Mundo
Una perra sorda y descuidada sorprende al personal de un refugio cuando “cambia de color” tras su rescate
A pesar de los desafíos genéticos que implica su condición revelada tras un examen médico, la canina ha demostrado una personalidad resiliente
El personal de un refugio en Illinois vivió una experiencia inesperada cuando rescataron a Brandy, una canina que, a simple vista, parecía tener un pelaje marrón grisáceo, sin embargo, lo que aparentaba ser el color natural de su pelo era en realidad una gruesa capa de suciedad acumulada durante mucho tiempo.
Harleigh García, fundadora y directora ejecutiva de Border Tails Rescue, contó para The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales cómo fue ese primer encuentro que la dejó atónita.
En entrevista para el medio citado, relata que vio una foto de Brandy recién llegada y pensó: “Nunca había visto una perra de ese color”», cuando finalmente conoció al animal en persona, se llevó una gran sorpresa. «Pensé: “¡Dios mío, es solo tierra!”».
El dueño anterior había entregado a la canina junto a otra ejemplar, ambas cubiertas de suciedad y plagadas de pulgas. García confesó no saber demasiado sobre la vida que había tenido la perrita antes de llegar al refugio, pero sospecha que debió pasar por condiciones muy precarias. «Supongo que estaría afuera o viviendo en un lugar muy, muy sucio», afirmó.
Durante su primer baño, el equipo del refugio notó que Brandy estaba asustada y exhausta. Su limpieza fue un proceso largo y cuidadoso; de hecho, tardaron una hora y media en quitarle toda la suciedad, explicó García.
Así, poco a poco, bajo el agua tibia y el jabón, el marrón del pelaje desaparecía y emergía un blanco radiante que nadie esperaba.
Una transformación increíble

Una vez que la perra estuvo completamente limpia, su aspecto era tan diferente que el propio personal tuvo que mirarla dos veces para asegurarse de que se trataba del mismo animal. Su pelaje, ahora esponjoso y de color neutro, contrastaba con la apariencia inicial. «De no ser por su nariz moteada, no la habría reconocido», admitió García.
Después del baño, la cánida fue sometida a un examen médico completo y recibió tratamiento para las pulgas. Aunque su salud general era buena para tener dos años de edad, el veterinario detectó que las pupilas de Brandy no eran del mismo tamaño. Además, el personal sospechaba que podía tener algún grado de sordera.
«Creemos que es una doble merle», explicó García. «Eso es cuando se cruzan dos perros merle, algo que no se debe hacer. Y da como resultado caninos de color completamente blanco con ojos azules».
Según lo detallado en The Dodo, los perros “doble merle” son propensos a sufrir problemas genéticos relacionados con la visión y la audición. En el caso de Brandy, la sospecha se confirmó días después cuando los veterinarios determinaron que era completamente sorda.
Una segunda oportunidad llena de amor

El diagnóstico no desanimó al equipo del refugio, que rápidamente adaptó su manera de comunicarse con ella. Al principio, la cánida se mostraba temerosa y reservada. «Estaba muy asustada», contó García, pero el personal dedicó tiempo y paciencia para ayudarla a ganar confianza, animándola a jugar y mostrándole cariño constante.
En cuestión de días, la hembra empezó a responder al afecto y a disfrutar de la compañía humana. «Se motiva mucho con la gente y el cariño», aseguró la fundadora del recinto. «Mientras que algunos perros hacen cualquier cosa por golosinas, Brandy solo quiere compañía».
Con el paso de los días, el carácter dulce de la perrita salió a relucir. «Es una monada», dijo la directora de Border Tails Rescue. «Pasea muy bien con la correa, es muy mimosa y dócil. Se asusta un poco con los movimientos rápidos de las manos, pero es súper valiente».
Ahora que ha recuperado su energía y confianza, Brandy se prepara para una nueva etapa. Según García, a finales de esta semana estará lista para ser adoptada. «Idealmente, podría vivir en un hogar amoroso con otro compañero canino que pueda enseñarle cómo serlo, con delicadeza, por supuesto», comentó.
«Es una niña adorable y cariñosa», concluyó García. «Tengo muchísima envidia de quien la consiga».
Mundo
Moody’s mantuvo la calificación crediticia de Francia pero bajó la perspectiva a “negativa” por la inestabilidad política
La agencia alertó que la fragmentación parlamentaria está dañando la gobernabilidad y podría frenar reformas clave como la de pensiones, agravando el déficit y la carga de deuda
La agencia de calificación de riesgo crediticio Moody’s anunció este viernes que mantuvo la calificación soberana de Francia en Aa3 (deuda de buena calidad), evitando así la rebaja de nota que se preveía tras las decisiones recientes de Standard & Poor’s (S&P) y Fitch. Sin embargo, la agencia modificó la perspectiva del país de “estable” a “negativa”, advirtiendo sobre los crecientes riesgos relacionados con la estabilidad política y la gobernanza en el país europeo.
A través de un comunicado, Moody’s justificó el cambio en la perspectiva citando el “riesgo incrementado de que la fragmentación del panorama político del país siga perjudicando el funcionamiento de las instituciones legislativas francesas”. La agencia señaló que la persistente inestabilidad política podría limitar la capacidad del Gobierno para abordar desafíos clave como el déficit fiscal elevado, el crecimiento de la deuda pública y el aumento de los costes de financiación, lo que aumentaría la probabilidad de un deterioro más rápido de los principales indicadores fiscales.
En las últimas semanas, tanto S&P como Fitch optaron por rebajar la calificación de la deuda soberana de Francia. Fitch degradó su nota en septiembre, disminuyéndola de AA- a A+, mientras que S&P siguió el mismo camino hace una semana, reduciendo la puntuación desde AA-/A-1+ hasta A+/A-1.
A diferencia de esas acciones, Moody’s explicó que mantiene la nota en Aa3 debido a la “significativa fortaleza económica de Francia” y la robustez de su economía, así como al hecho de que cuenta con instituciones públicas competentes, aunque bajo presión.
La agencia advirtió que la fragmentación política podría favorecer una “reversión duradera de las disposiciones clave de las reformas estructurales adoptadas anteriormente, en particular la reforma de las pensiones de 2023”, cuya suspensión fue tramitada recientemente por el primer ministro Sébastien Lecornu tras alcanzar un acuerdo con la oposición socialista. Moody’s alertó de que una paralización prolongada de dicha reforma agravaría los problemas fiscales y afectaría negativamente la tasa de crecimiento potencial.

En relación a la calificación, la agencia consideró que la solidez de los balances de los hogares y empresas, así como la estabilidad bancaria, contribuyen a la resiliencia macroeconómica de Francia y su capacidad para absorber crisis financieras. No obstante, prevé un debilitamiento progresivo de la asequibilidad de la deuda a medida que la refinanciación se produzca a tipos de interés más elevados, partiendo aún de niveles considerados sólidos.
La publicación de este análisis de Moody’s coincidió con el inicio de los debates en la Asamblea Nacional sobre el proyecto de presupuesto para 2026, liderado por Lecornu. El gobierno, que carece de mayorías claras, enfrenta la necesidad de negociar apoyos tanto a la derecha como a la izquierda para sacar adelante la ley presupuestaria que debe afrontar el elevado déficit previsto de 5,4% del PIB para 2025 y el compromiso de reducirlo por debajo del 3% en 2029.
Según enfatizó el ministro de Finanzas francés, Roland Lescure, en sus redes sociales, la decisión de Moody’s “demuestra la necesidad de construir un camino hacia un compromiso presupuestario”. Lescure reafirmó que el Ejecutivo mantiene el objetivo de reducir gradualmente el déficit, preservando el crecimiento económico.
En los debates parlamentarios, mientras el Gobierno busca apoyos necesarios, los socialistas han condicionado su aval al presupuesto a medidas como el aumento de impuestos para los sectores más ricos, tras haber logrado la suspensión de la reforma de las pensiones como parte del acuerdo para evitar mociones de censura. La supervivencia del actual Ejecutivo depende en gran medida de la aprobación de estos presupuestos y de la capacidad para consolidar alianzas en un Parlamento profundamente dividido.
En la actualidad, la deuda pública francesa ronda los 3,4 billones de euros, equivalente al 115,6% del PIB, situando a la segunda economía de la Unión Europea bajo una presión notable tanto desde los mercados como desde los organismos internacionales de análisis crediticio.
(Con información de AFP y EFE)
Mundo
El día que una erupción volcánica casi hace desaparecer a uno de los pueblos más paradisíacos de Oceanía
La historia de una ciudad que resurgió entre cenizas y tragedias, enfrentando la amenaza constante de un volcán dormido bajo sus cimientos y la resiliencia de sus habitantes tras la devastación

Rabaul, situada en la isla de Papúa Nueva Guinea, fue conocida durante décadas como la “perla del Pacífico”. Sin embargo, bajo sus tranquilas aguas y su aparente prosperidad, siempre existió una amenaza silenciosa. La historia del pueblo, marcada por dos devastadoras erupciones volcánicas en menos de 60 años, revela la lucha de una comunidad frente a una fuerza natural capaz de aniquilarlo todo en cuestión de horas.

Un paraíso fundado sobre fuego
La fundación de Rabaul en 1910 estuvo directamente ligada a la ubicación estratégica de Simpson Harbour, un profundo puerto natural que atrajo a comerciantes y administradores coloniales. Pronto, la ciudad se convirtió en un punto vital del Pacífico Sur, famosa por su puerto y sus prósperos negocios.
Pero, como advirtió un científico alemán poco después del establecimiento de la ciudad, debajo de Rabaul dormía una amenaza impredecible. “Es posible que la fuerza volcánica permanezca inactiva durante décadas o incluso siglos. Pero también es posible que se active de nuevo en cualquier momento; nada podría ser más impredecible”, señaló el experto.
Rabaul se asentó sobre el borde de una caldera colapsada y anegada por el mar, vestigio de una erupción prehistórica de magnitud colosal. Las montañas que rodean el puerto, como Tavurvur y Vulcan, no son simples colinas, sino los sub-ventiles de una gigantesca cámara magmática apenas sepultada bajo la ciudad.
En 1937, la advertencia se hizo realidad: Tavurvur y Vulcan entraron en erupción, causando la muerte de más de quinientas personas y destruyendo gran parte de la urbe. Rabaul fue reconstruida y floreció como centro económico, pero nadie olvidó las cicatrices del desastre.

El día en que el cielo se volvió ceniza
Casi medio siglo después de la tragedia, el destino volvió a poner a prueba a Rabaul. El 18 de septiembre de 1994, la ciudad de más de 17.000 habitantes vivía su rutina habitual. No había señales evidentes de amenaza, solo la inquietud de algunos temblores.
Albert Koni, entonces un joven aprendiz de carnicero, recuerda esa calma engañosa: “Podíamos sentir que algo estaba justo debajo de la superficie, subiendo”, explicó a ABC. Las aves enmudecieron, los temblores sacudieron palmas y arrastraron algas desde el fondo del puerto. Incertidumbre y miedo empezaron a crecer.
Los ancianos que recordaban 1937 sugirieron evacuar. El foco de esperanza era el Observatorio Vulcanológico de Rabaul (RVO, por sus siglas en inglés), fundado tras la catástrofe anterior. Ima Itikarai, actual subdirector del RVO, relató: “Los datos mostraban que iba a haber una erupción en algún momento, pero entre 1985 y 1994 no ocurrió nada y la gente se volvió complaciente”.
Cuando, en la noche del 18, los sismógrafos trazaron líneas frenéticas y el teléfono del observatorio no dejó de sonar, los científicos concluyeron que la erupción era inminente. A las 6:06 de la mañana del 19 de septiembre, Tavurvur explotó, seguida poco después por Vulcan.
“De repente, una enorme nube como una bomba nuclear se levantó”, relató Koni. Lo que siguió fue una sucesión de eventos que marcarían para siempre la memoria colectiva: un violento flujo de piroclastos descendió a velocidades vertiginosas, bloques de lava cayeron al puerto, y una densa nube gris ocultó el sol. La lluvia convirtió la ceniza en lodo, provocando el colapso de techos y sepultando casas. El observatorio luchó por seguir recopilando datos mientras sus propios científicos se turnaban para quitar ceniza del tejado y evitar la ruina total.
En solo cinco días, lo que alguna vez fue un bullicioso centro regional quedó reducido a ruinas y desolación: cuatro de cada cinco edificios se desplomaron o quedaron enterrados bajo metros de cenizas. Gracias a la evacuación, el número de fallecidos fue bajo. Aun así, la mayoría de las familias abandonó la ciudad para siempre.

De ciudad próspera a espectro dividido
Tras el desastre, el gobierno de Papúa Nueva Guinea optó por no reconstruir Rabaul en las zonas de mayor peligro: los restos fueron arrasados y los residentes trasladados. Simon Harbour, antiguo corazón económico, se transformó en una zona prohibida. Solo la parte más alejada de los volcanes fue repoblada con el paso de los años.
El recuerdo del desastre persiste en el paisaje y en las estrictas reglas urbanísticas que hoy rigen la región. Como explicó Koni, “Hoy diría que Rabaul tiene una población esqueleto”. Algunos han regresado a lo que consideran tierras ancestrales, aunque estas áreas están marcadas como no aptas para desarrollo.
La vida cotidiana se rearma con dificultad en esta dualidad: una mitad del antiguo pueblo es un campo yermo, mientras la otra muestra signos de actividad y esperanza. El turismo ha florecido sobre la tragedia, con cruceros que aprovechan las aguas profundas del puerto y visitantes que recorren las ruinas, guiados en ocasiones por el propio Koni, quien ahora lleva el apodo de “Sir Bertie, Lord of Many Volcanoes”.
El RVO sigue en su puesto, equipado con tecnología moderna que, pese a sus avances, reconoce sus limitaciones. “Las probabilidades de una erupción como la del 1994 ocurran de nuevo en Rabaul son del cien por ciento”, advirtió Itikarai. “Pero el problema es predecir cuándo”.
La memoria de la tragedia vive no solo en sus ruinas, sino en la vigilancia constante y precaria que los científicos mantienen sobre los 20 volcanes activos de Papúa Nueva Guinea. Sin embargo, los recursos alcanzan para cubrir solo cinco de ellos. El techo del observatorio se ha venido abajo, corroído por ácidos de la ceniza, y los recortes amenazan su operatividad: “A veces nuestra financiación tampoco es buena”, lamentó Itikarai.

Un futuro bajo la sombra de la incertidumbre
El verdadero peligro bajo Rabaul no son solo Tavurvur o Vulcan, sino el enorme volcán sumergido bajo Simpson Harbour. Cada varios miles de años, este monstruo despierta, liberando una energía capaz de igualar a erupciones colosales como la del Krakatoa en 1883. Estudios sugieren que la última gran explosión tuvo lugar hace unos 1.400 años, aunque los expertos advierten que “no se puede depender de un calendario fijo” para este tipo de catástrofes.
La historia, a fin de cuentas, es la de un pueblo forjado en la belleza y el peligro, obligado a reconstruirse —física y anímicamente— tras cada golpe de la naturaleza. Muchos de quienes volvieron lo hicieron por un sentido profundo de pertenencia y respeto a lo perdido. “Rabaul era el paraíso en la Tierra. Era un lugar así”, sentenció Koni, resignado pero orgulloso. La erupción de 1994 destruyó la ciudad de su infancia, pero le dio la vocación de contar su historia como guía, portador de la memoria viva y de la advertencia para las futuras generaciones.
La dualidad de Rabaul —entre la vida y la destrucción, la belleza y el peligro— sigue latente. Sus habitantes saben que el monstruo bajo sus pies nunca duerme del todo, y que vivir aquí es, siempre, un acto de fe y de resistencia.
Mundo
El equipo que clonó a la oveja Dolly logró ahora cerdos resistentes a una enfermedad devastadora
Científicos del Instituto Roslin de Edimburgo en el Reino Unido consiguieron animales inmunes a la peste porcina clásica mediante edición genética, una técnica que promete revolucionar la sanidad animal y la agricultura sostenible
Durante décadas, la peste porcina clásica fue una de las mayores amenazas para la ganadería. Altamente contagiosa y mortal, esta enfermedad viral devastó criaderos enteros.
Ahora, un grupo de científicos del Instituto Roslin de Edimburgo, en Gran Bretaña, desarrolló cerdos genéticamente resistentes al virus que causa la peste porcina clásica.
Los investigadores del Instituto Roslin, reconocidos por haber clonado a la oveja Dolly en 1996, presentaron este hito. Su trabajo fue publicado en la revista Cell. En palabras del equipo, la investigación “destaca el creciente potencial de la edición genética en el ganado para mejorar la salud animal y apoyar la agricultura sostenible”.

El proceso fue preciso y controlado. Los especialistas identificaron un gen responsable de producir una proteína llamada DNAJC14, fundamental para que los pestivirus —la familia a la que pertenece el virus de la PPC— puedan reproducirse.
Experimentos previos en cultivos celulares habían mostrado que una pequeña alteración en el código genético era suficiente para detener la replicación del virus.
A partir de esa pista, los científicos decidieron dar un paso más y aplicar el mismo cambio en embriones de cerdo. Los embriones modificados fueron implantados en madres sustitutas y, al alcanzar la edad adulta, los animales resultantes se enfrentaron al virus bajo condiciones controladas y seguras en las instalaciones de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal (APHA) del Reino Unido.

El resultado fue sorprendente. Los cerdos genéticamente editados permanecieron completamente sanos, sin signos de infección ni efectos adversos sobre su salud o fertilidad. En cambio, los animales de control, que no fueron modificados, presentaron síntomas típicos de la peste porcina clásica: fiebre, lesiones en la piel, convulsiones y diarrea.
“La peste porcina clásica es una enfermedad devastadora para el ganado y los agricultores, como vimos con el brote en el Reino Unido hace 25 años. Esperamos que este avance pueda ayudar a reforzar la resiliencia del sector ganadero ante la enfermedad”, explicó Helen Crooke, subdirectora de virología de mamíferos en la APHA.
Ciencia aplicada al futuro del agro

El descubrimiento del Instituto Roslin no se limita a un logro experimental. Representa un nuevo paradigma para la prevención de enfermedades en el ganado. Según los investigadores, la edición genética podría formar parte de una estrategia integral junto con vacunas y medidas de bioseguridad, reduciendo drásticamente el impacto de las epidemias que afectan a la producción animal en todo el mundo.
La peste porcina clásica fue erradicada del Reino Unido en 1966, pero desde entonces ocurrieron varios brotes y la enfermedad sigue siendo endémica en regiones de Asia, África, América Latina y Europa. En esos lugares, el control depende de campañas de vacunación costosas y de restricciones comerciales que afectan directamente a los productores. Se calcula que solo en el Reino Unido, los brotes históricos provocaron el sacrificio de unos 75.000 cerdos.
La doctora Christine Tait-Burkard, líder del grupo de investigación en el Instituto Roslin, resumió el impacto del virus al señalar que “este virus tiene graves consecuencias para el bienestar y la productividad animal”. La nueva línea de cerdos resistentes, generada a partir de una edición precisa del gen DNAJC14, ofrece una protección completa sin alterar su desarrollo ni su comportamiento reproductivo.

El experimento también reveló un posible efecto multiplicador. El mismo gen que fue modificado en los cerdos participa en la replicación de pestivirus que afectan a otras especies de ganado, como el bovino y el ovino. Esto abre la posibilidad de aplicar la misma técnica a vacas y ovejas, lo que ampliaría el alcance de la protección y fortalecería la bioseguridad de la producción ganadera global.
El doctor Simon Lillico, investigador del Instituto Roslin y uno de los autores principales del estudio, sostuvo que el avance implica una responsabilidad ética. “En mi opinión, existe un imperativo moral de que si podemos crear animales resistentes a las enfermedades, probablemente deberíamos hacerlo”, afirmó.
El científico destacó además que esta investigación “requiere la infraestructura para criar, monitorear y evaluar de forma segura al ganado modificado genéticamente”, algo posible gracias al Centro de Investigación e Imagenología de Grandes Animales del Instituto, en colaboración con la APHA.

El trabajo recibió apoyo financiero del Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas del Reino Unido y de la Universidad de Edimburgo, lo que permitió desarrollar la tecnología con altos estándares de seguridad y trazabilidad genética.
Más allá del impacto inmediato sobre la peste porcina clásica, la investigación sugiere un cambio de paradigma en la manera de enfrentar enfermedades zoonóticas y endémicas. La posibilidad de introducir cambios genéticos que bloqueen la entrada o la replicación de virus en animales de granja podría disminuir la necesidad de antibióticos y vacunas repetitivas, reduciendo los costos y el estrés de los sistemas productivos.
En un contexto global de mayor demanda de proteína animal y presión sobre los ecosistemas, los investigadores consideran que este tipo de herramientas puede contribuir a una agricultura más sostenible. “Décadas de investigación genómica han permitido identificar y editar con precisión los genes implicados en la resistencia a las enfermedades”, explicó la doctora Emily Clark, del Instituto Europeo de Bioinformática del EMBL.

“Investigaciones como esta contribuyen a la creación de animales más sanos, a la reducción de pérdidas para los ganaderos en zonas afectadas por la peste porcina y a un gran avance en el uso de la innovación basada en la genómica para aumentar la resiliencia de las poblaciones ganaderas ante las enfermedades”, agregó.
El trabajo también coincide con un momento en el que muchos países reconsideran sus políticas sobre la edición genética en la agricultura. En el Reino Unido, la reciente Ley de Crianza de Precisión abrió el camino para el desarrollo de cultivos y animales genéticamente modificados, mientras que Estados Unidos, Japón y Brasil ya aprobaron la edición genética de ganado con fines comerciales.
Uno de los antecedentes más cercanos fue el de la empresa Genus, con sede en Basingstoke, que desarrolló cerdos resistentes a un virus responsable del síndrome reproductivo y respiratorio porcino. Estos animales ya recibieron autorización para su venta en Estados Unidos y se espera que lleguen al mercado en 2026.

El nuevo logro del Instituto Roslin se inscribe en esta misma línea, pero con un objetivo más ambicioso: impedir la infección desde la raíz. A diferencia de una vacuna, que entrena el sistema inmunológico para reaccionar ante el virus, la edición genética elimina directamente el mecanismo que el virus utiliza para multiplicarse dentro del organismo. En otras palabras, el patógeno no puede completar su ciclo vital y la enfermedad nunca se desarrolla.
Esa diferencia técnica implica una ventaja significativa. Los cerdos resistentes no solo permanecen sanos, sino que también son incapaces de transmitir el virus a otros animales, lo que convierte al avance en una herramienta potencialmente revolucionaria para la sanidad animal.
Aun así, los científicos reconocen que todavía quedan pasos por delante antes de ver estos animales en granjas comerciales. Será necesario realizar evaluaciones regulatorias, éticas y de impacto ambiental antes de autorizar su producción a gran escala. No obstante, los resultados actuales permiten imaginar un futuro en el que los brotes epidémicos en el ganado puedan controlarse de manera más eficaz, sin depender exclusivamente de vacunas o sacrificios masivos.

El doctor Lillico subrayó la importancia de combinar ciencia y responsabilidad social. “Si bien investigaciones previas habían identificado el papel de esta proteína en cultivos celulares, traducirla a animales vivos es un paso fundamental. Nuestro trabajo demuestra que la edición genética puede utilizarse de forma segura y ética para proteger a los animales y garantizar la seguridad alimentaria”, señaló.
En un mundo donde la demanda de alimentos continúa en aumento y las enfermedades animales pueden alterar cadenas de suministro enteras, la innovación del Instituto Roslin marca un punto de inflexión.
Los cerdos inmunes a la peste porcina clásica no solo representan un avance biotecnológico, sino también una muestra de cómo la ciencia puede responder a los desafíos globales con precisión, empatía y visión de futuro.
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