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Bienestar

¿Qué significa ser tóxico? señales, mecanismos ocultos y herramientas para recuperar la salud emocional

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Entender por qué surge la crítica constante, la manipulación o el ninguneo y cómo se transforman es clave para mejorar el modo en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

 

Las relaciones humanas son la base de la vida en comunidad y pueden potenciar nuestro bienestar o convertirse en una fuente de agotamiento y sufrimiento. La salud vincular exige comprensión, límites claros y un trabajo interno profundo para desactivar patrones que hieren, confunden o desgastan la vida cotidiana.

Relacionarse no es un talento innato: es una habilidad que se construye. Cada interacción, mínima o profunda, influye en nuestro bienestar psicológico y en la manera en que transitamos la vida. La actitud positiva, la escucha, la variedad de perspectivas y la capacidad de reconocer al otro como un sujeto completo son pilares que, cuando fallan, dan lugar a dinámicas nocivas.

Entre esos modos negativos de vincularse aparece lo que popularmente llamamos “toxicidad”. No siempre es evidente; muchas veces se esconde en gestos cotidianos, en tonos, en formas de comunicar o en patrones que erosionan vínculos laborales, familiares o afectivos.

“La etiqueta ‘persona tóxica’ intenta describir dinámicas que producen menoscabo emocional y hostilidad”, explica el psicólogo deportivo Gustavo Maure (M.N 9443), quien analiza este fenómeno desde una perspectiva psicoanalítica y vincular.

Señales que alertan sobre un vínculo que hace daño

La toxicidad puede manifestarse de maneras muy distintas: desde la crítica permanente hasta la manipulación emocional o el agotamiento psíquico generado por la victimización crónica. Además, es una forma de violencia emocional.

La toxicidad puede infiltrarse en relaciones de pareja, amistades, entornos laborales e incluso en el seno familiar, creando un clima de tensión y malestar generalizado. (Foto: Mujer ante el espejo - Delvaux, Paul. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza)
La toxicidad puede infiltrarse en relaciones de pareja, amistades, entornos laborales e incluso en el seno familiar, creando un clima de tensión y malestar generalizado. (Foto: Mujer ante el espejo – Delvaux, Paul. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza)

Maure detalla que estas señales suelen ser recurrentes:

  • Desvalorización crónica: ataques a la identidad del otro, no a un hecho puntual.
  • Ninguneo: ignorar, desestimar o hacer sentir irrelevante al otro.
  • Manipulación: desde la culpa hasta el gaslighting, distorsionando la realidad ajena.
  • Drenaje emocional: drama constante, conflictos repetidos, victimización.
  • Invasión de límites: no reconocer el “no”, la privacidad o la necesidad del otro.
  • Falta de responsabilidad: negar errores y desplazar la culpa hacia afuera.

Detrás de estos patrones suele haber miedo, inseguridad, una necesidad de control o una defensa narcisista que protege una imagen interna frágil.

¿Y si la conducta tóxica es propia?

El primer paso es la capacidad de observarse sin justificarse: “Una persona puede reconocer estos comportamientos preguntándose cómo reacciona la gente a su alrededor, si los conflictos son permanentes o si su impulso inicial ante un error es criticar”, señala Maure.

Para avanzar:

  • Toma de conciencia plena.
  • Frenar impulsos de crítica o control.
  • Cuidar la forma y la oportunidad al comunicar.
  • Aprender de modelos positivos.
  • Construir vínculos desde la cooperación, no desde la jerarquía emocional.

Maure afirma que toda conducta tóxica vuelve, tarde o temprano, contra quien la ejerce. Reconocerlo es esencial.

Cuando daña a los demás:

  • deterioro del vínculo
  • pérdida de confianza
  • desgaste emocional ajeno

Cuando daña a uno mismo:

  • aislamiento social
  • aumento de la angustia
  • rigidez emocional
  • incapacidad de autocrítica

La toxicidad no es solo un problema relacional: es un modo de sufrir.

Cómo salir del miedo, el perfeccionismo y la necesidad de control

Estos mecanismos suelen ser defensas ante la angustia. Para desarmarlos, Maure recomienda:

  • dejar de interpretar cada desacuerdo como un ataque
  • usar el humor compartido para flexibilizar vínculos
  • practicar la escucha activa
  • aceptar el error propio y ajeno
  • soltar el intento de controlar lo que el otro quiere o siente

El desafío es pasar de la rigidez a la flexibilidad emocional.

Límites sanos: protegerse sin entrar en la dinámica tóxica

Quienes conviven o trabajan con personas tóxicas necesitan herramientas claras:

  • No escalar el conflicto.
  • Establecer límites concisos y firmes.
  • Reducir la inversión emocional.
  • Evitar la justificación excesiva.
  • No asumir culpas proyectadas.

La consulta terapéutica puede ser necesaria tanto para quien ejerce conductas tóxicas como para quien las padece.Cuando el conflicto se repite, cuando los vínculos se deterioran, cuando la autoestima cae o cuando la angustia domina, buscar ayuda es clave. Las terapias de orientación psicoanalítica o psicodinámica permiten trabajar no solo la conducta, sino el origen emocional de estos patrones.

Leé también: De lo hice por vos a todo es culpa tuya: cinco conductas de las personas tóxicas para estar alertas

“El que ama, se hace humilde”, recordó Freud. Mejorar los vínculos implica renunciar al narcisismo, reconocer al otro y construir puentes donde antes había distancia. La salud vincular, dice Maure, es un trabajo diario, una elección y una práctica constante

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Bienestar

Científicos crean mini pulmones en laboratorio para agilizar la investigación de enfermedades respiratorias

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Los desarrollan expertos de Alemania. Cómo podrían resolver desafíos comunes y acelerar la llegada de terapias efectivas

 

Científicos en Alemania desarrollan unCientíficos en Alemania desarrollan un método automático para crear organoides pulmonares en laboratorio (Archivo Freepik)

Los organoides son pequeños grupos de células cultivadas en laboratorio que se organizan de manera similar a un órgano real.

Contienen varios tipos de células del órgano original y reproducen, en miniatura, algunas de sus funciones y estructuras.

Ahora, un grupo de científicos de Alemania diseñó una forma sencilla y automática de fabricar “mini pulmones” en el laboratorio. Los resultados fueron publicados en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology.

Se trata de organoides pulmonares. Es un avance que podría permitir que esos modelos celulares se generen de forma más rápida, eficiente y con menos intervención manual.

Cuáles serían los beneficios

Los organoides pulmonares reproducen funcionesLos organoides pulmonares reproducen funciones y estructuras clave del pulmón real. Podrían mejorar el estudio de enfermedades respiratorias./ Frontiers

De esa manera, se podría facilitar la investigación, el desarrollo de medicamentos y la posibilidad de personalizar tratamientos para enfermedades respiratorias.

Solo se requiere un tanque especial con líquido oxigenado y movimiento constante para ver cómo nacen estos modelos celulares en cantidades enormes.

Antes, producir organoides demandaba paciencia y trabajo detallado. Era como armar un rompecabezas, célula por célula, a mano.

El nuevo sistema permite que, en vez de dedicar horas a cada pequeño “pulmón”, los científicos usen un método casi automático.

El nuevo sistema permite fabricarEl nuevo sistema permite fabricar mini-pulmones de manera rápida y eficiente, reduciendo la intervención manual en el proceso. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Así pueden probar medicamentos, investigar malas condiciones del pulmón e incluso usar células del mismo paciente para saber cómo funcionaría un tratamiento.

En el futuro, esto podría ayudar a evitar pruebas innecesarias en pacientes o terapias poco efectivas.

El trabajo fue liderado por Diana Klein en la Universidad de Duisburgo-Essen, Alemania.

Desafíos y metas claras

El avance podría acelerar elEl avance podría acelerar el desarrollo de medicamentos y la personalización de tratamientos para afecciones pulmonares. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hasta hace poco, hacer organoides era tan trabajoso que no resultaba práctico. Por eso, los científicos querían que la fabricación fuera sencilla, eficiente y permitiera armar grupos grandes a la vez.

La meta principal era diseñar un sistema automático y masivo, sin perder la calidad necesaria para la investigación preclínica.

Los expertos sabían que, si las células evolucionaban solas en un sistema bien guiado, podrían multiplicar la cantidad de organoides y crear una “fábrica de mini pulmones”.

Los organoides, al tener los mismos tipos de células que el órgano real, resultaban más útiles que las líneas celulares habituales.

El objetivo de los científicos en Alemania era también saber si el método automático reproducía a la perfección los elementos más importantes del pulmón.

Un método novedoso y sencillo

El método utiliza células madreEl método utiliza células madre y un tanque especial con líquido oxigenado para generar grandes cantidades de organoides. (Archivo Imagen Ilustrativa Infobae)

El proceso empieza con células madre, que tienen el potencial para convertirse en diferentes clases de células del cuerpo. Estas se cultivan en placas plásticas hasta que crecen lo suficiente.

Después, los científicos las separan y las colocan en una placa antiadherente, donde forman unas esferas celulares llamadas cuerpos embrioides.

En ese punto, los cuerpos embrioides reciben factores de crecimiento, sustancias semejantes a las que ayudan a formar el pulmón durante el desarrollo de un bebé.

Así, las células toman la forma y función de las que componen el pulmón. Klein destacó: “El mejor resultado por ahora —simplemente— es que funciona”.

Aunque los organoides automáticos sonAunque los organoides automáticos son más grandes, presentan menos agrupaciones de alvéolos que los fabricados manualmente/Archivo Robina Weermeijer Unsplash

Posteriormente, los cuerpos embrioides van al tanque especial, con una membrana en movimiento y medio oxigenado. En paralelo, se hace un grupo de control de forma manual, para comparar.

Luego de cuatro semanas, aparece el resultado. Tanto el método automático como el manual logran estructuras con vías respiratorias y alvéolos.

Sin embargo, los organoides manuales tienen más células de alvéolo y los automáticos resultan más grandes, con menos agrupaciones de alvéolos.

Cuáles son los pasos próximos

El equipo liderado por DianaEl equipo liderado por Diana Klein en la Universidad de Duisburgo-Essen busca optimizar la calidad y cantidad de mini-pulmones producidos./Archivo

A pesar del avance, estos mini pulmones aún no incluyen células inmunitarias ni vasos sanguíneos.

No tienen circulación de sangre, así que el ambiente se mantiene estático. De todas maneras, sirven para probar medicamentos y tratamientos personalizados.

El equipo de Klein admite que queda mucho por mejorar, pero ya se abrió una puerta para encontrar terapias más eficaces y rápidas para enfermedades respiratorias

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Bienestar

La merienda, el hábito que mejora la energía y el bienestar emocional, según expertos

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Incorporar una pausa alimentaria a media tarde ayuda a estabilizar el apetito, disminuir el estrés y sostener la concentración durante la jornada, afirman especialistas de Harvard y recientes estudios citados por Vogue. Cuáles son las alternativas nutritivas recomendadas

 

Recuperar el hábito de laRecuperar el hábito de la merienda en la adultez favorece el bienestar físico y mental, según expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recuperar el hábito de la merienda, tradicionalmente vinculado con la infancia, puede convertirse en una herramienta valiosa para el bienestar físico y mental en la vida adulta. Según expertos citados por Vogue, incorporar una pausa alimentaria a media tarde ayuda a mantener la energía y la concentración, y contribuye a reducir la ansiedad y el estrés.

Origen y significado histórico de la merienda

La costumbre de merendar tiene raíces profundas en la historia. La palabra “merienda” proviene del latín “merenda”, que hacía referencia a “lo que debe merecerse”, es decir, un alimento reservado para quienes completaban una tarea o una jornada exigente.

Relatos históricos la describen como la ración ligera que recibían los soldados tras el entrenamiento, funcionando como recompensa y medio de recuperación. Expertos consultados por Vogue destacan que la ciencia del comportamiento actual respalda este enfoque: estudios en psicología y neurociencia han demostrado que introducir pequeñas pausas asociadas al bienestar mejora la percepción del esfuerzo, reduce la fatiga y fortalece la adherencia a rutinas saludables.

Beneficios psicológicos y fisiológicos

Más allá de su valor simbólico, la merienda puede convertirse en un acto de autocuidado. Elegir una fruta, frutos secos o una tostada integral no solo aporta nutrientes, sino que también representa un momento para detenerse y reconocer el trabajo realizado.

Las pausas alimentarias recomendadas porLas pausas alimentarias recomendadas por Vogue ayudan a mantener el cerebro activo durante el día (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una investigación publicada en The Journal of Nutrition demuestra que incorporar un refrigerio saludable a media tarde, como hummus o frutos secos, reduce el consumo posterior de postres y dulces en casi un 20%. Además, este hábito aumenta la sensación de saciedad y mejora el control glucémico después de varias horas sin comer.

En tanto, expertos consultados por Vogue afirman que este tipo de pausas alimentarias ayudan a mantener el cerebro despierto y evitan la sensación de carencia al final del día. Además, la merienda actúa como un puente entre la comida y la cena, estabilizando los niveles de glucosa y reduciendo el impacto de la fatiga mental, especialmente en jornadas laborales extensas.

Según Harvard Medical School, los frutos secos, el yogur con frutas frescas o una combinación de granos integrales y proteínas aportan energía sostenida y han demostrado activar áreas cerebrales vinculadas al control del apetito y a la función cognitiva, favoreciendo la concentración y el bienestar emocional durante la tarde.

Una merienda nutritiva puede ser clave para evitar el hambre acumulada que, en muchos casos, desencadena comportamientos alimentarios impulsivos y elecciones poco saludables. Cuando el cuerpo pasa muchas horas sin alimento, se activan los centros de recompensa cerebral, lo que puede llevar a picoteos y a una mayor sensación de inquietud. Incluir una merienda equilibrada ayuda a mantener la ansiedad bajo control y favorece una mejor gestión del apetito.

Ayuno intermitente y mitos asociados

El ayuno intermitente gana popularidadEl ayuno intermitente gana popularidad y despierta interrogantes sobre la importancia de la merienda en la dieta diaria (Freepik)

El auge del ayuno intermitente ha generado dudas sobre la conveniencia de merendar. Es por eso que los expertos aclaran que este método no consiste en saltarse comidas al azar ni en pasar hambre para compensar excesos. El ayuno intermitente se basa en prolongar el tiempo entre dos ingestas, sumando las horas de sueño al periodo sin comida.

Los estudios más recientes indican que los beneficios metabólicos aparecen cuando se superan ventanas de 12 a 14 horas sin ingerir alimentos. Por debajo de ese umbral, los efectos sobre la regulación del apetito y la energía son limitados. Por tanto, merendar no rompe el ayuno si la última comida principal fue al mediodía; incluso puede facilitar el cumplimiento de las horas de ayuno si la merienda se convierte en la última ingesta del día, siempre que sea completa en términos nutricionales.

Cómo estructurar una merienda equilibrada

Para quienes buscan una guía práctica, Harvard Health Publishing sugiere que los refrigerios pueden ser parte de un patrón alimentario saludable si se eligen alimentos integrales, minimizando los ultraprocesados y priorizando combinaciones de proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos. Ejemplos recomendados incluyen yogur griego con bayas, hummus con bastones de vegetales frescos, frutos secos mezclados con cerezas deshidratadas, o galletas integrales con mantequilla de almendra

Asimismo, Vogue recomienda otra estrategia: el Plato de Harvard. Esta herramienta visual propone que la mitad del plato esté compuesta por frutas y verduras frescas, un cuarto por proteínas de calidad (como pescado, pollo, huevos o tofu) y el último cuarto por carbohidratos integrales (quinoa, arroz integral o pan 100% de grano entero).

El Plato de Harvard esEl Plato de Harvard es una guía visual recomendada por expertos para una alimentación equilibrada y saludable (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, recomiendan añadir una pequeña cantidad de grasas saludables, preferiblemente aceite de oliva, y optar por agua como bebida principal. Esta composición favorece la saciedad, estabiliza la energía y contribuye a un descanso nocturno más reparador.

La importancia de escuchar las señales del cuerpo

La decisión de merendar o no debe basarse en las señales reales de hambre y saciedad, y no en reglas rígidas. Los expertos consultados por Vogue señalan que la alimentación intuitiva permite tomar decisiones más estables y menos impulsivas. Si aparecen síntomas como irritabilidad, dificultad para concentrarse o una urgencia por comer cualquier cosa, es probable que se trate de hambre acumulada.

En cambio, si la energía se mantiene estable durante la tarde, puede no ser necesario añadir una comida extra. La clave está en distinguir entre necesidad y simple impulso, y en reconocer que ignorar las señales del cuerpo no es sinónimo de autocontrol, sino de desconexión.

Adaptar la merienda a las necesidades personales, sin imponer normas estrictas, permite que este hábito recupere su valor como pausa de bienestar y autocuidado, guiando las elecciones alimentarias hacia un mayor equilibrio y satisfacción diaria.

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Las lecciones de René Favaloro y Luis Federico Leloir que revolucionaron la medicina global

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En el marco del Día del Médico, un repaso por frases y filosofías del icónico cardiólogo argentino y del Premio Nobel de Química

 

El Día del Médico, celebrado cada 3 de diciembre, se erige como una ocasión para reflexionar sobre el impacto de figuras como René Favaloro y Luis Federico Leloir en la historia de la medicina y la salud pública.

El legado de ambos adquiere una dimensión especial en este contexto. Aquí, un repaso por algunas de sus frases y lecciones.

Legado y frases de René Favaloro

El cardiólogo argentino no solo desarrolló y perfeccionó el bypass coronario, una técnica quirúrgica que ha salvado millones de vidas en todo el mundo, sino que también defendió la necesidad de que los avances médicos estuvieran al alcance de toda la sociedad.

Favaloro sostenía que la medicina debía ser accesible para todos y no un privilegio reservado a las minorías. En el Congreso de Bioingeniería de Buenos Aires, en 1999, afirmó: “Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías”.

Favaloro destacó la necesidad deFavaloro destacó la necesidad de concebir la salud como un derecho vinculado a la educación, la justicia social y la equidad, llamando a organizar la cooperación internacional para construir sociedades más justas y solidarias

La prevención y el control de enfermedades constituyeron otro de los pilares de su pensamiento. Durante la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, en agosto de 1999, Favaloro subrayó la importancia de actuar sobre las condiciones de vida de las poblaciones marginadas para eliminar desigualdades evitables en salud y bienestar. “La prevención y el control de enfermedades son fundamentales para la mejora continua de la salud de la población. Para ello se deben tomar medidas destinadas a producir cambios en el nivel de vida de las poblaciones marginadas y eliminar las desigualdades evitables e injustas en términos de salud y bienestar individual y colectivo, demanda persistente y creciente de las sociedades latinoamericanas”, expresó el cardiólogo.

El respeto por el paciente y la ética profesional fueron valores inquebrantables para Favaloro. En el mismo Congreso de Bioingeniería, sostuvo: “En cada acto médico debe estar presente el respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales; entonces la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad”.

Además, en un mensaje dirigido a estudiantes en Glacier Park Lodge, Montana, en 1993, citó su libro Don Pedro y la educación para enfatizar el compromiso social de los profesionales de la salud: “Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente, pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual, más grande será nuestro compromiso social. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre”.

Favaloro también insistió en que la salud debía concebirse como un derecho inalienable, vinculado a la educación, la justicia social y la equidad. En la Conferencia Internacional sobre la Salud del Corazón en los Países en Desarrollo, celebrada en Nueva Delhi en 1999, afirmó: “Es imprescindible organizar la cooperación internacional entre los países desarrollados y en desarrollo y luchar todos juntos por una sociedad mejor, con mayor equidad y justicia social, que haga posible respetar y defender -junto con las demás conquistas sociales- el derecho inalienable del hombre a gozar de buena salud”.

Leloir consideró la investigación unaLeloir consideró la investigación una aventura que proporcionaba satisfacción intelectual y la posibilidad de trabajar con colegas brillantes y de buen humor

El legado de Luis Federico Leloir

El aporte de Luis Federico Leloir a la ciencia también se destaca en esta fecha. Nacido en París en 1906 y radicado en Argentina desde los dos años, Leloir se graduó de médico en la Universidad de Buenos Aires a los veintiséis años y trabajó en el Hospital de Clínicas.

Sin embargo, su insatisfacción con las limitadas opciones terapéuticas de la época lo llevó a dedicarse a la investigación básica. En su autobiografía de 1982, Leloir relató: “Nunca estuve satisfecho con lo que hacía por los pacientes. Cuando practicaba la medicina, podíamos hacer muy poco por nuestros pacientes, a excepción de la cirugía, digitalina y otros pocos remedios activos”.

La falta de antibióticos y agentes terapéuticos modernos en la década de 1930 motivó a Leloir a buscar nuevos horizontes en la ciencia. Realizó su tesis doctoral bajo la dirección de Bernardo Houssay, el primer argentino en recibir el Nobel de ciencia en 1947.

Leloir describió la investigación como una “aventura atractiva” y valoró especialmente el trabajo en equipo: “Algunos de los períodos más placenteros de mi carrera fueron aquellos en los cuales trabajé con personas inteligentes y entusiastas, con buen sentido del humor. La discusión de los problemas de investigación con ellas fue siempre una experiencia muy estimulante”, escribió en su autobiografía. Reconoció también que las tareas rutinarias de laboratorio se veían compensadas por la oportunidad de conocer y entablar amistad con colegas de todo el mundo, concluyendo: “El balance es claramente positivo”.

El reconocimiento internacional llegó en 1970, cuando Leloir recibió el Premio Nobel de Química por sus investigaciones sobre los nucleótidos azúcares y su papel en la formación de hidratos de carbono. Este avance permitió comprender enfermedades hereditarias como la galactosemia, que impide a quienes la padecen asimilar el azúcar de la leche y, sin tratamiento, puede causar daños en el hígado, los riñones y el sistema nervioso central.

Durante la ceremonia de entrega del Nobel en Estocolmo, Leloir expresó: “El honor que he recibido excede -de lejos- mi expectativa más optimista. El prestigio del Premio Nobel es tal que uno de repente es promovido a un nuevo estatus. En este nuevo estatus me siento incómodo al considerar que mi nombre se unirá a la lista de gigantes de la química como van Hoff, Fischer, Arrhenius, Ramsay y von Baeyer, por nombrar solo algunos. También me siento incómodo cuando pienso en químicos contemporáneos que han hecho grandes contribuciones y también cuando pienso en mis colaboradores que llevaron a cabo una gran parte del trabajo”.

Por qué se celebra el día del Médico

Esta fecha conmemora el nacimiento de Carlos Juan Finlay Barrés, en 1833: el médico cubano identificó al mosquito Aedes aegypti como el vector de la fiebre amarilla, un hallazgo que transformó la lucha contra las epidemias en América Latina y subrayó la relevancia de la investigación científica en la prevención de enfermedades.

La conmemoración del Día del Médico invita a reconocer no solo los logros técnicos y científicos de figuras como Finlay Barrés, Favaloro y Leloir, sino también los valores éticos, el compromiso social y la búsqueda de la equidad que guiaron sus trayectorias.

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