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Bienestar

El método Blurting y la estrategia para retener información en época de exámenes

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Se trata de llevar a cabo ciertos pasos que son clave para poder tener una estrategia de estudio.

Estamos ya en el último mes de año y muchos niños, adolescentes y también adultos se encuentran en plena época de exámenes lo que puede ocasionar situaciones de estrés y ansiedad, pero hay ciertas técnicas que pueden colaborar a que el aprendizaje sea menos tedioso.

Uno de ellos es el método Blurting, una estrategia de estudio que pone a prueba nuestros conocimientos. El término parte del verbo en inglés “to blurt”, traducido como “soltar sin pensar o abruptamente” y de ahí a que la técnica consista en tomar nota, asociar y repetir el contenido mediante la escritura, recordando lo que se sabe.

Se pueden destacar los títulos, subtítulos y frases clave en los apuntes. (Foto: Adobe Stock)
Se pueden destacar los títulos, subtítulos y frases clave en los apuntes. (Foto: Adobe Stock)

Muchos estudiantes optan por esta metodología y el propósito es que la persona guarde la información en su memoria a largo plazo, además de detectar errores de ortografía, dar con lagunas de datos, encontrar los temas a los que necesita dedicarle más tiempo y ver qué apartados faltan en sus apuntes, según indican diversos grupos de psicólogos europeos.

Cómo se lleva a cabo el método Blurting

Los especialistas indican que se puede repetir el ciclo tantas veces como creamos que es necesario y que la idea es que en cada vuelta precisemos qué necesitamos dominar y los puntos que ya tenemos bajo control. Para ello, hay que seguir estos pasos:

  1. Organizar. Ordenar el tema de estudio, es decir, destacar los títulos, subtítulos y frases clave en los apuntes. Podemos usar tarjetas de distintos colores, hacer mapas mentales o resaltar las ideas principales.
  2. Leer. Para familiarizarse con el tema, repasar prestando atención, para que comprendamos el contenido y podamos recordarlo. La meta es leer las notas hasta asegurarnos de que ya tenemos esa información en la cabeza.
  3. Blurt. Llegó el momento de soltar lo que sabemos. Guardar los apuntes, tomar una hoja de papel en blanco y comenzar a escribir lo que recordamos. Hacerlo tan rápido como podamos, sin pensar mucho, no tiene que estar en orden.
  4. Revisar. Aprovechar para comparar con nuestros apuntes y verificar si algo quedó por fuera, así lo añadimos en un próximo intento.
  5. Repetir. Una sola ronda de esta técnica es muy útil, pero no basta. Aquí es cuando entra la repetición espaciada, podemos hacerlo de nuevo horas después, al siguiente día, a los tres días y la semana que viene. Cada vez notaremos que retenemos más información.
  6. Descansar. El método Blurting exige mucho a nuestro cerebro, por eso conviene tomar descansos cortos en un mismo día. Como resalta la Communities In Schools of Jacksonville, descansar ayuda a los estudiantes a refrescar la mente y retomar los estudios con energía.

¿En qué contextos podemos aplicar esta estrategia?

Esta técnica es aplicable en todas las materias en las que necesitamos reforzar conocimientos y podemos usarla para estudiar exámenes de desarrollo, aprender un nuevo idioma, preparar exposiciones, etc.

Del mismo modo, sirve para las evaluaciones en las que tengamos que recordar detalles puntuales (fechas, eventos, nombres de personajes, teoremas, fórmulas). También conviene durante el estudio de temas extensos y al principio o final de una unidad temática, de modo que puedas autoevaluar cuánto aprendiste de ella.

En cuanto a alguna desventaja, si se tiene algún trastorno de aprendizaje, el Blurting requiere acompañamiento o reajustes. En la dislexia, por ejemplo, resulta afectada la manera en la que el cerebro procesa la información, lo que incide en la lectura y escritura, dos herramientas básicas de la técnica y en personas con baja capacidad cognitiva, es necesaria la guía profesional para evitar la frustración y la desmotivación. El método se adapta a las necesidades individuales.

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Bienestar

¿Qué significa ser tóxico? señales, mecanismos ocultos y herramientas para recuperar la salud emocional

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Entender por qué surge la crítica constante, la manipulación o el ninguneo y cómo se transforman es clave para mejorar el modo en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

 

Las relaciones humanas son la base de la vida en comunidad y pueden potenciar nuestro bienestar o convertirse en una fuente de agotamiento y sufrimiento. La salud vincular exige comprensión, límites claros y un trabajo interno profundo para desactivar patrones que hieren, confunden o desgastan la vida cotidiana.

Relacionarse no es un talento innato: es una habilidad que se construye. Cada interacción, mínima o profunda, influye en nuestro bienestar psicológico y en la manera en que transitamos la vida. La actitud positiva, la escucha, la variedad de perspectivas y la capacidad de reconocer al otro como un sujeto completo son pilares que, cuando fallan, dan lugar a dinámicas nocivas.

Entre esos modos negativos de vincularse aparece lo que popularmente llamamos “toxicidad”. No siempre es evidente; muchas veces se esconde en gestos cotidianos, en tonos, en formas de comunicar o en patrones que erosionan vínculos laborales, familiares o afectivos.

“La etiqueta ‘persona tóxica’ intenta describir dinámicas que producen menoscabo emocional y hostilidad”, explica el psicólogo deportivo Gustavo Maure (M.N 9443), quien analiza este fenómeno desde una perspectiva psicoanalítica y vincular.

Señales que alertan sobre un vínculo que hace daño

La toxicidad puede manifestarse de maneras muy distintas: desde la crítica permanente hasta la manipulación emocional o el agotamiento psíquico generado por la victimización crónica. Además, es una forma de violencia emocional.

La toxicidad puede infiltrarse en relaciones de pareja, amistades, entornos laborales e incluso en el seno familiar, creando un clima de tensión y malestar generalizado. (Foto: Mujer ante el espejo - Delvaux, Paul. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza)
La toxicidad puede infiltrarse en relaciones de pareja, amistades, entornos laborales e incluso en el seno familiar, creando un clima de tensión y malestar generalizado. (Foto: Mujer ante el espejo – Delvaux, Paul. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza)

Maure detalla que estas señales suelen ser recurrentes:

  • Desvalorización crónica: ataques a la identidad del otro, no a un hecho puntual.
  • Ninguneo: ignorar, desestimar o hacer sentir irrelevante al otro.
  • Manipulación: desde la culpa hasta el gaslighting, distorsionando la realidad ajena.
  • Drenaje emocional: drama constante, conflictos repetidos, victimización.
  • Invasión de límites: no reconocer el “no”, la privacidad o la necesidad del otro.
  • Falta de responsabilidad: negar errores y desplazar la culpa hacia afuera.

Detrás de estos patrones suele haber miedo, inseguridad, una necesidad de control o una defensa narcisista que protege una imagen interna frágil.

¿Y si la conducta tóxica es propia?

El primer paso es la capacidad de observarse sin justificarse: “Una persona puede reconocer estos comportamientos preguntándose cómo reacciona la gente a su alrededor, si los conflictos son permanentes o si su impulso inicial ante un error es criticar”, señala Maure.

Para avanzar:

  • Toma de conciencia plena.
  • Frenar impulsos de crítica o control.
  • Cuidar la forma y la oportunidad al comunicar.
  • Aprender de modelos positivos.
  • Construir vínculos desde la cooperación, no desde la jerarquía emocional.

Maure afirma que toda conducta tóxica vuelve, tarde o temprano, contra quien la ejerce. Reconocerlo es esencial.

Cuando daña a los demás:

  • deterioro del vínculo
  • pérdida de confianza
  • desgaste emocional ajeno

Cuando daña a uno mismo:

  • aislamiento social
  • aumento de la angustia
  • rigidez emocional
  • incapacidad de autocrítica

La toxicidad no es solo un problema relacional: es un modo de sufrir.

Cómo salir del miedo, el perfeccionismo y la necesidad de control

Estos mecanismos suelen ser defensas ante la angustia. Para desarmarlos, Maure recomienda:

  • dejar de interpretar cada desacuerdo como un ataque
  • usar el humor compartido para flexibilizar vínculos
  • practicar la escucha activa
  • aceptar el error propio y ajeno
  • soltar el intento de controlar lo que el otro quiere o siente

El desafío es pasar de la rigidez a la flexibilidad emocional.

Límites sanos: protegerse sin entrar en la dinámica tóxica

Quienes conviven o trabajan con personas tóxicas necesitan herramientas claras:

  • No escalar el conflicto.
  • Establecer límites concisos y firmes.
  • Reducir la inversión emocional.
  • Evitar la justificación excesiva.
  • No asumir culpas proyectadas.

La consulta terapéutica puede ser necesaria tanto para quien ejerce conductas tóxicas como para quien las padece.Cuando el conflicto se repite, cuando los vínculos se deterioran, cuando la autoestima cae o cuando la angustia domina, buscar ayuda es clave. Las terapias de orientación psicoanalítica o psicodinámica permiten trabajar no solo la conducta, sino el origen emocional de estos patrones.

Leé también: De lo hice por vos a todo es culpa tuya: cinco conductas de las personas tóxicas para estar alertas

“El que ama, se hace humilde”, recordó Freud. Mejorar los vínculos implica renunciar al narcisismo, reconocer al otro y construir puentes donde antes había distancia. La salud vincular, dice Maure, es un trabajo diario, una elección y una práctica constante

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Bienestar

Científicos crean mini pulmones en laboratorio para agilizar la investigación de enfermedades respiratorias

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Los desarrollan expertos de Alemania. Cómo podrían resolver desafíos comunes y acelerar la llegada de terapias efectivas

 

Científicos en Alemania desarrollan unCientíficos en Alemania desarrollan un método automático para crear organoides pulmonares en laboratorio (Archivo Freepik)

Los organoides son pequeños grupos de células cultivadas en laboratorio que se organizan de manera similar a un órgano real.

Contienen varios tipos de células del órgano original y reproducen, en miniatura, algunas de sus funciones y estructuras.

Ahora, un grupo de científicos de Alemania diseñó una forma sencilla y automática de fabricar “mini pulmones” en el laboratorio. Los resultados fueron publicados en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology.

Se trata de organoides pulmonares. Es un avance que podría permitir que esos modelos celulares se generen de forma más rápida, eficiente y con menos intervención manual.

Cuáles serían los beneficios

Los organoides pulmonares reproducen funcionesLos organoides pulmonares reproducen funciones y estructuras clave del pulmón real. Podrían mejorar el estudio de enfermedades respiratorias./ Frontiers

De esa manera, se podría facilitar la investigación, el desarrollo de medicamentos y la posibilidad de personalizar tratamientos para enfermedades respiratorias.

Solo se requiere un tanque especial con líquido oxigenado y movimiento constante para ver cómo nacen estos modelos celulares en cantidades enormes.

Antes, producir organoides demandaba paciencia y trabajo detallado. Era como armar un rompecabezas, célula por célula, a mano.

El nuevo sistema permite que, en vez de dedicar horas a cada pequeño “pulmón”, los científicos usen un método casi automático.

El nuevo sistema permite fabricarEl nuevo sistema permite fabricar mini-pulmones de manera rápida y eficiente, reduciendo la intervención manual en el proceso. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Así pueden probar medicamentos, investigar malas condiciones del pulmón e incluso usar células del mismo paciente para saber cómo funcionaría un tratamiento.

En el futuro, esto podría ayudar a evitar pruebas innecesarias en pacientes o terapias poco efectivas.

El trabajo fue liderado por Diana Klein en la Universidad de Duisburgo-Essen, Alemania.

Desafíos y metas claras

El avance podría acelerar elEl avance podría acelerar el desarrollo de medicamentos y la personalización de tratamientos para afecciones pulmonares. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hasta hace poco, hacer organoides era tan trabajoso que no resultaba práctico. Por eso, los científicos querían que la fabricación fuera sencilla, eficiente y permitiera armar grupos grandes a la vez.

La meta principal era diseñar un sistema automático y masivo, sin perder la calidad necesaria para la investigación preclínica.

Los expertos sabían que, si las células evolucionaban solas en un sistema bien guiado, podrían multiplicar la cantidad de organoides y crear una “fábrica de mini pulmones”.

Los organoides, al tener los mismos tipos de células que el órgano real, resultaban más útiles que las líneas celulares habituales.

El objetivo de los científicos en Alemania era también saber si el método automático reproducía a la perfección los elementos más importantes del pulmón.

Un método novedoso y sencillo

El método utiliza células madreEl método utiliza células madre y un tanque especial con líquido oxigenado para generar grandes cantidades de organoides. (Archivo Imagen Ilustrativa Infobae)

El proceso empieza con células madre, que tienen el potencial para convertirse en diferentes clases de células del cuerpo. Estas se cultivan en placas plásticas hasta que crecen lo suficiente.

Después, los científicos las separan y las colocan en una placa antiadherente, donde forman unas esferas celulares llamadas cuerpos embrioides.

En ese punto, los cuerpos embrioides reciben factores de crecimiento, sustancias semejantes a las que ayudan a formar el pulmón durante el desarrollo de un bebé.

Así, las células toman la forma y función de las que componen el pulmón. Klein destacó: “El mejor resultado por ahora —simplemente— es que funciona”.

Aunque los organoides automáticos sonAunque los organoides automáticos son más grandes, presentan menos agrupaciones de alvéolos que los fabricados manualmente/Archivo Robina Weermeijer Unsplash

Posteriormente, los cuerpos embrioides van al tanque especial, con una membrana en movimiento y medio oxigenado. En paralelo, se hace un grupo de control de forma manual, para comparar.

Luego de cuatro semanas, aparece el resultado. Tanto el método automático como el manual logran estructuras con vías respiratorias y alvéolos.

Sin embargo, los organoides manuales tienen más células de alvéolo y los automáticos resultan más grandes, con menos agrupaciones de alvéolos.

Cuáles son los pasos próximos

El equipo liderado por DianaEl equipo liderado por Diana Klein en la Universidad de Duisburgo-Essen busca optimizar la calidad y cantidad de mini-pulmones producidos./Archivo

A pesar del avance, estos mini pulmones aún no incluyen células inmunitarias ni vasos sanguíneos.

No tienen circulación de sangre, así que el ambiente se mantiene estático. De todas maneras, sirven para probar medicamentos y tratamientos personalizados.

El equipo de Klein admite que queda mucho por mejorar, pero ya se abrió una puerta para encontrar terapias más eficaces y rápidas para enfermedades respiratorias

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Bienestar

La merienda, el hábito que mejora la energía y el bienestar emocional, según expertos

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Incorporar una pausa alimentaria a media tarde ayuda a estabilizar el apetito, disminuir el estrés y sostener la concentración durante la jornada, afirman especialistas de Harvard y recientes estudios citados por Vogue. Cuáles son las alternativas nutritivas recomendadas

 

Recuperar el hábito de laRecuperar el hábito de la merienda en la adultez favorece el bienestar físico y mental, según expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recuperar el hábito de la merienda, tradicionalmente vinculado con la infancia, puede convertirse en una herramienta valiosa para el bienestar físico y mental en la vida adulta. Según expertos citados por Vogue, incorporar una pausa alimentaria a media tarde ayuda a mantener la energía y la concentración, y contribuye a reducir la ansiedad y el estrés.

Origen y significado histórico de la merienda

La costumbre de merendar tiene raíces profundas en la historia. La palabra “merienda” proviene del latín “merenda”, que hacía referencia a “lo que debe merecerse”, es decir, un alimento reservado para quienes completaban una tarea o una jornada exigente.

Relatos históricos la describen como la ración ligera que recibían los soldados tras el entrenamiento, funcionando como recompensa y medio de recuperación. Expertos consultados por Vogue destacan que la ciencia del comportamiento actual respalda este enfoque: estudios en psicología y neurociencia han demostrado que introducir pequeñas pausas asociadas al bienestar mejora la percepción del esfuerzo, reduce la fatiga y fortalece la adherencia a rutinas saludables.

Beneficios psicológicos y fisiológicos

Más allá de su valor simbólico, la merienda puede convertirse en un acto de autocuidado. Elegir una fruta, frutos secos o una tostada integral no solo aporta nutrientes, sino que también representa un momento para detenerse y reconocer el trabajo realizado.

Las pausas alimentarias recomendadas porLas pausas alimentarias recomendadas por Vogue ayudan a mantener el cerebro activo durante el día (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una investigación publicada en The Journal of Nutrition demuestra que incorporar un refrigerio saludable a media tarde, como hummus o frutos secos, reduce el consumo posterior de postres y dulces en casi un 20%. Además, este hábito aumenta la sensación de saciedad y mejora el control glucémico después de varias horas sin comer.

En tanto, expertos consultados por Vogue afirman que este tipo de pausas alimentarias ayudan a mantener el cerebro despierto y evitan la sensación de carencia al final del día. Además, la merienda actúa como un puente entre la comida y la cena, estabilizando los niveles de glucosa y reduciendo el impacto de la fatiga mental, especialmente en jornadas laborales extensas.

Según Harvard Medical School, los frutos secos, el yogur con frutas frescas o una combinación de granos integrales y proteínas aportan energía sostenida y han demostrado activar áreas cerebrales vinculadas al control del apetito y a la función cognitiva, favoreciendo la concentración y el bienestar emocional durante la tarde.

Una merienda nutritiva puede ser clave para evitar el hambre acumulada que, en muchos casos, desencadena comportamientos alimentarios impulsivos y elecciones poco saludables. Cuando el cuerpo pasa muchas horas sin alimento, se activan los centros de recompensa cerebral, lo que puede llevar a picoteos y a una mayor sensación de inquietud. Incluir una merienda equilibrada ayuda a mantener la ansiedad bajo control y favorece una mejor gestión del apetito.

Ayuno intermitente y mitos asociados

El ayuno intermitente gana popularidadEl ayuno intermitente gana popularidad y despierta interrogantes sobre la importancia de la merienda en la dieta diaria (Freepik)

El auge del ayuno intermitente ha generado dudas sobre la conveniencia de merendar. Es por eso que los expertos aclaran que este método no consiste en saltarse comidas al azar ni en pasar hambre para compensar excesos. El ayuno intermitente se basa en prolongar el tiempo entre dos ingestas, sumando las horas de sueño al periodo sin comida.

Los estudios más recientes indican que los beneficios metabólicos aparecen cuando se superan ventanas de 12 a 14 horas sin ingerir alimentos. Por debajo de ese umbral, los efectos sobre la regulación del apetito y la energía son limitados. Por tanto, merendar no rompe el ayuno si la última comida principal fue al mediodía; incluso puede facilitar el cumplimiento de las horas de ayuno si la merienda se convierte en la última ingesta del día, siempre que sea completa en términos nutricionales.

Cómo estructurar una merienda equilibrada

Para quienes buscan una guía práctica, Harvard Health Publishing sugiere que los refrigerios pueden ser parte de un patrón alimentario saludable si se eligen alimentos integrales, minimizando los ultraprocesados y priorizando combinaciones de proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos. Ejemplos recomendados incluyen yogur griego con bayas, hummus con bastones de vegetales frescos, frutos secos mezclados con cerezas deshidratadas, o galletas integrales con mantequilla de almendra

Asimismo, Vogue recomienda otra estrategia: el Plato de Harvard. Esta herramienta visual propone que la mitad del plato esté compuesta por frutas y verduras frescas, un cuarto por proteínas de calidad (como pescado, pollo, huevos o tofu) y el último cuarto por carbohidratos integrales (quinoa, arroz integral o pan 100% de grano entero).

El Plato de Harvard esEl Plato de Harvard es una guía visual recomendada por expertos para una alimentación equilibrada y saludable (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, recomiendan añadir una pequeña cantidad de grasas saludables, preferiblemente aceite de oliva, y optar por agua como bebida principal. Esta composición favorece la saciedad, estabiliza la energía y contribuye a un descanso nocturno más reparador.

La importancia de escuchar las señales del cuerpo

La decisión de merendar o no debe basarse en las señales reales de hambre y saciedad, y no en reglas rígidas. Los expertos consultados por Vogue señalan que la alimentación intuitiva permite tomar decisiones más estables y menos impulsivas. Si aparecen síntomas como irritabilidad, dificultad para concentrarse o una urgencia por comer cualquier cosa, es probable que se trate de hambre acumulada.

En cambio, si la energía se mantiene estable durante la tarde, puede no ser necesario añadir una comida extra. La clave está en distinguir entre necesidad y simple impulso, y en reconocer que ignorar las señales del cuerpo no es sinónimo de autocontrol, sino de desconexión.

Adaptar la merienda a las necesidades personales, sin imponer normas estrictas, permite que este hábito recupere su valor como pausa de bienestar y autocuidado, guiando las elecciones alimentarias hacia un mayor equilibrio y satisfacción diaria.

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