de comprarle a Estados Unidos

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Los productores brasileños de soja reportan un alza en la demanda china, lo que llevó a incrementar la producción para la próxima cosecha y afianza el liderazgo de Brasil en el mercado asiático

El agricultor brasileño Andrey Rodrigues no planeaba aumentar la producción de soja para la cosecha del próximo año hasta hace un par de meses, pero ahora está más esperanzado. Lo que ha llevado a él y a sus compañeros agricultores brasileños a plantar más soja es la guerra comercial entre la administración de Trump y China, que ha dejado fuera a la soja estadounidense del enorme mercado chino.

China está buscando activamente a productores brasileños y las empresas comerciales locales que compran la soja de Rodrigues para venderla a China han difundido en los últimos dos meses que tomarán todo lo que puedan, dijo.

Aún está por verse cuánto comprará China a Brasil, pero el organismo de aduanas de China informó que no importó soja de Estados Unidos en septiembre. Es la primera vez que esto sucede desde noviembre de 2018, cuando el presidente Donald Trump lanzó su primera guerra comercial con China. Los granos brasileños ya representaban más del 70% de las importaciones de China el año pasado, mientras que la participación de Estados Unidos había caído al 21% incluso antes de que comenzara la disputa comercial actual, según datos del Banco Mundial.

Rodrigues, quien preside la asociación de agricultores de soja en el estado de Sao Paulo en Brasil, está aumentando la producción en su granja Morada do Sol en la ciudad de Santa Cruz do Rio Pardo.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China “abre una oportunidad para nosotros aquí”, declaró Rodrigues, mientras iniciaba el proceso altamente mecanizado en su granja en un reciente día soleado. “Necesitamos estar muy atentos en momentos como este. Intentar vender futuros para la próxima cosecha, aprovechar esta oportunidad ahora”.

Esperanza brasileña

La guerra comercial entre EstadosLa guerra comercial entre Estados Unidos y China impulsa el aumento de la producción de soja en Brasil. REUTERS/Amanda Perobelli

El gobierno de Brasil indicó que entre enero y agosto se exportaron 77 millones de toneladas métricas de soja a China. Eso representa la mayor parte de la cosecha de la primera temporada del país sudamericano.

Durante ese período, China importó 17 millones de toneladas métricas de Estados Unidos, según datos de aduanas de China.

A medida que comienza la cosecha de soja en Estados Unidos, no hay indicios de que China esté comprando a los estadounidenses.

El número de barcos de carga que transportan granos estadounidenses y atracan en un importante puerto de granos chino cayó un 56% entre enero y septiembre de este año en comparación con el mismo período del año anterior, o de 72 a 32, según una cuenta de redes sociales de la emisora estatal China Central Television. El número ha caído a cero desde julio.

En comparación, ese puerto recibió un promedio de más de 40 barcos de carga de países como Argentina, Brasil y Uruguay desde mayo, y el 90% de la carga era soja, según la publicación de la emisora estatal.

“China viene a nosotros por los precios. Siempre que tienen aranceles más altos en un país determinado, vienen a nosotros”, señaló Rodrigues.

China incrementa sus compras deChina incrementa sus compras de soja brasileña tras imponer aranceles a la soja estadounidense. REUTERS/Amanda Perobelli

La Asociación Estadounidense de la Soja sostuvo que los aranceles de represalia de China, además de otros impuestos, elevaron los aranceles generales sobre la soja estadounidense al 34% en 2025, lo que ha llevado el precio de la soja estadounidense muy por encima del de Brasil.

El Ministerio de Agricultura de Brasil aseguró en octubre que esperaba que la próxima cosecha de soja, la que Rodrigues está plantando ahora, aumentara un 3,6%, a casi 178 millones de toneladas métricas en comparación con la de este año. Ahora, los analistas del gobierno están revisando esas cifras ya que la demanda creciente de China no muestra signos de disminuir.

Pero Livio Ribeiro, socio de la consultora BRCG e investigador del centro de estudios y universidad Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro, aseveró que el interés chino en la soja brasileña en esta época del año es un movimiento a corto plazo.

“(China) está tomando represalias contra Estados Unidos y lo está haciendo con dos proveedores alternativos potenciales”, afirmó Ribeiro. Brasil tiene una ventaja sobre Argentina, porque Lula no está alineado ideológicamente con la administración Trump como lo está el presidente argentino Javier Milei, agregó.

“Occidente creía que Estados Unidos iba a poner de rodillas a China y que capitularían rápidamente”, expresó Ribeiro. “Creo que la gente entiende ahora que no es así, porque China tiene mucho más poder de negociación”.

Dolor estadounidense

El gobierno de Brasil prevéEl gobierno de Brasil prevé un crecimiento del 3,6% en la próxima cosecha de soja debido a la demanda china. REUTERS/Rodolfo Buhrer

Kevin Cox dijo desde su granja en Brazil, Indiana, que los agricultores estadounidenses deben centrarse en vender más soja a otros países como Corea del Sur y Filipinas mientras China no está comprando y continuar invirtiendo en desarrollar más usos para su cultivo en casa, como expandir la producción de biodiésel. Agregó que cuando viajó a China, los compradores allí le dijeron que encontrar el precio más bajo era su prioridad.

“China ha demostrado que no tiene problema en comprarlos en otro lugar”, manifestó Cox.

El temor es que algunos agricultores queden en la bancarrota por los altos costos y precios más bajos de los cultivos. Pero el agricultor de Minnesota Glen Groth no cree que eso suceda. Dijo que “perder el mercado chino no es del todo inesperado ni se ve como una catástrofe completa”.

“El clima cambia, la política cambia, y tienes que lidiar con eso”, destacó Groth. Apuntó que pudo vender su cosecha durante todo el año a precios similares a los del año pasado, con la mayor parte flotando por el río Mississippi a unos 16 kilómetros (unas 10 millas) de su granja.

“Reconocemos que vamos a ser un adversario en el peor de los casos con los chinos y en una relación contenciosa en el mejor de los casos con los chinos”, declaró Groth.

Poder político

Las exportaciones de soja deLas exportaciones de soja de Brasil a China alcanzan 77 millones de toneladas métricas entre enero y agosto. REUTERS/Rodolfo Buhrer

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva es un aliado del presidente chino Xi Jinping y ha impulsado que China compre más productos brasileños.

Pero muchos agricultores de soja como Rodrigues no se preocupan de que Lula se haya enfrentado a Trump. Atribuyen su éxito a su propio trabajo, no a la diplomacia brasileña que intenta expandir los mercados para sus productos.

Y aunque los agricultores están emocionados por el interés de China en un momento en que generalmente no están vendiendo, un funcionario del Ministerio de Industria y Comercio de Brasil advirtió que Beijing podría esperar antes de confirmar compras para la primera mitad de 2026, porque el precio es más alto ahora. Eso podría ser un incentivo para que Lula busque otros compradores asiáticos, indicó el funcionario, quien habló con The Associated Press bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para discutir el asunto públicamente.

Lula indicó el lunes que confiaba en que su país y Estados Unidos llegarían a un acuerdo comercial, diciendo que Trump prácticamente lo garantizó cuando se reunieron al margen de la cumbre de la ASEAN en Malasia el domingo. También se espera que el presidente estadounidense se reúna con Xi el jueves en Corea del Sur, la última parada de su viaje por Asia. Trump, a bordo del Air Force One el lunes mientras viajaba a Japón, dijo “nos sentimos bien” acerca de resolver las cosas con China.

Rodrigues, el agricultor brasileño, no quiere que la ideología sea parte del debate sobre los aranceles.

“(Los agricultores estadounidenses) están siendo perjudicados y tenemos una oportunidad temporal en Brasil. Pero pensemos más ampliamente. Crecer y hacerlo bien mientras otros están siendo perjudicados no es agradable. Necesita haber armonía”, expresó Rodrigues.

(AP)

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Sergio Ramírez ganó el Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa

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La consagración del autor nicaragüense en la VI edición del encuentro resalta el poder de la palabra como refugio y resistencia ante la adversidad política, en un certamen marcado por el homenaje a la libertad y la herencia hispánica

Sergio Ramírez ha ganado el Premio de la VI Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, dotado con 100.000 dólares, con la obra con la obra El caballo dorado.

El presidente del jurado, Juan Manuel Bonet, ha anunciado la novela ganadora en un acto celebrado la noche de este sábado en Cáceres, en el que también ha intervenido el ensayista Álvaro Vargas Llosa, hijo del premio nobel peruano; el director de la Cátedra Vargas LlosaRaúl Tola; y la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

Ramírez (Masatepe, 1942), político, abogado, periodista y narrador, ha manifestado que pertenece a una generación que “entendió que valía la pena dedicarse a escribir, como se dedicó Mario Vargas Llosa con disciplina, esfuerzo y constancia”, y “creyendo que la literatura es una verdadera razón de vida”.

Sergio Ramírez no se olvida de Nicaragua

El ganador también se ha referido a la situación política de su país, “con una dictadura peor que la de Somoza” y que “ha encadenado a mi país a un destino trágico”.

Y ha dedicado el premio a todos aquellos que como él viven en el exilio, “que junto conmigo ha sido despatriados y se nos han quitado la ciudadanía”.

El escritor nicaragüense dedica elEl escritor nicaragüense dedica el premio a los exiliados y denuncia la situación política de su país

“Yo tengo voz para representarlos a ellos y abrir un camino de esperanza”, ha señalado en el acto.

Minimosca (Gustavo Faverón, Perú), Bad hombre (Pola Oloixarac, Argentina), Castillos de fuego (Ignacio Martínez de Pisón, España), La península de las casas vacías (David Uclés, España) y Un silencio lleno de murmullos (Gioconda Belli, Nicaragua) eran las otras obras finalistas, cuyos autores también han estado presentes en la gala, que se ha articulado también como un homenaje a la figura del nobel, fallecido el pasado mes de abril.

Se quedaron fuera de la lista de finalistas, que se dio a conocer el pasado 29 de septiembre, nombres como el de la cubana Karla Suárez, con Objetos perdidos, y los españoles Andrés Trapiello, con su novela Me piden que regrese, y Manuel Rivas, con Detrás del cielo.

Graba su nombre junto grandes letras hispanas

El galardonado se ha unido a David Toscana (México), autor de El peso de vivir en la tierra, ganador en 2023; Juan Gabriel Vásquez (Colombia), con Volver la vista atrás, en 2021; Rodrigo Blanco Calderón (Venezuela), con The Night, en 2019; Carlos Franz (Chile), con Si te vieras con mis ojos, en 2016; y Juan Bonilla (España), con Prohibido entrar sin pantalones, premiado en 2014.

La gala en Cáceres rindeLa gala en Cáceres rinde homenaje a Mario Vargas Llosa y reúne a destacados autores hispanoamericanos

El jurado ha estado presidido por Juan Manuel Bonet, crítico y exdirector del Instituto Cervantes, y ha contado con la participación de Cristina Fuentes, directora del Hay FestivalValerie Miles, cofundadora de Granta en español; la ensayista Mercedes Monmany y Daniel Mordzinski, popularmente conocido como “el fotógrafo de los escritores”.

En su intervención, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, ha reivindicado la palabra “frente a oportunismo político, frente a los tiempos líquidos, frente a las voces de desaforadas, frente a las siglas caníbales, frente al populismo y las arengas”.

A su juicio, “no hay libertad sin que la palabra fluya por nuestras calles y por nuestros corazones”.

Guardiola también ha señalado que la edición ha sido “histórica” porque “por primera vez ha cruzado el Atlántico para establecer un puente entre dos orillas: América y Europa”.

El certamen consolida su papelEl certamen consolida su papel como puente cultural entre América y Europa en la literatura en español

Además de por ser la primera que se celebra sin Vargas Llosa, “un gigante de las letras”. “Hoy aquí su legado se encuentra con la estrategia Extremestiza de nuestra región, porque somos cuna de la Hispanidad y muy orgullosos de serlo”.

Recordar a Mario Vargas Llosa

Posteriormente, ha tomado la palabra el ensayista e hijo del nobel Álvaro Vargas Llosa, quien ha destacado que “el nombre de Extremadura resuena en el eco histórico de muchos de los países latinoamericanos”, y ha considerado que el certamen literario ha sido un “éxito inmenso”.

El presidente de la Cátedra Vargas Llosa también se ha dirigido a los finalistas con la reflexión de que “algunos de los grandes autores literarios nunca ganaron premios”, y ha citado a William Shakespeare y Jane Austen.

“Espero volver a vernos pronto por aquí y que volvamos a tener una Bienal tan exitosa como esta”, ha concluido.

Antes de conocerse el fallo, el acto de clausura ha contado con el diálogo denominado Las enseñanzas de Vargas Llosa, en la que la escritora y periodista mexicana Ángeles Mastretta, el escritor y periodista colombiano Héctor Abad Faciolince y la escritora y periodista de origen cubano Gina Montaner han navegado por la memoria del nobel.

También se ha proyectado un video con imágenes de Mario Vargas Llosa firmadas por Mordzinski en las bienales en las que estuvo presente y con instantáneas más íntimas, con su familia y amigos.

Fuente: EFE.

Fotos: archivo.

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