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CORRUPCION

Falta de agua, hambre y pobreza extrema: exigen al Gobierno del Chaco que garantice una vida digna a comunidades indígenas de El Impenetrable

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Fue a través de una acción de amparo y medida cautelar presentada ante el Superior Tribunal de Justicia por la Defensora General Adjunta, Gisela Gaúna Wirz. Las familias de la etnia wichí de El Impenetrable denunciaron falta de alimentos y dificultades para acceder al agua potable, además de la vulneración de derechos básicos como el de una vivienda digna, salud y educación. Aseguraron que la situación de pobreza crónica se agudizó en los últimos meses debido a las medidas de ajuste ejecutadas por el gobierno nacional, sumado a los escasos esfuerzos por parte del gobierno provincial para intentar amortiguarlas.

La historia se repite. Tal como ocurrió en 2007, cuando el Defensor del Pueblo de la Nación solicitó a la Corte Suprema que ordene al gobierno del Chaco garantizar condiciones de vida digna para las comunidades indígenas y evitar así el “exterminio silencioso” al que estaban siendo expuestos, una vez más se recurre a la vía judicial para exigir medidas urgentes que enfrenten la pobreza crónica, la falta de alimentos y la escasez de agua potable en El Impenetrable chaqueño.

 

La Defensora General Adjunta del Poder Judicial del Chaco, Gisela Gaúna Wirz, interpuso ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) una acción de amparo colectivo y un pedido de medida cautelar para que el gobierno del Chaco garantice el acceso a estos elementos básicos al pueblo wichí, población que no se encuentra amparada por la cautelar dictada por la Corte Suprema hace 17 años, la cual hasta hoy sigue vigente.

La medida presentada el 22 de noviembre pasado ante el STJ es a favor de las comunidades que habitan las localidades de Misión Nueva Pompeya, El Sauzalito, Fuerte Esperanza y poblaciones de parajes El Tartagal, Tres Pozos, Nueva Población, Pozo del Toba, Comandancia Frías y Fortín Belgrano, y todas aquellas asentadas en la región de El Impenetrable, en el noroeste provincial.

La misma tiene como objetivo que el gobierno chaqueño garantice sus derechos al territorio, a un medio ambiente sano, a un nivel de vida adecuado, a la salud, a la alimentación, al acceso al agua potable, autodeterminación y acceso a la Justicia, entre otras prerrogativas que hoy les son negadas.

Para esto, solicitó que se ordene la conformación de una Mesa de Coordinación Interinstitucional e Intercultural tendiente a elaborar un plan de trabajo que contemple la realización de medidas a fin de avanzar progresivamente en el cumplimiento de los derechos humanos vulnerados a lo largo de tantos años al pueblo wichí, una de las comunidades indígenas que se encuentran asentadas en las zonas más alejadas de los centros urbanos chaqueños.

Además, como medida cautelar, solicitó que se adopten en forma inmediata acciones tendientes a garantizar de manera efectiva el agua potable y la alimentación adecuada para estas familias.

La funcionaria judicial explicó que para avanzar en esta cuestión se encuentran reunidos los requisitos para su procedencia debido a que existe una “omisión por parte del Estado al no adoptar la totalidad de las acciones gubernamentales necesarias y adecuadas para garantizar los derechos de las comunidades indígenas que habitan El Impenetrable chaqueño”.

Señaló en este sentido la inexistencia de políticas públicas que puedan sostenerse en el tiempo. En lugar de eso, indicó que lo que se realizó fueron “esfuerzos asistencialistas espasmódicos” que no alcanzaron ni siquiera a brindar soluciones momentáneas, lo que redunda en el sostenimiento de una situación de “pobreza estructural”, la cual “ha empeorado en los últimos meses”, según lo refieren las propias comunidades, fundamentalmente por las políticas de ajuste aplicadas por el gobierno de Javier Milei, sin que el gobierno provincial haga demasiado esfuerzo para amortiguar sus devastadores efectos en las poblaciones más vulnerables.

Situación crítica

En su escrito, la funcionaria judicial indicó que la zona que se pretende amparar abarca a una región caracterizada por la pobreza estructural, sin acceso por ruta de asfalto, con caminos de tierra que se tornan intransitables durante las lluvias, con carencia de acceso a servicios básicos para sus pobladores como luz, agua, vivienda, salud, educación y acceso a justicia.

Esta situación determina las condiciones de vida de los Pueblos Originarios que habitan la zona de El Impenetrable, donde se evidencia una problemática histórica, multidimensional y articulada que refleja distintas intersecciones de derechos humanos esenciales vulnerados que se combinan, superponen e interrelacionan entre sí.

De acuerdo a datos del INDEC, la zona es identificada como de “pobreza crítica”. Algunas de las condiciones que se viven, de acuerdo a los propios testimonios de las comunidades, son el hambre, la malnutrición y desnutrición crónica, la falta de agua potable, la falta de trabajo y la pobreza extrema. Esta última definición, vale aclarar, se refiere a la condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información.

A todo esto, se le suma las relocalizaciones forzadas y tensiones con los habitantes criollos. Estas relocalizaciones son muchas veces por la misma falta de agua o de alimentos y termina por influir en la pérdida de las prácticas culturales y de los recursos, también en los cambios dietarios forzosos redundando en malnutrición y desnutrición, y en gran medida en la pérdida de su organización social.

Pese a proyectos y acciones de ONGs y de grupos religiosos, y a proyectos aislados y esporádicos puestos en marcha desde el Estado provincial o nacional, no se ha logrado paliar las inequidades en derechos humanos e implementar metodologías para responder a las razones por las cuales estas comunidades viven estas situaciones de indefensión y ausencia de respeto a sus derechos constitucionales.

Esto se ve agravado por el desmonte y avance de la frontera agrícola, siendo que para la cosmovisión indígena el territorio es concebido como un todo intrínsecamente ligado a la vida espiritual comunitaria, con el que se relacionan en armonía donde se desarrolla su vida, y les provee de alimentos y medicina.

La medida judicial presentada por Gaúna Wirz tiene como objetivo inmediato que se garantice la alimentación y acceso a agua potable de las comunidades, habiéndose detectado en las múltiples visitas a las localidades y parajes que en el último tiempo la situación alimentaria se agravó considerablemente, con los recortes a comedores y ayuda social.

También, a pesar de que en los últimos años el acueducto logró llegar hasta las localidades de El Impenetrable, las poblaciones rurales siguen sin poder acceder al agua potable por falta de obras indispensables para ello.

Antecedente

La génesis de esta presentación judicial se dio el 19 de agosto pasado, cuando la Defensora Genreal Adjunta y su equipo fueron convocados por el grupo de personas pertenecientes a la comunidad wichí que se encontraba realizando un acampe de protesta en la localidad de Castelli, en el acceso a El Impenetrable chaqueño. De esas reuniones, también participó el Defensor del Pueblo del Chaco, Bernardo Voloj.

En esa ocasión, le explicaron a la Defensora General Adjunta que históricamente, ante la falta de diálogo por parte del gobierno provincial, las comunidades utilizaban los cortes de ruta y caminos como medida de protesta. Sin embargo, debido a los recientes desalojos y represiones violentas que se produjeron en diversos piquetes por parte de la Policía del Chaco, los dirigentes de la comunidad consideraron que en estos momentos resulta sumamente peligroso para la población realizar este tipo de medidas.

Tras varias horas de diálogo, se les hizo saber que existe la posibilidad de presentar una nueva acción de amparo con solicitud de medida cautelar en favor de aquellas comunidades que no quedaron comprendidas dentro de la solicitada por el Defensor del Pueblo de la Nación en 2007, la cual posteriormente hizo lugar la Corte Suprema.

En aquella ocasión, Mondino pidió a la Corte que adopte las medidas que fueren necesarias para modificar las actuales condiciones de vida de las poblaciones indígenas del Chaco, quienes se encontraban en una situación de “exterminio silencioso, progresivo, sistemático e inexorable”. Se solicitó que se garantice el derecho a la vida, asistencia médica, a la alimentación, al agua potable, a la educación, a una vivienda digna y al trabajo, entre otros. La medida abarcaba únicamente las zonas del sudeste del Departamento Güemes y noreste del departamento San Martín, dejando afuera a gran parte de las comunidades que habitan El Impenetrable.

Tras el encuentro en Castelli, se realizaron asambleas en otras localidades y parajes. De acuerdo a los testimonios recolectados y recorridas realizadas, está claro que las condiciones de vida de la comunidad wichí están muy lejos de ser las óptimas.

Las familias residen en viviendas precarias. Algunas, de ladrillos con techo de chapa cinc y piso de tierra; otras, en ranchos fabricados con chapas, lonas y postes. Respecto al espacio y confort cuentan con un sitio muy reducido, el cual es compartido por todos los miembros residentes. Además, usualmente preparan los alimentos a fuego con leña.

En relación al sistema de saneamiento, el 60% no dispone de baños, ni letrina dentro de las viviendas. Respecto a los servicios públicos, existe una demanda específica porque no cuentan con agua potable y luz eléctrica con conexión formal.

Salud y Educación

Es necesario destacar que municipios como el de la localidad de El Sauzalito tienen bajo su dependencia administrativa numerosos parajes y asentamientos que se encuentran alejadas del centro urbano, a horas de viaje en caminos de tierra.

Un ejemplo de ello es Fortín Belgrano, ubicada en el extremo más boreal del Chaco, a 110 kilómetros de El Sauzalito, con la gran mayoría de población wichí. Allí cuentan con un centro de salud, pero que no tiene médico fijo, por lo que la población depende de largos traslados hasta el hospital de dicha localidad para recibir tratamientos de mediana complejidad.

A su vez, estas localidades cabeceras carecen de suficientes profesionales e infraestructura en materia de salud. Como resultado, los pacientes más graves deben ser derivados a la localidad de Castelli. Sin embargo, los traslados se realizan en ambulancias por caminos de tierra, lo que puede tomar varias horas. Además, en caso de lluvia, estos caminos se vuelven intransitables, incluso para vehículos todoterreno.

Durante el acampe realizado en Castelli, las comunidades informaron que se encontraban en emergencia en materia de salud, solicitando la construcción y refacción de hospitales, centros de salud y puestos sanitarios, como así también la presencia constante de profesionales en las diversas localidades y parajes (médicos, enfermeros, pediatras y especialistas).

También manifestaron la falta de medicamentos (pastillas, inyectables y jarabes, entre otros) como así también de leche y control para mujeres embarazadas. Agregaron además la necesidad de equipamientos, de ambulancias y la implementación de un programa para tratar los casos de tuberculosis en la zona, como así también la formación inmediata de Consejos de Salud que controlen e informen el real funcionamiento de los servicios, los cuales deberán estar integrados por profesionales, el municipio y las organizaciones sociales.

En materia educativa, la educación superior solo es accesible a quienes viven en centros urbanos. De los datos ofrecidos por el Indec, surge que Misión Nueva Pompeya y el Sauzalito cuentan invariablemente desde 2010 a 2022 con un porcentaje menor al 5% de habitantes que alcanzaron estudios universitarios.

De acuerdo al Censo 2022, en el Departamento Güemes, de las 13 mil personas que se reconocen indígenas o descendientes indígenas, menos de la mitad de ellas asistió a un establecimiento educativo a lo largo de su vida. En cuanto a la terminalidad, la situación es aún peor. Poco más del 10% llegó a terminar el nivel primario y sólo el 5% terminó el nivel secundario.

La falta de oportunidades para que los jóvenes continúen sus estudios, dadas todas las dificultades que deben superar, los hace proclives a caer en adicciones y en nuevas formas de vulnerabilidad.

Durante las asambleas de agosto se solicitaron la refacción y equipamiento de las escuelas existentes, la creación de terciarios y la necesidad imperiosa que los niños, niñas y adolescentes sigan recibiendo sus raciones de comida en las escuelas, ya que en muchos casos es lo único que pueden comer durante el día.

 

RL

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PIMP!!! LA JUEZA QUE CERRO LA VERDULERIA es ucr-libertaria? Y FUE FUNCIONARIA DE AIDA junto al Gobernador Leandro Zdero

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Esta es la Jueza Municipal de Resistencia Matilde Campias que dejo en la calle a mas de 100 familias que hoy NO tienen para comer en estas fiestas … es una verguenza lo que hace a traves del municipio que deja mucho de desear la Gestion de Roy Nikisch

Como se ve en la foto que aparece Aida Ayala y Leandro Zdero junto a la Jueza Matilde Campias

“Somos más de 70 familias que nos quedamos sin trabajo” bronca por clausura municipal de Roy Nikisch

Sin embargo, la respuesta oficial es el silencio, algo que resulta incomprensible para un comercio que ya pasó por más de 100 inspecciones en lo que va del año sin haber tenido este tipo de inconvenientes.

El nudo del conflicto parece estar en la constancia catastral del terreno, un predio que pertenecía al antiguo Tiro Federal y que la familia ocupa hace más de dos décadas bajo la figura de prescripción. Priscila denunció una maniobra llamativa: mientras que en el Registro de la Propiedad Inmueble y en Catastro Provincial los papeles figuran a nombre de su familia, el municipio se niega a entregar el certificado local. Según sus palabras, los empleados municipales le habrían confesado que “tienen orden de arriba de no darme la constancia”, lo que alimenta las sospechas de una persecución dirigida.

Es imposible no ver el componente político y la falta de “tacto” en las fechas que transitamos. Cerrar una fuente de trabajo de esta magnitud en diciembre, con los índices de desocupación que golpean al Chaco, parece una medida tomada desde un escritorio sin mirar la realidad de la calle. “Los tiempos que ellos manejan no son los nuestros; nosotros tenemos mercadería y gente que vive el día a día”, reclamó la comerciante, remarcando que el negocio paga impuestos y tiene a gran parte de su personal debidamente registrado.

Por ahora, la última esperanza de las 70 familias reside en la Justicia. Se ha presentado un recurso de amparo que busca habilitar días y horas inhábiles debido a la urgencia y al receso judicial que se avecina. Mientras tanto, la mercadería sigue perdiéndose y el malestar crece en una zona de la ciudad que depende de este pulmón comercial para abastecerse a precios accesibles. Resta esperar si algún funcionario municipal decide “dar la cara” y ofrecer una salida racional que priorice el trabajo genuino.

No sera un vuelto politico para perjudicar a Alejandro Aradas en el 2027 … porque fue el presento su candidatura a Intendente el mismo juego que lo hacian con Gustavo Martinez los empleados de los politicos que trabajan en el Municipio

Pronto seguiremos con mas informacion… por que son muchas familias que pasaran una triste navidad por una interna politica partidaria y toman a la gente de reen de sus conflictos

 

CHACO PRENSA

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CORRUPCION

HUMILLAR PARA DISCIPLINAR

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En el Chaco hay escenas que no deberían existir en una democracia. Y, sin embargo, se repiten —cada vez con menos pudor— como si fueran parte del paisaje. Dos abogadas del fuero provincial fueron al Servicio Penitenciario Provincial a entrevistar a sus asistidos. No iban “a ver qué pasaba”. Iban con autorización judicial expresa, con una orden vigente y debidamente notificada. Aun así, las dejaron más de una hora y media a la intemperie, bajo el sol, sin permitirles el ingreso. La entrevista no se concretó.

No es un episodio menor. No es “una demora”. No es “un malentendido”. Es un método: humillar para disciplinar.

Porque cuando el Estado frena una entrevista autorizada, lo que está haciendo no es “poner orden”: está enviando un mensaje. Y el mensaje es simple, brutal y peligrosísimo: la defensa entra cuando nosotros queremos; la orden judicial vale si nosotros queremos; los derechos valen si nosotros queremos.

La trampa del “privilegio”
Cada vez que un abogado reclama condiciones mínimas de trabajo en un contexto de privación de libertad, aparece el coro previsible: “¿Qué privilegio reclaman?”.

Hay que decirlo con claridad: no es privilegio. Es garantía. Es una garantía para el desempeño profesional, y, por esa vía, una garantía para el ciudadano, para el imputado, para la víctima y para el propio sistema de justicia.

Nuestra ley procesal provincial reconoce que en el ejercicio profesional los abogados deben ser tratados con el respeto y consideración que se guarda a los magistrados. No para elevarnos a un pedestal, sino para impedir lo que está pasando: que el operador de turno, el funcionario de guardia o la lógica del castigo social decidan cuándo la defensa puede ejercer y cuándo no.

Si el abogado defensor puede ser humillado, demorado, hostigado o “castigado” por insistir en una orden judicial, entonces el derecho de defensa se transforma en un decorado. Se mantiene la forma —para la foto—, pero se vacía el contenido.

Y cuando la defensa es decorativa, la democracia también.

La defensa penal no es un enemigo
En paralelo al destrato institucional, crece un clima social que no es espontáneo. Se alimenta. Se produce. Se reproduce. En redes sociales se denosta a la defensa penal como si fuese una actividad vergonzante. Se confunde deliberadamente al defensor con el defendido. Y algunos discursos —incluso mediáticos— deslizan o afirman que quien defiende “encubre”.

Eso no es ignorancia: es una operación cultural que debilita el Estado de Derecho.

El defensor penal no está para “caer simpático”. Está para hacer lo que muchas veces nadie quiere escuchar: que el Estado debe probar, que debe investigar con reglas, que no puede “arreglar” con atajos, que la detención no puede ser un castigo anticipado, que la dignidad humana no se suspende por una imputación.

Defender no es justificar.
Defender es exigir legalidad.
Defender es poner límites.
Defender es recordar que el poder punitivo también debe rendir cuentas.

Cuando se instala la idea de que el abogado defensor es un “encubridor”, lo que se busca es otra cosa: habilitar el hostigamiento. Volver aceptable que se lo persiga, se lo amenace, se lo escupa simbólicamente hasta que un día el escupitajo sea literal. Y en causas de alta exposición —como lo vimos en el caso Sena— ese linchamiento mediático y material ya estuvo demasiado cerca de convertirse en tragedia.

No es exageración. Es experiencia.

El espectáculo de la vulnerabilidad

A este clima se suma algo todavía más degradante: la circulación de imágenes de personas detenidas —y, en particular, de un colega abogado— exhibidas en estado de vulnerabilidad, tratadas como objeto de consumo público. Como si la humillación fuese entretenimiento. Como si el dolor ajeno fuese un contenido más.

Esa lógica de zoológico humano no es “información”. Es castigo. Es escarmiento. Es pedagogía del miedo.

Y lo más grave: el escarmiento siempre necesita un nuevo cuerpo. Hoy es uno. Mañana es otro. Pasado, cualquiera.

“Hoy van contra ellos”.

La pregunta que duele
Hoy se señala a ciertos nombres, se los usa como símbolo de la época, se los expone, se los estigmatiza: Osuna, Gabriela Tomljenovic, Olga Mongeloz, Galassi. No importa aquí qué opinión tenga cada quien sobre cada caso. El punto es otro, y es institucional: si aceptamos que se castigue a la defensa por trabajar, mañana no habrá defensa posible para nadie.

¿De verdad vamos a naturalizar la “prisión por trabajar”?
¿Vamos a tolerar que un abogado sea tratado como sospechoso por ejercer su tarea?
¿Vamos a permitir que las órdenes judiciales se cumplan según el humor de un mostrador?

La democracia no se rompe de golpe: se desgasta. Se “acostumbra”. Se vuelve indiferente. Y un día, cuando alguien necesite que la ley lo proteja, descubre que la ley ya no está: quedó convertida en trámite, en papel, en relato.

Lo que juramos

Nos formamos durante años para defender derechos. Años de facultad, de estudio, de práctica, de errores y aprendizaje. Y el día de la matrícula, juramos algo que no es una frase decorativa: cumplir y hacer cumplir la Constitución.

Yo no lucho por una bandera corporativa.

Lucho, todos los días, por la calidad democrática y por el respeto a los derechos de todos los ciudadanos sin importar su condición. Lucho porque sé —como sabemos tantos— lo fácil que es perder el piso institucional cuando la sociedad aplaude el castigo y el Estado se acostumbra a no rendir cuentas.

Y por eso lo digo con toda la fuerza que exige este tiempo: no quiero que esto se vuelva costumbre en mi provincia.

Unidad, sí. Silencio, no.

La abogacía tiene que estar más unida que nunca. No para encubrir nada. Para defender lo elemental: que el ejercicio profesional no sea un deporte de riesgo; que el acceso a la defensa no dependa de humillaciones; que el respeto no sea un premio; que el derecho no sea un favor.

Unidad para decir basta cuando se obstaculiza una entrevista autorizada.
Unidad para repudiar el show de la vulnerabilidad humana.
Unidad para explicar —una y mil veces— que la defensa penal no es el problema: es una de las últimas barreras contra el abuso.

Porque lo que hoy se presenta como “mano dura” contra la defensa, mañana será mano dura contra cualquiera que incomode: periodistas, docentes, militantes, familias, ciudadanos comunes. La arbitrariedad no tiene ideología cuando se vuelve costumbre; solo tiene hambre.

Un límite civilizatorio

En un Estado de Derecho hay algo que no se negocia: la dignidad. La del detenido y la del defensor. La del imputado y la de la víctima. La del que cae bien y la del que cae mal. Si la dignidad se convierte en un bien selectivo, entonces ya no hablamos de justicia: hablamos de revancha.

El Chaco no necesita más escarnio. Necesita instituciones que funcionen, órdenes judiciales que se cumplan, y un sistema penal que no sea un teatro de castigo público.

Si hoy humillan para disciplinar, la respuesta no puede ser el silencio.
La respuesta debe ser un límite.

Porque cuando la defensa cae, cae con ella una palabra que todavía nos sostiene: República.

Por Celeste Segovia
*La autora es Abogada –Escribana- Magister en Derecho Penal, especialista en Derecho de Familia-Profesora Universitaria en Ciencias Jurídicas -Resistencia, Chaco.

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Más purgas del gobierno de Zdero: echan a una trabajadora de Salud por ser concejala

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Se trata de Soledad Bonilla, quién se desempeñó durante 10 años como contratada en el Ministerio de Salud del Chaco. Además, es concejala de la localidad de Hermoso Campo por el partido Frente Grande.

El partido Frente Grande del Chaco denunció que el despido de una trabajadora del Ministerio de Salud provincial, quién a su vez se desempeñaba como concejala en la localidad de Hermoso Campo, se dio en el marco de un acto de “persecución política” iniciada a partir de la asunción del gobierno de Leandro Zdero.

El partido reveló que Bonilla es trabajadora de Salud Pública en Hermoso Campo. Se desempeñaba como enfermera en el Hospital Arsenio Zeno. Desde hace 10 años es contratada del Ministerio de Salud y se desempeña “con aplicación y compromiso con su pueblo y su zona de influencia”.

En las PASO 2023, Bonilla integró las listas del Frente Grande en Hermoso Campo compitiendo dentro del Frente Chaqueño. Ingresó por la minoría en las listas y fue electa Concejala acompañando al actual Intendente.

Tras la asunción de Zdero, Bonilla fue objeto de múltiples persecuciones, entre ellas el traslado a una zona alejada de Hermoso Campo, que la ponía en problemas para criar a sus hijos y desempeñarse como Concejala.

“Soledad no se rindió a la persecución, aunque ambos ingresos no le permiten superar una canasta básica. Se mantuvo en su trabajo, se desempeñó como Concejala y sus ideas en alto”, destacaron desde el Frente Grande.

“Sin embargo, -advirtieron-, el gobierno provincial, como su líder nacional Milei, no soporta las diferencias y cree que es dueño del Estado. Por eso la despidió. Repudiamos a Zdero y su gobierno de persecución. Nos solidarizamos con Soledad Bonilla y exigimos su reincorporación”.

 

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