El neurocientífico argentino Rodrigo Quian Quiroga fue líder de un hito que revolucionó el campo de la comprensión cognitiva. En diálogo con Infobae, por qué recordar todo impide pensar y el olvido es una función vital
Rodrigo Quian Quiroga descubrió las “neuronas concepto”, que representan ideas como Jennifer Aniston, más allá de imágenes o sonidos (Cortesía de Rodrigo Quian Quiroga)
Imagina esto: estás viendo fotos al azar en tu celular. Un plato de comida, una calle de tu barrio, un perro, una actriz. De pronto, aparece Jennifer Aniston. En ese instante, sin que lo sepas, una neurona específica en tu cerebro se activa. Pero no lo hace por afinidad con Friends, ni por nostalgia. Esa célula cerebral responde al concepto Jennifer Aniston, no a la imagen.
Eso ocurrió durante un experimento con pacientes con epilepsia refractaria,es decir, que no responden al tratamiento convencional. El Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos, fue el escenario y el resultado determinante: un hito en la neurociencia.
El responsable fue Rodrigo Quian Quiroga, físico y neurocientífico argentino, quien descubrió que ciertas neuronas en el lóbulo temporal medial humano,una regióninterna del cerebro esencial para la memoria, que responde selectivamente a imágenes de personas específicas, independientemente de la pose, el fondo o el formato.
El experimento fue publicado en la revista Nature, donde se detalla que esa neurona se activó con siete fotos distintas de la actriz, su nombre escrito y hasta con una grabación de voz que decía “Jennifer Aniston”. Pero no reaccionaba ante ninguna otra persona, explicó el científico a Infobae.
Las neuronas concepto, detectadas en un experimento del Caltech, organizan la información por su significado, no por su formato visual (Imagen Ilustrativa Infobae)
“¿Cómo podía ser que una sola neurona respondiera solo a ella?”, recordó. “Revisamos todo, controlamos cada estímulo y vimos que no era una cuestión visual. Era una codificación abstracta”, detalló. Así nació la noción de “neuronas concepto”, células cerebrales que representan ideas, independientemente de cómo se presenten. Este fue solo el inicio.
De Jennifer Aniston al caso H.M.
Ese hallazgo se conecta con uno de los casos más célebres de la neurociencia: el del paciente H.M., operado en los años cincuenta para tratar su epilepsia. Le extirparon parte del hipocampo —estructura clave en la memoria, el aprendizaje y la orientación espacial— y, desde entonces, no pudo formar nuevos recuerdos conscientes. Sin embargo, podía aprender nuevas tareas motoras.
Ese caso demostró que no existe un único sistema de memoria, sino al menos dos grandes categorías. Por un lado, la memoria declarativa, que permite recordar hechos, nombres, rostros o eventos de forma consciente.
Por otro, la memoria procedural, que actúa de forma inconsciente y posibilita adquirir habilidades como andar en bicicleta o tocar un instrumento, incluso sin recordar cuándo fueron aprendidas.
Las neuronas concepto solo se han detectado en humanos y son clave para la inteligencia y la identidad personal (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las neuronas concepto, como las que responden a Jennifer Aniston, se inscriben dentro del primer grupo: representan significados y permiten que el cerebro organice la información no por imagen o forma, sino por lo que cada cosa representa.
De la física al pensamiento abstracto
Formado como físico en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y con un doctorado en matemáticas en Alemania, Quian Quiroga llegó a Caltech gracias a una beca de la Fundación Sloan. Allí participó en investigaciones con pacientes con epilepsia refractaria, a quienes se les implantaban electrodos intracraneales por motivos clínicos. Esa intervención permitió registrar, por primera vez, neuronas individuales en humanos.
“Era el único lugar en el mundo donde se podía hacer eso en personas vivas. En todos los otros casos, los experimentos eran en monos o ratas – explicó -. Y yo venía con un enfoque distinto. Mi formación era matemática y física, así que apliqué herramientas de procesamiento de señales para detectar patrones que nadie estaba viendo”.
Pensamos en significados, no en imágenes
Las neuronas concepto, afirma, permiten entender cómo pensamos. “No recordamos fotos ni escenas aisladas. Recordamos la idea de algo: mi abuela, mi colegio, Messi. No importa cómo luzca. Lo que guardamos es el concepto”, sostuvo.
El trabajo de Quian Quiroga y su equipo en Argentina destaca la importancia de la pasión y el compromiso en la ciencia (Cortesía Rodrigo Quian Quiroga)
Esto significa que una sola neurona puede activarse ante estímulos totalmente distintos si remiten al mismo significado. “Tuve una paciente que respondía a Oprah Winfrey. Le mostraba distintas fotos, su nombre escrito, y también si decía su nombre en voz alta. Siempre se activaba. Pero no reaccionaba a ninguna otra persona. Eso es lo asombroso”, explicó.
Uno de los aportes más profundos del científico es la defensa del olvido como función cognitiva clave. Inspirado por el cuento “Funes el memorioso”, de Jorge Luis Borges, sostiene que una memoria perfecta sería un desastre.
“Si recordás todo, no podés pensar. Estás saturado de detalles”, explicó. “La genialidad de Borges fue darse cuenta de que el olvido es tan importante como el recuerdo. Y ahora lo estamos viendo en el laboratorio”, profundizó.
“Lo que yo afirmo es que las neuronas concepto son la piedra angular de la inteligencia humana, porque permiten dejar de lado los detalles irrelevantes y quedarse con lo esencial”, explicó. “Y lo curioso es que nunca se detectaron en otros animales. Se buscaron durante años, pero no aparecen en monos ni ratas. Y no creo en las coincidencias”.
Desde Florencio Varela al mundo
“Desde Florencio Varela estamos revolucionando la neurociencia”, afirma Quian Quiroga sobre los logros de su equipo en Argentina (Cortesía de Rodrigo Quian Quiroga)
Aunque buena parte de la historia comenzó en California, el desarrollo más potente ocurre hoy en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. En el Hospital El Cruce, Quian Quiroga trabaja junto a la doctora Silvia Kochen, jefa del grupo de epilepsia.
“Los mejores datos de los últimos años no salieron de California. Salieron de Florencio Varela”, sostuvo con orgullo. La investigación fue publicada en la revista Cell Press, donde los investigadores replican y amplían los estudios. “Ahora les pedimos a los pacientes que nos cuenten un recuerdo. Les preguntamos: ¿Conocés a Topa? Y cuando lo evocan, vemos cómo una neurona se activa en tiempo real. Eso es impresionante”, relató.
“Los experimentos tienen la misma calidad, o incluso mejor. Y lo logramos con un equipo que se rompe el alma, trabaja sábados, domingos, con recursos mínimos. Eso me emociona”, resaltó.
Del recuerdo al futuro: cómo se construye la identidad
“No sos el mismo si perdés tus recuerdos. Podés perder un brazo, andar en silla de ruedas, pero seguís siendo vos. En cambio, alguien con Alzheimer, que ya no reconoce a su familia, nos hace sentir que hay algo esencial que se perdió”, reflexionó.
Por eso, sostiene que la memoria no solo organiza el conocimiento, sino también la identidad: “Nos permite decir ‘yo soy esta persona’. Y por eso entender cómo se forma y se codifica es tan importante”.
La inteligencia artificial replantea conceptos filosóficos como el pensamiento y la memoria, según la reflexión del científico argentino (Imagen Ilustrativa Infobae)
En tanto, consultado sobre los efectos de la tecnología, fue claro: “La inteligencia artificial no es ni buena ni mala. Todo depende de para qué se use”, dijo. “Puede ayudarte a detectar una enfermedad en una imagen médica o puede servir para hacer un video falso y destruirle la vida a alguien. El problema no es la tecnología, es el uso”.
Y agregó: “Lo que me fascina es que la IA también nos obliga a replantearnos quiénes somos. Qué significa pensar, qué significa recordar. Nos está haciendo preguntas filosóficas que hace veinte años no nos hacíamos”.
Después de décadas en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, hoy vive en Barcelona, pero tiene un pie —y el corazón— en Argentina. “En Florencio Varela estamos revolucionando la neurociencia. Y no porque tengamos recursos, sino porque hay gente increíble, que trabaja con pasión, con vocación, con compromiso”, dijo emocionado.
En un mundo hiperconectado, lleno de estímulos y distracciones, entender cómo recordamos, por qué olvidamos y qué significa pensar no es solo una pregunta académica. Es una de las claves del futuro. Y desde un quirófano argentino, una neurona —una que responde a Jennifer Aniston— abrió esa puerta.
Una investigación realizada en Suecia aportó evidencia sobre cómo la elección de ciertos derivados de la leche puede ofrecer beneficios inesperados para la salud cerebral
Comer al menos 50 gramos de queso graso cada día (el equivalente a dos rebanadas de cheddar o media taza de queso rallado) se asoció con una reducción del 13% en el riesgo de desarrollar demencia (Freepik)
Consumir queso graso y crema alta en grasa de forma regular podría estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar demencia. Así lo sugiere una investigación reciente realizada en Suecia y publicada por la revista Neurology.
Con la participación de más de 27.000 adultos, este estudio ofrece perspectivas renovadas sobre el papel de los productos lácteos en la prevención de enfermedades neurodegenerativas y abre el debate sobre si algunos alimentos, hasta ahora señalados como poco saludables, podrían tener un impacto distinto en la salud cerebral.
Por ahora, los autores no sugieren modificar de manera inmediata la dieta incorporando más quesos y cremas con alto contenido de grasa, ya que son necesarios nuevos estudios.
El estudio, desarrollado por la Universidad de Lund, siguió a 27.670 personas durante un periodo promedio de 25 años. Los participantes, con una edad inicial de 58 años, mantuvieron registros semanales de su alimentación y respondieron preguntas sobre sus hábitos de consumo de distintos lácteos a lo largo de los años previos. La investigación puso el foco en el consumo de queso graso y crema alta en grasa, dos productos tradicionales en la mesa sueca.
La investigación, publicada en Neurology, analizó a más de 27.000 adultos durante un promedio de 25 años Freepik
Durante el seguimiento, 3.208 participantes fueron diagnosticados con algún tipo de demencia. Al analizar la información, el equipo detectó diferencias claras entre quienes consumieron distintos volúmenes de estos lácteos.
Comer al menos 50 gramos de queso graso cada día (el equivalente a dos rebanadas de cheddar o media taza de queso rallado) se asoció con una reducción del 13% en el riesgo de desarrollar demencia frente a quienes ingirieron menos de 15 gramos diarios. De igual modo, quienes incluyeron 20 gramos o más de crema alta en grasa por día (aproximadamente 1,4 cucharadas soperas) mostraron una disminución del 16% en el riesgo, siempre comparado con quienes no consumían esa crema.
Las variedades estudiadas incluyeron quesos como cheddar, Brie y Gouda, todos con más del 20% de grasa en su composición, y cremas con una proporción de grasa entre 30 y 40%. “Nuestro estudio mostró que ciertos productos lácteos con alto contenido de grasa pueden en realidad estar asociados a una menor probabilidad de demencia, lo que desafía varias ideas previas sobre las grasas y la salud del cerebro”, expresó Emily Sonestedt, autora principal.
Participantes que consumieron al menos 50 gramos diarios de queso graso tuvieron un 13% menos riesgo de desarrollar demencia (Pexels)
No todos los lácteos ejercen el mismo efecto
El análisis no encontró ningún vínculo protector entre otros lácteos como queso bajo en grasa, crema baja en grasa, leche entera o descremada, mantequilla ni productos fermentados como yogurt o kéfir. “Estos resultados sugieren que, en materia de salud cerebral, no todos los derivados lácteos ofrecen los mismos beneficios posibles”, afirmó Sonestedt.
La investigación detalló que entre quienes consumieron más queso graso, la posibilidad de desarrollar demencia vascular fue un 29% menor en comparación con quienes comieron menos. En el caso del Alzheimer, la relación positiva solo apareció en quienes no poseen el gen APOE e4, conocido factor de riesgo para esta enfermedad.
Aunque las cifras resultan alentadoras, la propia autora principal subrayó que el estudio identifica una asociación y no establece una relación causal directa. Todos los datos sobre la dieta se recolectaron al inicio del trabajo, sin actualizaciones periódicas, y la totalidad de los participantes eran de Suecia, lo que limita la extrapolación a otros países y culturas.
Ingerir 20 gramos o más de crema alta en grasa al día se vinculó a una reducción del 16% en el riesgo de demencia – (Imagen Ilustrativa Infobae)
Tal como señaló Sonestedt: “En Suecia solemos consumir el queso sin cocinar, mientras que en Estados Unidos hay más tendencia a calentarlo o combinarlo con carnes”. Esto podría influir en la manera en que el organismo procesa estos alimentos.
Otras variables relacionadas con el estilo de vida, como la actividad física o el cuidado vascular, podrían intervenir en los hallazgos. El acceso igualitario a servicios sanitarios en Suecia es otro posible factor de peso en los resultados.
El mensaje de los autores del estudio apunta a eliminar el temor desproporcionado ante estos productos. “Nuestro mensaje no es incitar a modificar la dieta de inmediato, sino transmitir tranquilidad frente al temor que generaban estos alimentos”, concluyó Sonestedt.
Una investigación de la Universidad McGill desafía la creencia tradicional y podría transformar el tratamiento de trastornos como el Parkinson al demostrar que el neurotransmisor no controla la fuerza ni la velocidad de la actividad motora
Durante décadas, la dopamina ha sido protagonista en la neurociencia del movimiento. La creencia general sostenía que este neurotransmisor era responsable directo de la velocidad y fuerza de nuestras acciones, y que su ausencia o falla era la raíz principal de enfermedades como elParkinson.
Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad McGill plantea un giro inesperado a este paradigma, lo que podría transformar la aproximación clínica al tratamiento de trastornos motores y abrir nuevas estrategias terapéuticas para quienes los padecen.
De acelerador a aceite de motor: una nueva mirada sobre la dopamina
Según los resultados publicados en Nature Neuroscience, la dopamina no cumple el rol de “acelerador” del movimiento, sino que actúa como un “aceite de motor”, es decir, ofrece un soporte esencial para poner en marcha y mantener el sistema de movilidad, pero no determina la velocidad o fuerza individual de cada acción.
El profesor Nicolas Tritsch, del Departamento de Psiquiatría e investigador en el Douglas Research Centre de McGill, es categórico sobre el impacto de estos hallazgos: “Nuestros resultados sugieren que deberíamos repensar el papel de la dopamina”.
Los resultados muestran que mantener niveles estables de dopamina es clave para restaurar la movilidad en trastornos como el Parkinson (Freepik)
Para ilustrar esto, Tritsch recurre a una analogía mecánica: “En lugar de actuar como el acelerador que determina la velocidad, la dopamina sería el aceite del motor. Es esencial para el funcionamiento, pero no marca el ritmo de cada movimiento”.
Esta nueva perspectiva contrasta con la idea tradicional de la “vigorosidad motora”, atribuida a la dopamina, que proponía que este neurotransmisor regulaba cuán rápido y enérgico era un movimiento.
En pacientes con Parkinson, la pérdida progresiva de las neuronas productoras de dopamina deriva en síntomas como lentitud, temblores y problemas de equilibrio. El tratamiento estándar, la levodopa, ayuda a restaurar la movilidad global, pero hasta ahora el mecanismo de acción era motivo de debate.
El experimento: tecnología avanzada y cambios inesperados
Para someter a prueba la teoría clásica, el equipo de McGill utilizó herramientas de última generación en neurobiología. Experimentando con ratones, los científicos midieron la actividad cerebral mientras los animales hacían un esfuerzo físico: presionar una palanca con peso. Emplearon técnicas ópticas para activar o desactivar las células productoras de dopamina en tiempo real y observar el efecto inmediato sobre la acción.
El hallazgo sugiere que las terapias para el Parkinson deben enfocarse en la estabilidad de la dopamina y no en simular picos rápidos (Freepik)
La lógica era simple: si la dopamina realmente controlaba la fuerza y velocidad minuto a minuto, manipular sus niveles durante el movimiento debería alterar el rendimiento instantáneamente. Sin embargo, los resultados no acompañaron esa hipótesis.
Lo que sí observaron fue que el uso de levodopa mejoraba el movimiento solamente al elevar el nivel basal —el “piso” promedio— de dopamina en el cerebro, pero no restauraba los picos o fluctuaciones rápidas que se pensaba eran clave. Esto llevó al equipo a una conclusión disruptiva: “Lo fundamental para restaurar la movilidad no es sincronizar picos rápidos de dopamina, sino asegurar niveles estables y adecuados de este neurotransmisor en todo momento”.
Repercusiones directas en el tratamiento del Parkinson
Este hallazgo tiene consecuencias prácticas inmediatas para la forma en la que se diseñan y aplican terapias para el Parkinson, una enfermedad que afecta a más de 110.000 personas en Canadá y cuya incidencia podría duplicarse hacia 2050 debido al envejecimiento de la población, según datos de la Universidad McGill. Hasta ahora, muchas intervenciones intentaban simular los patrones fluctuantes de dopamina en el cerebro, pero este enfoque podría requerir un cambio profundo.
La investigación publicada en Nature Neuroscience propone que la dopamina actúa como un aceite de motor y no como acelerador del movimiento (Imagen Ilustrativa Infobae)
El estudio también invita a revisar el uso de agonistas de receptores de dopamina, medicamentos que aunque son efectivos, suelen producir efectos secundarios indeseados por su acción indiscriminada. Al comprender mejor el verdadero papel de la dopamina, los científicos podrán diseñar versiones más seguras y específicas de estos fármacos, enfocados en mantener niveles adecuados y evitar sobre-estimulación.
Un paso hacia terapias más simples y seguras
El trabajo, aporta una visión revolucionaria: basta con mantener un nivel normal y constante de dopamina para mejorar el movimiento, en vez de obsesionarse con imitar picos y caídas rápidas.
Esto no solo abre un universo de posibilidades para terapias menos invasivas y con menos efectos colaterales, sino que puede cambiar la expectativa y calidad de vida de quienes viven con Parkinson y enfermedades similares.
El estudio invita a revisar el uso de agonistas de dopamina, buscando medicamentos más seguros y específicos para el tratamiento del Parkinson (Imagen Ilustrativa Infobae)
En última instancia, el estudio refuerza la idea de que la base de un cerebro saludable reside en su capacidad para mantener equilibrios sutiles, y que comprender a fondo estos mecanismos es la clave para tratar con más eficacia —y menos riesgos— los trastornos del movimiento.
Con esta nueva mirada, la dopamina deja de ser el “rufian del pedal” y se confirma como el lubricante imprescindible para el buen funcionamiento del motor de la vida cotidiana.
Desarrollaron un nuevo modelo para alquilar desfibriladores automáticos a un precio accesible, pensando en Pymes, oficinas y clubes.
La muerte súbita es la pérdida inesperada de la función cardíaca, respiratoria y cerebral, que ocurre repentinamente en una persona aparentemente sana. Desde que comienza el cuadro, hasta que se desencadena, transcurre alrededor de una hora y de no tratarse rápidamente puede llevar al fallecimiento del paciente. Los especialistas indican que por cada minuto que transcurre se pierde un 10% de probabilidad de sobrevivir.
En Argentina se producen 40.000 muertes súbitas al año, según las organizaciones cardiológicas, lo que equivale a un caso cada mil habitantes, por lo cual, diferentes organismos internacionales recomiendan y distintas regulaciones locales obligan a los establecimientos concurridos a contar al menos con un desfibrilador automático (DEA). Sin embargo, el elevado costo de equipos, que pueden valer más de 2.000 dólares, los convierte en una inversión que no todas las organizaciones pueden llevar adelante.
Es importante saber RCP debido a que el 70% de las muertes súbitas ocurren fuera de los hospitales. (Foto: Adobe Stock)
Ahora, en una empresa argentina crearon un nuevo modelo de suscripción para dar respuesta a una emergencia invisible: la muerte súbita. Con el fin de brindar una solución a esta problemática, la empresa desarrolló un modelo que le permite a las organizaciones contar con un DEA sin tener que invertir y comprar el equipo, bajo un modelo de suscripción similar al de una plataforma, que incluye capacitación y mantenimiento a un bajo costo mensual.
El RCP y el DEA
El RCP es un procedimiento de emergencia vital que se realiza cuando una persona dejó de respirar o su corazón dejó de latir. Es una combinación de compresiones torácicas y respiración boca a boca para mantener la circulación de sangre oxigenada hasta que se pueda restablecer la respiración y los latidos cardíacos.
Por su parte, el DEA es un dispositivo médico que analiza el ritmo cardíaco y, si es necesario, administra una descarga eléctrica para intentar restablecer un latido normal. Los DEA son fáciles de usar y están diseñados para que cualquier persona, sin ningún tipo de formación médica, pueda aplicarlo en situaciones de emergencia.
Se puede prevenir la muerte súbita, pero no se puede evitar. (Foto: Adobe Stock).
Marcelo Filiberti, Secretario de la Red Nacional de RCP y Prevención de Muerte Súbita de la Federación Argentina de Cardiología destaca: “El 70% de las muertes súbitas son fuera del ámbito hospitalario. Desafortunadamente, es más común de lo que la gente cree y deberíamos estar todos preparados para asistir a un paciente, tanto con maniobras de RCP como con el uso de una herramienta fundamental como es el DEA”.
Una herramienta tan esencial para salvar vidas
Para los especialistas, implementar ambas medidas puede ser vital dado que la combinación de RCP inmediata y desfibrilación temprana puede elevar las tasas de recuperación hasta un 70%. En el caso del DEA, tanto entidades de salud como estatales promueven tener al menos una unidad de este dispositivo en lugares concurridos.
La obligación de que haya un DEA en ciertos lugares
Dentro del marco legal nacional, el Decreto 402/2022 del Ministerio de Salud de la Nación obliga a que en lugares de concurrencia masiva haya al menos un DEA accesible y personal capacitado en RCP. La Ley Nacional 27.159 de promoción y capacitación en RCP y DEA promueve políticas similares. A pesar de esto, los especialistas notan una falta de fiscalización en algunos lugares y confusión normativa entre provincias y municipios.
“Contar con un DEA en espacios donde se suele acumular un número grande de personas, como oficinas, Pymes, clubes, establecimientos educativos, deportivos y culturales, puede ser determinante. Al mismo tiempo, su eficacia depende de actuar en una ventana crítica de 10 minutos, por lo que los dispositivos deben estar en un lugar accesible. Con este servicio, buscamos facilitar y economizar el acceso a una herramienta tan esencial para salvar vidas”, afirma Javier Fernández Cronenbold, cofundador de Jotatec.
Asimismo, añadió: “En los últimos años aumentaron considerablemente las consultas por parte de diferentes organismos para capacitar a su personal con cursos de RCP y adquirir un DEA. Creemos que en 10 años tener un DEA en las casas particulares va a ser tan común como tener otros dispositivos de emergencia, como alarmas y matafuegos”.