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Cómo las plantas mantuvieron estable la atmósfera hace 20.000 años
Un análisis de fósiles vegetales mostró el rol de la fotorrespiración en los árboles prehistóricos y cómo la liberación de CO₂ logró evitar que la atmósfera cayera por debajo del umbral necesario para la supervivencia en plena era glacial, según ENN

Durante la última glaciación, un mecanismo natural permitió que la vida vegetal persistiera pese a condiciones extremas: los árboles prehistóricos liberaban dióxido de carbono (CO₂) a la atmósfera con una rapidez similar a la de su absorción, lo que estabilizó el clima glacial.
Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por Penn State, que revela que la elevada fotorrespiración de estos árboles actuó como freno biológico, evitando que los niveles de CO₂ cayeran por debajo del umbral necesario para la supervivencia de las plantas, según describe ENN.
El equipo, encabezado por Max Lloyd, profesor asistente de geociencias en Penn State, examinó muestras de madera prehistórica de América del Norte, en particular de los yacimientos de La Brea Tar Pits, California.

Los resultados indican que, hace unos 20.000 años, cuando las temperaturas y el CO₂ descendieron, los árboles aumentaron su fotorrespiración, proceso que, de acuerdo con Lloyd, “es un control clave sobre la cantidad de carbono en la atmósfera”.
Esta adaptación permitió que el CO₂ atmosférico se mantuviera entre 185 y 210 partes por millón, el rango mínimo indispensable para la vida vegetal, incluso en los momentos más fríos de la glaciación.
Fotorrespiración: evidencia en fósiles y nuevas técnicas
La fotorrespiración consiste en que las plantas absorben oxígeno y liberan CO₂, contrarrestando, en parte, la fotosíntesis. Cuando el CO₂ es escaso y las temperaturas son bajas, las plantas intensifican la fotorrespiración, lo que disminuye su eficiencia para fijar carbono y limita el carbono almacenado en madera y suelos.

Lloyd subraya la existencia de “un vínculo claro entre los cambios climáticos y las respuestas de la biosfera”, y señala que este mecanismo redujo la caída del CO₂ atmosférico, contribuyendo a la estabilidad climática.
Para reconstruir las tasas de fotorrespiración en árboles de la última glaciación, los investigadores utilizaron una técnica de análisis de isótopos agrupados en madera fósil, desarrollada en colaboración con la Universidad de California, Berkeley y Brown University. Esta metodología permite identificar “huellas dactilares” químicas de la fotorrespiración en restos vegetales antiguos.
Al comparar árboles del periodo glacial con modernos, se observó que aquellos que crecieron en regiones más cálidas durante la glaciación presentaron tasas de fotorrespiración más altas que las actuales, lo que demuestra que la baja concentración de CO₂ influyó notablemente en la productividad vegetal y obligó a las plantas a liberar más carbono.

Las muestras clave del estudio procedieron de madera de enebro prehistórico conservada en La Brea Tar Pits, en el sur de California. Regan Dunn, subdirectora adjunta del Museo La Brea Tar Pits y coautora del estudio, destacó el valor de estos fósiles vegetales: “Los fósiles vegetales de La Brea son un recurso excelente para entender las respuestas de las plantas al cambio climático, no solo en el pasado, sino también en el futuro”, afirmó Dunn a Penn State.
Implicaciones para el clima y la ciencia actual
El hallazgo de Penn State explica por qué los niveles de CO₂ atmosférico nunca alcanzaron valores letales para las plantas durante las glaciaciones, una hipótesis que no se había podido comprobar de forma directa.
Lloyd remarca: “Por primera vez pudimos poner a prueba la hipótesis de que la fotorrespiración elevada ayudó a mantener el CO₂ atmosférico en esos niveles hace decenas de miles de años”, gracias al análisis de árboles que vivieron en aquella época.

Comprender cómo la vegetación respondió a cambios climáticos drásticos permite perfeccionar los modelos actuales de predicción climática. Lloyd recalca la importancia de valorar el papel de las plantas en la regulación atmosférica: “En un momento en que urge modelar escenarios climáticos, es vital entender y tener en cuenta el efecto de las plantas sobre la atmósfera”.
El especialista sugiere que examinar el pasado podría aportar claves sobre la capacidad de autorregulación de la biosfera ante situaciones de estrés climático.
En el estudio participaron, además de Penn State, científicos de la Universidad de California, Berkeley, Brown University y el Museo La Brea Tar Pits. La investigación fue financiada por el Aguoron Institute, la National Oceanic and Atmospheric Administration, la National Science Foundation de Estados Unidos y la Heising-Simons Foundation.
Según el equipo de Penn State, el potencial de las plantas fósiles apenas comenzó a revelarse, lo que permitirá nuevas investigaciones sobre la interacción entre vegetación y clima a lo largo de la historia terrestre. El estudio subraya el valor de los fósiles vegetales como documentos clave para anticipar el comportamiento futuro de la biosfera ante escenarios climáticos extremos.
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Así es Artajona, el pueblo medieval español con techos al revés y misterios escondidos entre monumentos
Ubicada en Navarra, esta localidad se erige entre murallas del siglo XI, un legado medieval y celebraciones que desafían las convenciones, según Condé Nast Traveler

Entre las murallas del siglo XI, torres imponentes y una iglesia-fortaleza con techo invertido y campanas hacia el interior, Artajona destaca por su arquitectura única.
Ubicado en el corazón de Navarra, este pueblo desafía las expectativas de quienes buscan una imagen convencional en los destinos medievales.
Aquí, la originalidad no es casualidad: el carácter singular de Artajona lo convierte en un destino fascinante, un lugar donde lo inusual es la norma, como resalta Condé Nast Traveler.

El recorrido comienza en el Cerco, su recinto amurallado, uno de los conjuntos defensivos mejor conservados de España. De las catorce torres originales, nueve aún permanecen, resistiendo el paso de los siglos y las adversidades históricas.
Caminar entre sus torres almenadas permite imaginar la vida de quienes, hace un milenio, cruzaban las murallas enfrentando el viento y la aspereza del entorno.
El portal de San Miguel, acceso principal, introduce a los visitantes en un espacio donde la limpieza y el cuidado del patrimonio resultan evidentes, según Condé Nast Traveler.
La iglesia de San Saturnino: una fortaleza con techo al revés

En el corazón del Cerco se sitúa la iglesia de San Saturnino, una fortaleza gótica del siglo XIII levantada sobre los restos de un templo románico. Este edificio no solo cumplió funciones religiosas, también integró el sistema defensivo de la localidad.
Algunas zonas de la nave se utilizaron como cárcel, pozo y puesto de guardia; la portada gótica aún conserva escenas esculpidas del martirio de San Saturnino en el dintel.
Sin embargo, lo que realmente distingue este templo es su techo invertido: una respuesta arquitectónica excepcional a la escasez de agua en la región.

Este diseño canalizaba el agua de lluvia hacia un aljibe dentro de la iglesia. Esta solución sorprende a los visitantes y refuerza la identidad de Artajona como un lugar donde lo inusual define lo cotidiano, según Condé Nast Traveler.
Campanas hacia adentro: tradición y pertenencia
El campanario, fiel al espíritu del pueblo, presenta campanas orientadas hacia el interior, una tradición mantenida por la comunidad local.
Esta singularidad tiene origen en la disposición del campanario y en la forma en que se realiza el toque: una campana marca el ritmo y las demás siguen el compás, creando una melodía que refuerza la sensación de pertenencia comunitaria.
Gastronomía y vida cotidiana: autenticidad sin artificios

La vida diaria en Artajona conserva autenticidad y apego a las tradiciones. El tomate feo de Artajona, con su peculiar aspecto irregular, se ha convertido en el tesoro más “feo” de Navarra. Su temporada principal es en otoño y su sabor, muy apreciado, lo aleja de la apariencia estándar de los tomates de supermercado.
“Dicen del tomate de Artajona que es el tesoro más ‘feo’ de Navarra. Tesoro por su sabor y feo por el nombre, porque es un tomate irregular y poco atractivo”, recoge Condé Nast Traveler.
La oferta gastronómica es limitada pero auténtica, con dos restaurantes emblemáticos: el Asador el Cerco, especializado en cocina tradicional navarra como chuletillas de cordero a la brasa y pochas con guindillas, y La Quinta Taberna, que ofrece menús caseros a precios accesibles y ambiente familiar.
Más allá de las murallas: historia, espiritualidad y fiesta

Fuera del recinto medieval, conviene explorar otros espacios de interés. En las afueras se encuentra la Ermita de Nuestra Señora de Jerusalén, patrona de Artajona, que custodia una talla en cobre de la Virgen datada entre finales del siglo XIII y principios del XIV.
Aunque raramente está abierta al público, su presencia otorga un matiz espiritual al entorno. A unos cuatro kilómetros del Cerco, los dólmenes de la Edad de Bronce testimonian la antigüedad del asentamiento y ofrecen una excursión para conectar con los orígenes prehistóricos del lugar.
Al concluir el verano, Artajona celebra la Fiesta Medieval, declarada Fiesta de Interés Turístico. Esta celebración transforma el pueblo en un escenario vivo donde la historia se recrea y los habitantes rememoran el esplendor de épocas pasadas, manteniendo vivo el lazo que une a la comunidad con su legado.
Mundo
Rodrigo Paz anunció la depuración del Estado boliviano tras detectar una “institucionalidad corrupta” heredada del MAS
El Ejecutivo cifró en más de 15.000 millones de dólares el perjuicio económico por irregularidades durante los últimos veinte años y advirtió que presentará denuncias formales si encuentra responsables
El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, comunicó este miércoles que comenzó un proceso de revisión y desmontaje de lo que describió como una red de corrupción estructural instalada durante las dos décadas de mando del Movimiento al Socialismo (MAS).
Según el mandatario, los primeros días al frente del Ejecutivo han expuesto cuentas sin registrar, compras infladas y pérdidas millonarias en diversas áreas de la Administración pública.
Paz, quien asumió la presidencia el pasado 8 de noviembre, señaló en publicaciones en X que “poner la casa en orden” implica desmantelar prácticas instaladas durante casi dos décadas de gobiernos encabezados por Evo Morales y Luis Arce.
De acuerdo con sus declaraciones, los equipos de auditoría han hallado “pruebas suficientes” para presentar denuncias formales y abrir investigaciones en distintas entidades del Estado boliviano.
El mandatario puntualizó la magnitud del desfalco que atribuye al período anterior.
“Los informes parciales muestran un daño económico que supera los 15.000 millones de dólares”, dijo.
Entre los primeros hallazgos figura la adquisición de radares destinados al control del espacio aéreo, comprados en 2016 por 420 millones de dólares.
Paz sostuvo que este equipamiento no ha funcionado adecuadamente desde su instalación y que el caso es objeto de análisis técnico y jurídico.
Los ministros del gabinete encontraron despachos sin documentación y balances incompletos en sectores clave, según confirmó el titular de Economía, José Gabriel Espinoza.
Junto al ministro de Gobierno, Marco Oviedo, denunció la ausencia de respaldos oficiales para varias operaciones financieras y la falta de archivos históricos en los ministerios bajo revisión.
Paz subrayó que en todos los niveles de la administración, desde empresas públicas como la distribuidora de alimentos Emapa hasta Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), han surgido señales de irregularidades.
El presidente también identificó una trama de corrupción en las áreas vinculadas al sector energético, con el Ministerio de Hidrocarburos, la estatal YPFB y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) bajo la lupa por su posible relación con el continuo desabastecimiento de combustibles que afecta al país.
“Nos entregaron una administración devastada”, afirmó Paz.
El presidente y sus ministros atribuyen la actual falta de reservas de dólares y los problemas productivos a la política de subsidios generalizados y a una estructura estatal que definieron como “burocrática” y plagada de gastos no justificados.

Entre las medidas anunciadas destaca una política orientada a reducir gastos superfluos y revisar subsidios, que en su opinión fomentaron distorsiones y corrupción interna.
El impacto de la crisis se refleja en el desabastecimiento, en la caída de indicadores económicos y en el reciente repunte del riesgo país. No obstante, datos del banco JP Morgan citados por el gobierno muestran que el riesgo país de Bolivia disminuyó en los últimos días y rompió la barrera de los 1.000 puntos, ubicándose en 930, el nivel más bajo desde julio de 2023. Funcionarios ven en este repunte un primer síntoma de confianza en la nueva gestión, aunque advierten que revertir la situación fiscal será gradual.
Entre las primeras acciones, el gobierno ya emprendió auditorías en empresas como Emapa y anunció la revisión integral de contratos en sectores estratégicos.
“Estamos haciendo una autopsia para que venga el nuevo Estado que esté al servicio de la patria”, manifestó Paz en conferencia de prensa, anticipando que los resultados irán acompañados de denuncias penales si se detectan responsabilidades.
El presidente reafirmó que su administración priorizará la eficiencia y la meritocracia. Las investigaciones sobre documentos faltantes, informes de compras y operaciones financieras continúan en desarrollo, mientras los equipos técnicos se preparan para ofrecer los primeros informes públicos sobre el alcance del proceso de revisión.
(Con información de EFE)
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La guerra encubierta de Rusia en Europa: el caso Mikhailov desata alerta máxima y cooperación entre agencias de seguridad
Los recientes atentados frustrados, la infiltración de redes criminales y el pulso geopolítico por la custodia de Yaroslav Mikhailov ilustran el nuevo nivel de rivalidad en la confrontación Moscú-Occidente
Un enfrentamiento encubierto se desarrolla entre los servicios de inteligencia rusos y agencias de seguridad occidentales por la custodia de Yaroslav Mikhailov, un ciudadano ruso de 37 años sospechoso de haber coordinado ataques con paquetes incendiarios en Europa en 2024. La disputa involucra a Azerbaiyán, Polonia, Gran Bretaña, Ucrania y Lituania y refleja la creciente importancia de agentes interpuestos en la campaña de “guerra híbrida” impulsada por el Kremlin, según funcionarios y documentos analizados por The Washington Post.
El caso salió a la luz tras una serie de ataques en julio de 2024, cuando envíos aéreos manipulados con temporizadores y compuestos de magnesio cruzaron fronteras europeas sin ser detectados y provocaron incendios en depósitos de Alemania, Polonia y Reino Unido. Fuentes de seguridad de cinco países occidentales indicaron a The Washington Post que Mikhailov diseñó los artefactos, coordinó las operaciones desde Europa y logró escapar utilizando un pasaporte falso hacia Azerbaiyán. Al menos 20 personas enfrentan cargos en Lituania y Polonia relacionados con la trama.
Según altos funcionarios citados por The Washington Post, los jefes de las tres principales agencias rusas —el FSB, SVR y GRU— han ejercido presión directa sobre el gobierno de Bakú para obtener la extradición de Mikhailov a Rusia, en competencia con una solicitud formal presentada por Polonia a través de Interpol, que acusa al operador de “actividades terroristas” por orden de los servicios secretos rusos. Tanto Polonia como otros países europeos han solicitado a Azerbaiyán que rechace la repatriación a Rusia.
El Kremlin, a través de su portavoz Dmitry Peskov, declinó responder sobre el caso. Un portavoz de la cancillería de Azerbaiyán tampoco ofreció comentarios a The Washington Post.
Investigaciones de autoridades europeas describen a Mikhailov como parte de una nueva generación de operativos reclutados por el GRU desde organizaciones criminales, apreciados por su flexibilidad y contactos. Ocupó un papel clave como enlace entre agentes rusos y reclutas locales, gestionando sus movimientos y el envío de instrucciones a través de Telegram. Algunos de los participantes, jóvenes con antecedentes penales, fueron remunerados con criptomonedas modestas.

El rastro digital de Mikhailov permitió identificar a un presunto contacto ruso en la trama, bajo el alias “Warrior”, vinculado a Aleksey Kolosovskiy, supuesto integrante del consorcio de hackers Killnet, una organización próxima al GRU dedicada a ataques cibernéticos, según funcionarios consultados por The Washington Post. Kolosovskiy negó toda implicación y dijo desconocer a Mikhailov.
Documentos analizados por The Washington Post y autoridades europeas muestran que Rusia habría planeado ampliar estas acciones utilizando la misma red para posibles nuevos atentados. Los investigadores encontraron materiales altamente explosivos camuflados como objetos cotidianos e identificaron conexiones desde exmilitares hasta ciudadanos lituanos encargados de distribuir los paquetes. El uso de intermediarios le permitió al Kremlin mantener la negación plausible de los hechos y limitar el riesgo para sus agentes formales.
El episodio generó inquietud en Estados Unidos y varios países europeos, quienes, según funcionarios citados por The Washington Post, lo catalogaron como uno de los intentos más peligrosos de sabotaje y terrorismo atribuidos a Rusia en suelo europeo. Si los artefactos hubieran detonado en pleno vuelo, advirtieron, el daño podría haber sido catastrófico. También se investigan señales de que se pretendía extender la operación a Estados Unidos y Canadá, lo que llevó al entonces director de la CIA, William J. Burns, a confrontar a sus homólogos en Moscú.

A pesar del peso de la evidencia y de la relevancia estratégica del detenido, Estados Unidos no ha tomado un rol activo en la solicitud de extradición de Mikhailov, mientras que Azerbaiyán mantiene al sospechoso bajo vigilancia, sin permitirle abandonar el país, de acuerdo con funcionarios europeos citados por The Washington Post. El desenlace sigue siendo incierto debido a los intereses contrapuestos y a los intentos rusos de evitar que un operativo de alto nivel revele información ante tribunales occidentales.
El trasfondo de Mikhailov revela antecedentes de cargos criminales por contrabando en Rusia y la utilización de múltiples identidades falsas para moverse dentro de Europa. Funcionarios occidentales y documentos obtenidos por The Washington Post sugieren que su caso ejemplifica la estrategia rusa de reconstruir capacidades de inteligencia mediante la subcontratación de tareas a redes criminales y la protección de agentes considerados leales al Estado.
El incidente con Mikhailov también coincide con una nueva serie de ataques en Europa, entre ellos intentos frustrados de enviar explosivos a Ucrania a través de rutas terrestres y la presencia de drones en espacios aéreos restringidos de países como Dinamarca, Noruega y Bélgica, según fuentes de seguridad occidentales mencionadas por The Washington Post. Rusia niega categóricamente cualquier involucramiento, aunque continúa advirtiendo a gobiernos occidentales de consecuencias por su apoyo a Ucrania.
La red que permitió las operaciones bajo mando de Mikhailov incluyó desde transportistas especializados hasta ciudadanos encargados de entregar paquetes en oficinas de mensajería en Vilna. Según las investigaciones, tras los incendios ocurridos entre el 19 y el 22 de julio de 2024, una intensa persecución llevó a la captura de indicios clave y a la huida del principal sospechoso, quien finalmente fue interceptado en Azerbaiyán por uso de documentos falsos. El motivo por el que no regresó directamente a Rusia desde Estambul sigue sin aclararse, aunque funcionarios occidentales sugieren que pudo temer represalias incluso dentro de su propio país por las consecuencias del atentado.

