Un nuevo medicamento anti-necrótico busca atacar uno de los mecanismos celulares detrás del envejecimiento. Los ensayos a gran escala buscan transformar la medicina en los próximos años
Los científicos podrían estar a punto de lograr lo que durante décadas ha parecido imposible: desarrollar el primer medicamento aprobado para tratar el envejecimiento. Según reseña Popular Mechanics, un equipo de investigadores del University College London ha creado fármacos “anti-necróticos” capaces de suprimir hasta el 90% de la necrosis celular, el proceso de autodestrucción descontrolada que subyace a muchas enfermedades relacionadas con la edad. Los ensayos clínicos de estos revolucionarios medicamentos comenzarán a finales de 2025.
La necrosis representa uno de los mecanismos más destructivos del envejecimiento celular. A diferencia de la apoptosis, que es una forma regulada y beneficiosa de muerte celular que ayuda a prevenir enfermedades y cánceres, la necrosis es un proceso descontrolado donde las células afectadas se hinchan hasta romperse, liberan su contenido en el entorno circundante. Este proceso desencadena una cascada de problemas que incluye inflamación crónica, inestabilidad genética y, eventualmente, tumores de crecimiento rápido.
Según informó Popular Mechanics, la investigación publicada en la revista Nature Oncogene se centra específicamente en las enfermedades renales y cómo la comprensión de la necrosis podría conducir a terapias innovadoras. La enfermedad renal afecta a casi la mitad de todas las personas mayores de 75 años, lo que la convierte en un objetivo estratégico para probar estos nuevos tratamientos.
La doctora Carina Kern, genetista formada en el University College London y actual directora ejecutiva de la empresa biotecnológica LinkGevity, desarrolló su enfoque revolucionario a partir de una experiencia personal devastadora. Cuando tenía entre siete y ocho años, observó cómo la salud de su abuela se deterioraba rápidamente debido a una enfermedad relacionada con la edad, mientras los médicos adoptaban una actitud de inevitabilidad derrotista.
Este tipo de muerte celular, lejos de ser un simple accidente biológico, es un factor clave en la progresión de múltiples enfermedades degenerativas (Imagen Ilustrativa Infobae)
“En ese momento, no podía comprender cómo yo me curaba tan fácilmente de casi cualquier lesión y volvía a la normalidad. Pero con ella, los médicos simplemente decían ‘no puedes intervenir, es solo envejecimiento’”, relató Kern a Popular Mechanics.
Décadas después, mientras trabajaba en el Instituto de Envejecimiento Saludable del University College London, Kern desarrolló lo que denomina la “Teoría Blueprint” del envejecimiento. Esta teoría investiga los orígenes fundamentales del envejecimiento y, más importante aún, las áreas clave donde la intervención puede ofrecer los mayores beneficios para la salud. La inspiración para la estructura de la teoría proviene de una técnica del mundo financiero conocida como “modelado de factores“, un método estadístico que ayuda a comprender los factores impulsores de sistemas complejos.
Necrosis y apoptosis: los dos rostros de la muerte celular
En las células humanas, la muerte no es intrínsecamente perjudicial. Existen mecanismos programados, como la apoptosis, que permiten eliminar células dañadas de manera ordenada y beneficiosa, previniendo enfermedades y ciertos tipos de cáncer.
La necrosis, en cambio, representa la contraparte desregulada: una forma de muerte celular que destruye tejidos y provoca inflamación crónica, inestabilidad genética y, en ocasiones, tumores de rápido desarrollo. Durante la necrosis, la célulase hincha hasta romperse, liberando su contenido y generando un ambiente hostil en el organismo.
La diferencia fundamental entre apoptosis y necrosis radica en el control y las consecuencias que producen en el organismo. Mientras la apoptosis favorece la salud tisular, la necrosis genera desorden a nivel celular y sistémico, lo que acelera el deterioro de los tejidos y el progreso de enfermedades crónicas.
La necrosis tiene un papel protagónico en numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento. Según reseña Popular Mechanics, está implicada en patologías como el Alzheimer, el Parkinson, varios tipos de cáncer y, de forma destacada, la enfermedad renal. Todas comparten un denominador común: destrucción celular descontrolada que incrementa el daño tisular y precipita el deterioro funcional.
La enfermedad renal resulta especialmente relevante. La revisión publicada en la revista Oncogene en mayo de 2024, encabezada por Kern y un equipo de especialistas, analiza cómo comprender la necrosis podría abrir nuevas vías para el tratamiento de estas dolencias. La enfermedad renal afecta a casi la mitad de las personas mayores de 75 años y evidencia la necesidad de soluciones innovadoras.
El envejecimiento impacta severamente el funcionamiento de los riñones, convirtiéndolos en blanco prioritario de nuevas terapias biotecnológicas (Freepik)
La elección del riñón como órgano de estudio responde a razones concretas. El doctor Kieth Siew, especialista renal y coautor del artículo, enfatiza que el riñón es el órgano más solicitado para trasplantes y el que presenta mayor riesgo de fallecimiento durante la espera.
Además, la enfermedad renal evidencia envejecimiento acelerado en los tejidos, lo que brinda un modelo ideal para evaluar nuevos tratamientos en menos tiempo que en otras enfermedades relacionadas con la edad.
Desarrollo del fármaco anti-necrótico: de los fracasos a los hallazgos clave
El desarrollo de un fármaco “anti-necrótico” enfrentó numerosos desafíos. Durante décadas, los intentos de intervenir en este proceso fracasaron, pues se consideraba demasiado complejo. Kern y su equipo identificaron que la clave está en bloquear varios objetivos moleculares al mismo tiempo.
En 2024, el grupo publicó los avances de su investigación en un artículo preliminar. Las pruebas in vitro dieron resultados alentadores: “Hemos visto hasta un 90% de supresión de la necrosis“, afirmó Kern en declaraciones recogidas por Popular Mechanics. El hallazgo indica que es posible interferir en la necrosis y disminuir considerablemente su impacto, al menos bajo condiciones controladas en laboratorio.
La base molecular de la necrosis, según Kern, reside en la pérdida de gradientes de iones de calcio. En circunstancias normales, la concentración de calcio en el interior celular es entre 10.000 y 100.000 veces menor que en el exterior. El calcio actúa como señalizador clave y regula diversos procesos celulares. Si la regulación se pierde debido al estrés, se activan vías destructivas que culminan en la necrosis.
Superar décadas de intentos infructuosos requirió repensar las estrategias moleculares y sumar tecnologías de vanguardia al abordaje del problema (Freepik)
Pese al optimismo y los resultados preliminares positivos, Kern y Siew mantienen la cautela. “‘Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias’”, subrayó Siew según Popular Mechanics. El rigor profesional prevalece, y ambos investigadores insisten en que solo la obtención de datos sólidos permitirá validar el verdadero potencial de los anti-necróticos.
Hasta la fecha, los resultados exitosos se restringen a pruebas in vitro. La prueba definitiva llegará con los ensayos clínicos en seres humanos, que evaluarán la seguridad y eficacia del fármaco en condiciones reales.
Próximos pasos: ensayos clínicos y futuro de los anti-necróticos
Kern y su equipo de LinkGevity anunciaron que comenzarán los ensayos clínicos de su medicamento anti-necrótico a finales de 2025. Los estudios tomarán entre dos y tres años, periodo durante el cual se recopilarán los datos necesarios para decidir si este enfoque puede transformar el envejecimiento en una condición tratable.
Al término de los ensayos, se espera contar con evidencia suficiente para analizar el impacto real de los anti-necróticos en la salud humana y su potencial transformador para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad. La expectativa sobre estos fármacos abre la puerta a una medicina donde el envejecimiento podría dejar de ser un destino inalterable.
Desarrollaron un nuevo modelo para alquilar desfibriladores automáticos a un precio accesible, pensando en Pymes, oficinas y clubes.
La muerte súbita es la pérdida inesperada de la función cardíaca, respiratoria y cerebral, que ocurre repentinamente en una persona aparentemente sana. Desde que comienza el cuadro, hasta que se desencadena, transcurre alrededor de una hora y de no tratarse rápidamente puede llevar al fallecimiento del paciente. Los especialistas indican que por cada minuto que transcurre se pierde un 10% de probabilidad de sobrevivir.
En Argentina se producen 40.000 muertes súbitas al año, según las organizaciones cardiológicas, lo que equivale a un caso cada mil habitantes, por lo cual, diferentes organismos internacionales recomiendan y distintas regulaciones locales obligan a los establecimientos concurridos a contar al menos con un desfibrilador automático (DEA). Sin embargo, el elevado costo de equipos, que pueden valer más de 2.000 dólares, los convierte en una inversión que no todas las organizaciones pueden llevar adelante.
Es importante saber RCP debido a que el 70% de las muertes súbitas ocurren fuera de los hospitales. (Foto: Adobe Stock)
Ahora, en una empresa argentina crearon un nuevo modelo de suscripción para dar respuesta a una emergencia invisible: la muerte súbita. Con el fin de brindar una solución a esta problemática, la empresa desarrolló un modelo que le permite a las organizaciones contar con un DEA sin tener que invertir y comprar el equipo, bajo un modelo de suscripción similar al de una plataforma, que incluye capacitación y mantenimiento a un bajo costo mensual.
El RCP y el DEA
El RCP es un procedimiento de emergencia vital que se realiza cuando una persona dejó de respirar o su corazón dejó de latir. Es una combinación de compresiones torácicas y respiración boca a boca para mantener la circulación de sangre oxigenada hasta que se pueda restablecer la respiración y los latidos cardíacos.
Por su parte, el DEA es un dispositivo médico que analiza el ritmo cardíaco y, si es necesario, administra una descarga eléctrica para intentar restablecer un latido normal. Los DEA son fáciles de usar y están diseñados para que cualquier persona, sin ningún tipo de formación médica, pueda aplicarlo en situaciones de emergencia.
Se puede prevenir la muerte súbita, pero no se puede evitar. (Foto: Adobe Stock).
Marcelo Filiberti, Secretario de la Red Nacional de RCP y Prevención de Muerte Súbita de la Federación Argentina de Cardiología destaca: “El 70% de las muertes súbitas son fuera del ámbito hospitalario. Desafortunadamente, es más común de lo que la gente cree y deberíamos estar todos preparados para asistir a un paciente, tanto con maniobras de RCP como con el uso de una herramienta fundamental como es el DEA”.
Una herramienta tan esencial para salvar vidas
Para los especialistas, implementar ambas medidas puede ser vital dado que la combinación de RCP inmediata y desfibrilación temprana puede elevar las tasas de recuperación hasta un 70%. En el caso del DEA, tanto entidades de salud como estatales promueven tener al menos una unidad de este dispositivo en lugares concurridos.
La obligación de que haya un DEA en ciertos lugares
Dentro del marco legal nacional, el Decreto 402/2022 del Ministerio de Salud de la Nación obliga a que en lugares de concurrencia masiva haya al menos un DEA accesible y personal capacitado en RCP. La Ley Nacional 27.159 de promoción y capacitación en RCP y DEA promueve políticas similares. A pesar de esto, los especialistas notan una falta de fiscalización en algunos lugares y confusión normativa entre provincias y municipios.
“Contar con un DEA en espacios donde se suele acumular un número grande de personas, como oficinas, Pymes, clubes, establecimientos educativos, deportivos y culturales, puede ser determinante. Al mismo tiempo, su eficacia depende de actuar en una ventana crítica de 10 minutos, por lo que los dispositivos deben estar en un lugar accesible. Con este servicio, buscamos facilitar y economizar el acceso a una herramienta tan esencial para salvar vidas”, afirma Javier Fernández Cronenbold, cofundador de Jotatec.
Asimismo, añadió: “En los últimos años aumentaron considerablemente las consultas por parte de diferentes organismos para capacitar a su personal con cursos de RCP y adquirir un DEA. Creemos que en 10 años tener un DEA en las casas particulares va a ser tan común como tener otros dispositivos de emergencia, como alarmas y matafuegos”.
En el Ministerio de Salud de la Nación reconocen que, si bien en 2024 se registraron algunas mejoras respecto del año previo, las coberturas del calendario continúan lejos del nivel óptimo. El desplome en las cifras del refuerzo del ingreso escolar.
¿Alcanza con hablar simplemente de un creciente movimiento antivacunas? Hay un hecho: en la Argentina, la cobertura de vacunación viene cayendo de manera generalizada respecto de los niveles de pre-pandemia, y la caída se convierte directamente en un derrumbe para dosis y refuerzos clave que deben aplicarse a los niños desde el inicio de la escolaridad (5 o 6 años).
Este hecho lo confirman estadísticas oficiales nacionales y provinciales, los principales hospitales pediátricos del país, médicos infectólogos, la Sociedad Argentina de Pediatría y organismos internacionales. Pero la dimensión del problema se advierte, además, en su propia consecuencia: la reemergencia de enfermedades que habían sido eliminadas gracias a las altas coberturas de vacunación que históricamente tuvo el país.
Aunque el crecimiento de movimientos antivacunas es real y estaría dejando de tratarse de un fenómeno marginal, especialistas y autoridades de la Salud advierten que la caída de la vacunación en la Argentina responde a un coctel más amplio de problemas:
una disminución de la percepción del riesgo en generaciones que no vieron circular graves enfermedades
fallas en las estrategias territoriales
mensajes confusos a nivel estatal
un sistema de salud deteriorado tras reiteradas crisis
barreras de acceso que afectan sobre todo a los sectores más vulnerables
Pero entre esos factores, hay uno que se destaca: la pandemia y su posterior impacto social y emocional que habría generado desgaste y agotamiento, deteriorado la confianza pública y alterado la relación de buena parte de la población con la idea misma de prevención y salud pública.
Caída drástica en los refuerzos en niños y adolescentes
Los datos oficiales recopilados por el Ministerio de Salud nacional permiten dimensionar la caída en la vacunación. La primera dosis de la Triple Viral (que previene sarampión, rubéola y paperas) pasó de una cobertura del 86,2% en 2019 a 83,2% en 2024, pero las bajas pronunciadas aparecen en los refuerzos del inicio escolar (5 o 6 años): la cobertura del refuerzo de Triple Viral descendió del 84,2% de antes de la pandemia a 54,8% en 2023 y a 46,7% en 2024. Algo similar ocurre con la vacuna contra la poliomielitis: mientras la dosis que se administra a los 6 meses cayó de 83,3% en 2019 a 73,9% en 2023, con leve repunte hasta 77,6% el año pasado, el refuerzo de los 5 años se desplomó del 84,4% al 47,6% en el mismo período.
Entre los adolescentes, la Triple Bacteriana Acelular (contra difteria, tétanos y la tos convulsa o coqueluche) pasó de una cobertura del 80,2% en 2019 a 54,1% en 2024. Y las dosis de VPH -que previenen infecciones por el Virus del Papiloma Humano asociadas a distintos cánceres- mostraron un descenso de más de 30 puntos entre 2019 y 2024 tanto en mujeres como en varones.
La vacunación es una responsabilidad compartida en la Argentina: el Estado nacional adquiere y distribuye las dosis, mientras que las provincias son las principales encargadas de aplicarlas y sostener la estrategia territorial. El Gobierno nacional celebró recientemente una mejora entre las coberturas registradas en 2024 respecto de las de 2023 y destacó puntualmente el repunte de algunas vacunas del esquema inicial, como la primera dosis de Triple Viral, la tercera dosis contra la poliomielitis y la de Hepatitis B aplicada al nacer, que efectivamente registraron subas en el último año. Sin embargo, esa recuperación convive con un panorama que sigue siendo delicado: los refuerzos del ingreso escolar y los de la adolescencia, segmentos donde se observan las caídas más pronunciadas, continúan mostrando los peores niveles de todo el calendario.
Alto riesgo de reemergencia de enfermedades
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advierte que este cuadro configura una “caída histórica” de las coberturas infantiles y adolescentes, con niveles críticamente bajos y varias dosis estratégicas que no llegan al 50%. Las coberturas inferiores al 70% dejaron de ser algo excepcional, y se configura un escenario que en la SAP describen como uno de “fragilidad inmunológica colectiva” y de riesgo de reemergencia de enfermedades controladas.
Un ejemplo es el coqueluche o tos convulsa, enfermedad especialmente grave en niños pequeños y lactantes, cuya vacuna es una de las que, como se mencionó, sufrió una fuerte caída de cobertura. De acuerdo con el último Boletín Epidemiológico Nacional, en la última semana se registraron 77 casos nuevos y el total de confirmados en 2025 asciende a 765, distribuidos en 20 jurisdicciones. Los casos notificados en 2025 superan los de los cuatro años previos para el mismo período y representan un incremento cercano al 300% respecto de 2024.
El mayor registro corresponde a la Región Centro, con 579 casos -391 en la provincia de Buenos Aires, de mayor peso poblacional-, mientras que en la Región Sur se notificaron 153, principalmente vinculados al brote en Tierra del Fuego. El propio boletín destaca que, dado que la vacunación es la principal medida de prevención, es necesario mejorar las coberturas: provincias como Tierra del Fuego, La Pampa, Jujuy, Neuquén, Mendoza y San Juan mantienen buenos niveles, con esquemas completos y menor acumulación de susceptibles, pero Buenos Aires, CABA, Formosa, Santa Fe, Corrientes y Misiones exhiben coberturas intermedias o bajas, sobre todo en los refuerzos de 5 y 11 años.
Es por esto que médicos de todo el país hacen un llamado urgente para que todas las personas, sobre todo los grupos de riesgo, acudan al centro de salud más cercano para completar el calendario nacional de vacunación.
“Este pedido es especialmente para embarazadas o familias con niños pequeños. Pero es necesario que los adultos también vayan a vacunarse porque esta es la única manera en que dejan de ser agentes de transmisión o dejan de tener la enfermedad para no propagarla al resto de la familia”, explica la Dra. Mariela Echenique, presidenta del Colegio Médico de Neuquén.
En resumen, la profesional resalta la importancia de completar el carnet de vacunación: “La vacuna no solo protege a quien la recibe, sino que esto genera una barrera de protección para el resto de la población. Sabemos que el cambio en la vida, en la humanidad, se debe en gran medida a la aparición de las vacunas y a la gran fuerza que se han ejercido en las políticas públicas sobre todo en nuestro país, completando el carnet de vacunación”.
Razones que explican la caída de la cobertura de vacunación en la Argentina
Si el cuadro general de situación es bastante claro, la pregunta inevitable es por qué la Argentina llegó a estos niveles de cobertura de vacunación.
Alejandra Gaiano —infectóloga pediatra, especialista en salud pública y prosecretaria del Comité de Infectología Pediátrica de la Sociedad Argentina de Pediatría— recuerda que, según las cifras oficiales, casi la mitad de los chicos menores de 14 años están debajo de la línea de la pobreza en la Argentina. Teniendo eso en cuenta, una parte del problema estaría en el “acceso”. Gaiano señala además que el deterioro general del sistema de salud, la pérdida de recurso humano y la disminución de las campañas activas en territorio —la vacunación casa por casa, la presencia en las escuelas y espacios donde transitan los niños, más allá de campañas de comunicación- limitan la capacidad de reforzar las coberturas.
Por otro lado, advierte, en un contexto de mayor desconfianza luego de la pandemia, las vacunas “son víctimas de su propio éxito”: “Hay movimientos antivacunas que cada vez son más grandes y más intensos en nuestro país. Pero hay también muchas personas que, sin estar en contra de las vacunas activamente, no ven necesario vacunarse: personas que no han visto nunca sarampión, ni polio, ni tos convulsa. Es difícil que puedan ponderar su importancia. Hay protección comunitaria por las vacunas, y hay eliminación de enfermedades por las vacunas. Pero si no se vacuna, va a haber resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunas, como coqueluche, que tenemos un brote tremendo ahora mismo”, agrega Gaiano.
Adolfo Rubinstein —médico, exministro nacional de Salud y actual director del Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria— marca la pandemia como un punto de inflexión. Se refiere a una suerte de “fatiga social”, un fenómeno que habría afectado la confianza y el cumplimiento con prácticas de prevención que antes tal vez estaban naturalizadas. “Las sociedades en general a nivel global no quieren saber absolutamente nada con lo que fue la pandemia y este fenómeno a nivel local es muy fuerte. La desconfianza no es solo con la vacuna del coronavirus, se trata de una reacción más amplia que se expande a la vacunación en general, por una suerte de asociación de lo que fue la tragedia de la pandemia y sobre todo en países como el nuestro que tuvo consecuencias más graves con el largo confinamiento”, señala.
A esa reacción social pospandémica, Rubinstein suma otros factores que habrían contribuido a la caída de las coberturas. Por un lado, el crecimiento de grupos antivacunas, que solían ser marginales y “no movían la aguja”, pero que, impulsados por la dinámica de las redes sociales, comenzaron a tener mayor visibilidad e influencia. Pero eso estaría ligado a un cambio cultural todavía más profundo: un clima de creciente “desconfianza pública” y de predominio de las decisiones individuales que erosiona prácticas como la vacunación “que tienen un fondo muy solidario, por lo que significan las externalidades positivas: cuanta más gente se vacuna, más se protegen los demás”.
Rubinstein observa además un relajamiento de los mecanismos de control que históricamente acompañaban el cumplimiento del calendario —desde el ingreso a las escuelas hasta la certificación del cumplimiento como parte de las condicionalidades de la Asignación Universal por Hijo— y cuestiona que el Gobierno nacional haya “delegado toda la responsabilidad en las provincias”, cuando “encabezar las campañas de refuerzo de vacunación es una responsabilidad inherente al Estado nacional”.
A fines de noviembre, después del escándalo generado por una actividad antivacunas en la Cámara de Diputados de la Nación, el Gobierno nacional y la mayoría de las provincias publicaron un comunicado conjunto para defender la vacunación obligatoria, gratuita y destacar su eficacia comprobada.
En el Ministerio de Salud de la Nación reconocen que, si bien en 2024 se registraron algunas mejoras respecto del año previo, las coberturas del calendario continúan lejos del nivel óptimo. Plantean que la caída es “multicausal” y parte de una tendencia global, atribuida a los efectos prolongados de la pandemia, cambios en la percepción del cuidado de la salud, pérdida de percepción del riesgo y la creciente desinformación.
Por otro lado, en la cartera sanitaria consideran que parte de la caída respondería parcialmente a un “sinceramiento de los datos” desde el 2023, por el uso generalizado a nivel nacional del Registro Nominal de Vacunación Electrónico (RNVe) para la notificación de las vacunas aplicadas, sumado a una unificación de los criterios de vacunación a nivel federal, lo que habría impactado en la cantidad de dosis notificadas por las distintas jurisdicciones, y en resultados de cobertura menores a los de años previos. Aunque ese argumento no explicaría la reemergencia de enfermedades controladas, como señala Gaiano de la SAP.
En el Ministerio nacional describen una serie de medidas que, aseguran, buscan mejorar la información y el seguimiento de las coberturas, como el recientemente lanzado Tablero de Monitoreo del Calendario Nacional de Vacunación, para realizar un seguimiento de las estrategias de cada provincia e identificar brechas o retrasos, y el desarrollo de aplicaciones para que los equipos del primer nivel de atención registren dosis en tiempo real. También señalan la creación de mesas de gestión con los representantes de Salud y Educación de las 24 provincias para implementar acciones en escuelas y espacios comunitarios. Se encargan de destacar, sin embargo, que estas herramientas buscan mejorar el monitoreo y reducir oportunidades perdidas, aunque la aplicación efectiva de las dosis sigue dependiendo de cada jurisdicción.
La situación en América: datos y advertencias de la OPS
Ante una consulta de Todo Noticias, desde el Programa Especial de Inmunización Integral (CIM) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) remarcaron que, a diferencia de otras regiones, América ha mostrado una recuperación positiva de las coberturas de vacunación en los últimos años, incluso por encima de los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, en el organismo internacional advierten que el crecimiento sigue siendo lento y que persisten importantes brechas entre los países y dentro de los mismos: más de 1,4 millones de niños y niñas en la región no recibieron en 2024 ni una sola dosis de la vacuna contra difteria, tétanos y tos convulsa.
Caída de la vacunación en la Argentina. (Infografía: TN Videolab)
Entre las razones que explican el lento crecimiento de coberturas de vacunación, la OPS enumera:
La interrupción de servicios de salud durante la pandemia
La disminución de la demanda por menor percepción del riesgo de enfermedades prevenibles por vacunación
Limitaciones de acceso por dificultades logísticas para llevar la vacunación a zonas alejadas de centros urbanos
Crisis económicas
El aumento de la migración
El impacto creciente de la desinformación que viene proliferando con fuerza en los últimos años a nivel global
Desde el organismo recuerdan el peso concreto que tiene la vacunación para la salud pública: en los últimos 50 años, las vacunas evitaron 154 millones de muertes en el mundo. Solo en América, la vacuna contra el sarampión salvó más de 6 millones de vidas desde el año 2000 y se estima que entre 2021 y 2030, las vacunas evitarían 3,6 millones de muertes.
En ese marco, la OPS señala que una caída o estancamiento de las coberturas supone siempre riesgos reales: la posibilidad de reaparición de enfermedades eliminadas, un aumento de hospitalizaciones y una mayor vulnerabilidad ante brotes epidémicos, además de impactos económicos (costos por tratamiento, ausencia laboral, entre otros). “Estamos en un momento crítico a nivel global. Las Américas este año han perdido el estatus de libre de sarampión endémico, y han aparecido brotes de enfermedades prevenibles como tos ferina (tos convulsa) o fiebre amarilla”, advirtió el organismo.
Créditos
Diseño de portada: Sebastián Neduchal – Iván Paulucci
El ruido, los cambios en las rutinas y las expectativas influyen en la conducta de los chicos. En exclusiva para Infobae, especialistas de INECO comparten recomendaciones para acompañarlos y favorecer un feliz encuentro familiar
Las celebraciones de fin de año constituyen un entorno de sobrecarga sensorial y social: luces, ruidos, cambios de rutina, horarios extendidos y múltiples interacciones. Para el cerebro infantil, que aún está desarrollando sus redes de autorregulación emocional, control inhibitorio y flexibilidad cognitiva, este combo puede ser un verdadero desafío.
Comprender cómo funciona el neurodesarrollo ayuda a ajustar expectativas y a acompañar mejor. No se trata de “portarse bien”, sino de que el sistema nervioso de un niño opera distinto fuera de su estructura diaria.
Sueño alterado, comidas diferentes y un ambiente ruidoso aumentan la probabilidad de desregulación. La flexibilidad ajustada, sin perder límites, es clave para que la noche sea disfrutable también para ellos.
“Los niños regulan mejor cuando se sienten seguros y acompañados. Un momento previo de conexión (juego breve, abrazo, charla) fortalece su ‘tanque afectivo’ y disminuye la activación del ‘cerebro de alarma’. De igual manera, respetar su comodidad física y evitar exigencias innecesarias, como ropa que molesta o mesas demasiado largas, reduce tensiones que luego se traducen en conductas desbordadas”, señala la doctora Andrea Abadi (MN 76.165), médica psiquiatra y directora del Departamento Infanto Juvenil de INECO.
Ofrecer espacios tranquilos y permitir pausas ayuda a que los niños recuperen el equilibrio emocional (Imagen Ilustrativa Infobae)
También es importante recordar que su autorregulación aún está en desarrollo. Pedir calma absoluta durante largas sobremesas o en entornos de sobrecarga sensorial no es realista: el cerebro infantil no cuenta todavía con funciones ejecutivas plenamente maduras para sostenerlo.
Por eso, ofrecer opciones, habilitar pausas, permitir que se retiren unos minutos o acompañarlos en espacios más tranquilos ayuda a restablecer el equilibrio emocional.
Del mismo modo, es esencial respetar los límites corporales. Forzar saludos físicos no deseados activa respuestas de estrés en muchos niños. Permitir que elijan cómo saludar, con palabras, sonrisa, choque de manos o abrazo si así lo desean, promueve autonomía, seguridad y respeto por su cuerpo.
Recomendaciones
Cuando el cerebro sabe qué esperar, se reduce la reactividad emocional.
Ofrecer elementos reguladores (como auriculares si el ruido los incomoda) u organizar pequeños descansos previene que el sistema nervioso alcance un punto de saturación.
Si aparece irritabilidad o desborde, una breve salida del estímulo —un pasillo, balcón o patio— ayuda a bajar la activación emocional y permite reorganizar el comportamiento.
Recordar que los niños no cuentan con la misma capacidad de regulación que los adultos evita frustraciones.
Reducen el malestar físico y, con ello, la probabilidad de desregulación emocional.
En síntesis, “Las fiestas pueden ser un momento hermoso para compartir con los chicos si recordamos que su cerebro todavía está aprendiendo a regularse. Cuando anticipamos, acompañamos y respetamos sus tiempos y su cuerpo, todo fluye mejor. Menos exigencia y más conexión, a veces eso es todo lo que necesitan para que la noche sea realmente disfrutable para todos”, concluye la doctora Abadi.