El mareo es uno de los síntomas más frecuentes en la consulta médica ambulatoria y en los servicios de urgencias.
Ahora bien, la palabra mareo en sí no es muy precisa. Significa mucho en términos médicos, puesto que es depositario de síntomas muy variados y disímiles que pueden corresponder a causas diferentes.
Por ejemplo, si se le pide a personas que tienen mareos que describan qué es lo que sienten, se encontrará respuestas de lo más variadas: “siento que las cosas se me mueven, que yo doy vueltas”, “me siento inestable”, “siento la cabeza vacía”, “estoy embotado”, “siento que me voy a desmayar”. Es claro que la causa subyacente a estos no parece ser única sino múltiple.
Los pacientes describen el mareo con síntomas variados, como sensación de inestabilidad, vértigo o cabeza vacía Freepik
La definición de ciertos términos ayudará a comprender mejor los síntomas:
Vértigo: se describe como una ilusión de movimiento, el sujeto percibe que él o el entorno se mueven, generalmente en forma giratoria, aunque puede ser en cualquier trayectoria. Este síntoma sugiere una disfunción del aparato vestibular, los sensores de movimiento en el oído interno, o en ciertas áreas del cerebro que se encargan de procesar la información referente a la posición y movimiento en el espacio.
Desequilibrio: es la sensación de falta de estabilidad sin percepción de vértigo. Puede deberse a múltiples causas, como alteraciones en la sensibilidad de las piernas, en la visión, en las articulaciones o en la coordinación cerebral del movimiento.
Presíncope: se refiere a la sensación de pérdida inminente de conciencia, habitualmente acompañada de debilidad, palidez y sudoración. Suele asociarse a una disfunción del sistema nervioso autónomo en la regulación de la presión arterial.
Mareo inespecífico: es la sensación de embotamiento, de cabeza vacía o de caminar sobre nubes. Puede encontrarse en contexto de cuadros de ansiedad, trastornos de ánimo o como secuela de cuadros vertiginosos en personas con personalidad predisponerte.
El vértigo implica una ilusión de movimiento y suele indicar problemas en el oído interno (Imagen Ilustrativa Infobae)
Existen muy variadas causas para estos síntomas y cada una de ellas presenta un tratamiento y un pronóstico distinto. Por ello resulta indispensable una evaluación por un especialista en neuro-otología, la subespecialidad encargada de estas patologías, para realizar el diagnóstico correcto y encarar el tratamiento.
Lamentablemente, en la práctica diaria es muy frecuente que los pacientes deambulen durante años por distintos especialistas sin obtener un diagnóstico ni un tratamiento correcto.
“Habitualmente, la sintomatología se adjudica a un problema cervical cuando hoy se sabe que solo en una mínima proporción de los pacientes (menos del 1%) es ésta la causa. La demora en el diagnóstico acarrea un aumento exponencial de todas las complicaciones de estos cuadros como: ausencia laboral, caídas, ansiedad, depresión, agorafobia o la progresión de lesiones potencialmente graves”, sostiene el doctor Darío Scocco, jefe del Servicio de Neuro-otología del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro – INECO.
Qué es el vértigo posicional paroxístico benigno
Es fundamental no subestimar el mareo si aparece súbitamente o se acompaña de signos neurológicos
Afortunadamente en los últimos 20 años ha habido una explosión de conocimiento y tecnología en esta área que ayuda a diagnosticar y a tratar estos cuadros en forma adecuada.
Un ejemplo de esto es el vértigo posicional paroxístico benigno, el más común en la práctica diaria y al que corresponden aproximadamente el 50% de los casos.
Los pacientes con este cuadro experimentan breves e intensos episodios de vértigo al realizar cambios posicionales, típicamente levantarse de la cama, agacharse o levantar la cabeza.
La mayoría de las personas con vértigo posicional no reciben el tratamiento adecuado según datos internacionales (Imagen ilustrativa Infobae)
Su causa es el estímulo de los sensores de movimiento en el oído interno por cristales de carbonato de calcio (otolitos) que se han desprendido de la membrana donde normalmente se encuentran.
Este cuadro es rápidamente diagnosticado y resuelto realizando maniobras posicionales (giros específicos del cuerpo y la cabeza). Su efectividad es muy alta, superando el 80% en un solo intento, pero lamentablemente, en estadísticas mundiales, sólo al 20% de los pacientes se les ofrece un tratamiento adecuado.
Recomendaciones
A continuación, se brindarán cinco recomendaciones desde la Neurología para personas que presenten sintomatología compatible con la descrita:
El mareo puede parecer banal, pero puede ser la manifestación inicial de una condición grave (como un ACV o una lesión en el sistema nervioso central). Si el síntoma aparece de forma aguda, intensa o con otros signos neurológicos (como visión doble, dificultad para hablar, debilidad en un lado del cuerpo, etc.), acudir inmediatamente a un servicio de urgencias.
Es importante intentar diferenciar si se trata de: vértigo (sensación de que todo gira), desequilibrio (inestabilidad al caminar), presíncope (sensación de desmayo inminente), mareo inespecífico (cabeza embotada, caminar entre nubes). Esta descripción guía al profesional en la búsqueda de la causa real.
Muchas personas recurren a medicamentos como antivertiginosos, ansiolíticos o analgésicos sin una evaluación adecuada. Esto puede enmascarar síntomas importantes o incluso empeorar el cuadro si la causa no es la correcta. El tratamiento debe ser específico según el diagnóstico.
Tener precauciones para evitar accidentes mientras se investiga la causa. También conviene tener apoyo al caminar, evitar movimientos bruscos y asegurarse de estar en ambientes seguros si los episodios son frecuentes o impredecibles.
También describir qué los desencadena, cuánto duran, qué síntomas los acompañan (náuseas, zumbidos, visión borrosa, etc.) y cómo se resuelven, puede ser de gran ayuda para el diagnóstico. Este registro permite al médico tener una visión más clara del cuadro clínico y orientar los estudios o tratamientos necesarios.
Si bien la mayoría de las causas de estos síntomas no comprometen vitalmente la salud del paciente, en un porcentaje pueden ser la forma de presentación de patologías potencialmente graves, como accidentes cerebrovasculares o lesiones del sistema nervioso central. Es por eso que es necesaria la consulta a urgencias ante la aparición de este tipo de síntomas forma aguda y la posterior consulta a un especialista en neuro-otología.
Un dispositivo que combina sonido, electrocardiograma y análisis on line tendría capacidad para identificar problemas graves antes de que se conviertan en emergencias.
El estetoscopio, creado en 1816, es una pieza central en la medicina clínica. Hoy, una innovación tecnológica lo convierte en un aliado renovado para la salud cardiovascular. Se trata de una versión equipada con inteligencia artificial (IA) capaz de analizar en segundos el sonido del corazón, registrar un electrocardiograma y procesar los datos con algoritmos entrenados en miles de pacientes.
El dispositivo reemplaza la tradicional campana por un sensor del tamaño de una carta de naipes que se coloca en el pecho. Allí capta señales eléctricas y acústicas del corazón, que luego son enviadas a la nube. La IA interpreta esas señales y envía el resultado al teléfono del médico en apenas 15 segundos.
Según explicó la Dra. Sonya Babu-Narayan, directora clínica de la British Heart Foundation: “Necesitamos innovaciones como estas, que permitan la detección temprana de la insuficiencia cardíaca, porque muy a menudo esta afección solo se diagnostica en una etapa avanzada cuando los pacientes acuden al hospital como emergencia”.
Qué enfermedades logra detectar el estetoscopio con IA
La tecnología no solo escucha lo que un oído entrenado no alcanza a distinguir, sino que además interpreta patrones invisibles a simple vista. Los estudios realizados en más de 12.000 pacientes en Londres demostraron que quienes fueron evaluados con el dispositivo tuvieron:
2,33 veces más probabilidades de recibir diagnóstico temprano de insuficiencia cardíaca.
3,45 veces más probabilidades de detectar fibrilación auricular, un trastorno del ritmo cardíaco que eleva el riesgo de accidente cerebrovascular.
1,92 veces más probabilidades de identificar valvulopatías, es decir, alteraciones en el funcionamiento de las válvulas cardíacas.
El Dr. Mihir Kelshiker, parte del equipo investigador del Imperial College London, señaló: “A la mayoría de las personas con insuficiencia cardíaca, solo se les diagnostica la patología cuando llegan a urgencias gravemente enfermas. Este ensayo demuestra que los estetoscopios con IA podrían cambiar esta situación”.
Una herramienta pensada para la atención primaria
La gran diferencia de este avance es que permite llevar la detección al consultorio médico, sin necesidad de estudios complejos ni esperas prolongadas. En una consulta de rutina, el profesional podría anticipar problemas que, de otro modo, aparecerían en un estadio avanzado.
Investigadores del Imperial College de Londres probaron el estetoscopio en más de 12.000 pacientes. (Foto: Adobe Stock)
El Dr. Patrik Bachtiger, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College, lo resume así: “Es increíble que un estetoscopio inteligente pueda usarse para un examen de 15 segundos y que luego la IA pueda entregar rápidamente un resultado que indique si alguien tiene insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular o enfermedad de la válvula cardíaca”.
Los investigadores resaltan que esta tecnología ya está disponible en algunos consultorios de cabecera en el Reino Unido y planean extenderla a más regiones. Para la Argentina, donde las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte, su llegada podría significar un cambio relevante en la prevención y el tratamiento temprano.
Después de los 60 años, es importante mantenerse activo. Hacer alguna actividad física es lo que recomiendan los especialistas a personas de todas las edades, caminar es una de las opciones y en los últimos tiempos se viene debatiendo mucho acerca de la cantidad de pasos que debemos dar a diario para mantenernos en forma y favorecer la salud.
Sin embargo, cada vez hay más evidencias científicas que señalan que no solo importa la distancia recorrida, sino la velocidad a la que la recorremos y un nuevo estudio realizado por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago reveló que caminar más rápido puede mejorar la salud de los adultos mayores frágiles.
Una caminata en grupo es una buena opción. (Foto: Adobe Stock)
Es bien sabido que en los adultos mayores es importante mantenerse activo para evitar la fragilidad, una condición médica que los hace más vulnerables a sufrir caídas u otros accidentes en situaciones cotidianas. Entre los signos que pueden alertar de un estado de fragilidad se destacan:
Pérdida de peso sin razón conocida.
Lentitud de movimientos.
Sensación de debilidad.
Cansancio persistente.
Escasez de actividad física.
La mayoría de ellos está relacionada con el nivel de actividad, por lo que caminar puede ser una forma muy eficaz de mejorar la salud física y mantener la independencia durante más tiempo.
El ritmo al que hay que caminar
Si bien generalmente se usaba lo que se conoce como la “prueba del habla” para medir la intensidad del paseo y que sugiere caminar a un ritmo en el que resulte difícil cantar, pero aún sea posible mantener una conversación con comodidad, esta medida es subjetiva y no siempre resulta fácil de aplicar.
Los resultados del nuevo estudio se publicaron en PLOS One y demostraron que caminar un poco más rápido –concretamente, dando 14 pasos más por minuto de lo habitual– puede mejorar de forma significativa la condición física de personas mayores frágiles o en riesgo de serlo. La cadencia al caminar o cantidad de pasos por minuto es una manera práctica y clara de medir la intensidad del ejercicio.
En un análisis complementario a un ensayo clínico controlado, el doctor Daniel Rubin, de UChicago Medicine, y su equipo trabajaron con personas mayores consideradas frágiles o en riesgo de serlo, que participaron en programas de caminata organizados en sus residencias, bajo la supervisión de personal especializado. Todos llevaban dispositivos en el muslo que registraban su cadencia al caminar, algunos grupos caminaban a su ritmo habitual y otros eran animados a caminar “tan rápido como les resultara seguro”.
Los investigadores comprobaron así que quienes aumentaron su ritmo al caminar en al menos 14 pasos por minuto –hasta alcanzar unos 100 pasos por minuto– experimentaron una notable mejoría en su capacidad funcional, algo que se midió por la distancia que podían recorrer en una prueba estandarizada. “Las personas que no han experimentado la fragilidad no pueden imaginar la gran diferencia que supone no cansarse al ir al supermercado o no tener que sentarse mientras están afuera”, dijo Rubin.
Expertos citados por Verywell Health destacan que este alimento puede aportar nutrientes esenciales, pero advierten sobre la importancia de elegir los adecuados y controlar las porciones para evitar efectos negativos en el organismo
Consumir queso a diario puede aportar beneficios nutricionales relevantes, aunque también supone ciertos riesgos para la salud si no se selecciona la variedad adecuada ni se controla la cantidad.
Un análisis de Verywell health destaca que mantener el equilibrio y la moderación, así como conocer las características de cada tipo de queso, resulta fundamental. Este alimento, presente en la mesa de millones de personas, proporciona proteínas y calcio esenciales; sin embargo, su contenido en grasas saturadas, sodio y calorías exige precaución.
Valor nutricional: proteínas y calcio
El queso se destaca por su aporte de proteínas completas, especialmente caseína, que contiene todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. Según Verywell health y la Central de Datos Alimentarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA FoodData Central), una porción de 28 gramos de parmesano proporciona 10 gramos de proteína; el suizo, 7,7 gramos; el cheddar, 6,5 gramos; y la mozzarella, 6,3 gramos.
El requesón o ricota, por su parte, ofrece 12,5 gramos de proteína en media taza (113 gramos). Este aporte resulta fundamental para cubrir los requerimientos diarios de proteínas, según datos recogidos por el USDA, indispensables en la reparación y mantenimiento de los tejidos corporales.
El cheddar ofrece 6,5 gramos de proteína por cada 28 gramos consumidos (Imagen Ilustrativa Infobae)
Debido a su contenido en calcio, el queso también contribuye a la salud ósea. Tanto verywell health como la Central de Datos Alimentarios del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) recomiendan un consumo diario de 1.000 miligramos de calcio en adultos.
Los quesos duros contienen más calcio que los blandos: una porción de 28 gramos de parmesano puede aportar 260 miligramos; el suizo, 252 miligramos; y el cheddar, 200 miligramos. Esta densidad nutricional convierte al queso en un aliado para la prevención de enfermedades óseas, siempre que forme parte de una dieta equilibrada.
Probióticos, riesgos y sugerencias para el consumo
Además de las proteínas y el calcio, algunos quesos aportan probióticos, bacterias beneficiosas que contribuyen a la salud intestinal. Investigaciones citadas por Verywell health y la USDA indican que determinados quesos curados y no pasteurizados contienen estos microorganismos.
Entre las variedades con mayor presencia de probióticos se encuentran el suizo, el provolone, el gouda y el cheddar. Se recomienda consultar la etiqueta para identificar productos con “cultivos vivos” o “activos”, ya que algunos fabricantes los añaden de manera específica.
El gouda figura entre los quesos recomendados por su aporte de probióticos naturales
El consumo habitual de queso puede generar riesgos si no se controlan el tipo y la cantidad. El elevado contenido de sodio de muchas variedades constituye uno de los principales desafíos, pues podría dificultar el mantenimiento de una presión arterial saludable.
El suizo, la mozzarella, la ricota y el queso de cabra contienen menos sodio y representan alternativas preferibles para quienes desean limitar la sal.
El valor calórico del queso es otro factor relevante. Los quesos duros superan las 110 calorías por cada 28 gramos, mientras que los blandos presentan cifras más bajas. Este aspecto cobra especial importancia para quienes buscan controlar su peso, ya que el consumo frecuente y sin control de raciones puede favorecer el aumento de peso. Utilizar queso rallado es útil para potenciar el sabor utilizando menores cantidades.
Controlar la cantidad de queso consumida es clave para evitar el aumento de peso (Imagen Ilustrativa Infobae).
En personas con intolerancia a la lactosa, el queso puede provocar molestias digestivas como reflujo o indigestión. Sin embargo, existen alternativas: los quesos curados como el parmesano, el suizo, el cheddar y la mozzarella contienen, de manera natural, una menor cantidad de lactosa. Además, algunos fabricantes comercializan productos con lactosa reducida o eliminada, facilitando su inclusión en dietas específicas.
Queso y salud cardiovascular: riesgos, controversias y recomendaciones
El riesgo cardiovascular del queso se relaciona principalmente con su aporte de grasas saturadas, que puede incrementar el colesterol LDL y aumentar la probabilidad de enfermedades cardíacas. La Asociación Estadounidense del Corazón, citada por verywell health, recomienda limitar la ingesta de grasas saturadas a menos de 13 gramos diarios. Los quesos bajos en grasa o variedades sin grasa, como el requesón, la ricota, la mozzarella y el feta, son opciones adecuadas para quienes buscan controlar el colesterol.
El consumo de queso puede asociarse a menor riesgo cardiovascular, aunque faltan evidencias concluyentes (Imagen Ilustrativa Infobae)
A pesar de las advertencias tradicionales, el impacto real del queso en la salud cardiovascular sigue siendo tema de debate científico. Verywell health y estudios recopilados por la USDA informan que una revisión encontró que consumir unos 40 gramos de queso diarios podría asociarse a una menor incidencia de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y mortalidad cardiovascular, aunque los propios autores subrayan que todavía no existe evidencia concluyente y se requieren nuevas investigaciones.
Otros estudios recientes han analizado el posible efecto positivo del ácido linoleico conjugado (ALC) presente en algunos quesos, aunque persisten dudas sobre su seguridad en ciertos contextos.
Para integrar el queso de forma saludable en la alimentación, verywell health y la USDA recomiendan comparar el contenido de sodio, grasa y calorías entre productos, controlar las porciones y elegir preferentemente quesos rallados o curados para intensificar el sabor con menor cantidad.
La inclusión del queso en la dieta debe formar parte de una alimentación variada y equilibrada (Freepik)
La moderación y la variedad resultan esenciales para aprovechar los beneficios del queso y evitar posibles riesgos para la salud. La inclusión del queso en la dieta diaria debe formar parte de una estrategia que priorice la diversidad alimentaria, incluyendo suficiente cantidad de verduras, cereales integrales, frutas, grasas saludables y proteínas magras.