CORRUPCION
Asistencia alimentaria: la caja “Ñachec” de Zdero contiene menos vitaminas y proteínas que la “PAN” de Alfonsín
El gobierno del Chaco implementó desde abril de 2024 el plan alimentario “Ñachec”, inspirado en la histórica caja PAN de Alfonsín, pero con menos variedad y calidad nutricional, según pudo determinar LITIGIO tras un pedido de acceso a la información pública. La reducción de proteínas, grasas y fibra en los módulos chaqueños afecta su efectividad para combatir el hambre en una de las provincias más pobres del país. Aunque Zdero promociona el programa como “sin intermediarios”, ahora evalúa reemplazarlo por tarjetas prepagas, un esquema similar al de la gestión anterior.
La caja PAN (Programa Alimentario Nacional) fue una iniciativa del gobierno de Raúl Alfonsín en los años 80 para combatir el hambre y la pobreza en Argentina, en un contexto de grave crisis económica y social. Aprobado por el Congreso de la Nación en marzo de 1984, el programa comenzó a distribuirse un mes después en el Gran Buenos Aires, Santiago del Estero y Misiones. Aunque inicialmente estaba previsto que durara dos años, se mantuvo vigente hasta el final del mandato de Alfonsín en 1989.
Cuarenta años después, un gobernador de su mismo partido intenta emular aquel programa alimentario, utilizando incluso una caja de características similares. Desde abril de 2024, el gobierno de Leandro Zdero implementó en Chaco la distribución de los módulos alimentarios “Ñachec” (que significa “gracias” en lengua qom) para familias vulnerables.
Al igual que el plan alfonsinista, se entrega aproximadamente una vez al mes, pero con una diferencia sustancial: la versión chaqueña contiene menos productos y es más limitada en proteínas, vitaminas y grasas. En otras palabras, se trata de una versión reducida de la caja PAN, cuatro décadas después.
La notable disminución en la cantidad y calidad de los productos del módulo chaqueño reduce significativamente su efectividad para brindar una alimentación que ayude a mantener un estado nutricional adecuado en familias de escasos recursos. Esto ocurre en una de las provincias con las peores tasas de pobreza e indigencia del país, donde tres de cada cuatro personas son pobres y cuatro de cada diez son indigentes, según los últimos datos del INDEC.
Diferencias clave
La información sobre el contenido y la periodicidad de entrega del módulo alimentario, entre otros detalles del programa, fue aportada por la coordinadora del Plan Ñachec, Lorena Kaenel, en respuesta a un pedido de Acceso a la Información Pública realizado por LITIGIO el 14 de enero.
La respuesta llegó con demora. Tras una solicitud de prórroga, Kaenel respondió casi dos meses más tarde a los siete puntos solicitados por este medio. De acuerdo con su informe, el módulo alimentario contiene 400 gramos de lentejas secas, un kilo de azúcar común tipo A, un kilo de harina de maíz tipo polenta, un kilo de harina de trigo tipo “000”, un kilo de arroz largo fino tipo “00000”, una botella de 900 cc de aceite de girasol, un kilo de yerba mate y 800 gramos de leche entera en polvo. Estos módulos se entregan uno por familia, aproximadamente cada 40 días.
Por su parte, la caja PAN contenía dos kilos de leche en polvo, dos kilos de harina de trigo, dos kilos de harina de maíz, dos litros de aceite de girasol, un kilo de fideos, un kilo de arroz, un kilo de porotos y un kilo de carne enlatada. Se distribuía una vez al mes.

Al comparar ambos módulos, se observan diferencias clave. La caja Ñachec tiene un menor aporte proteico debido a la ausencia de carne enlatada y la menor cantidad de leche en polvo. También proporciona menos calorías, ya que la cantidad de aceite es inferior a la de la caja PAN. Además, contiene menos fibra, dado que los porotos fueron reemplazados por una cantidad menor de lentejas. A esto se suma la inclusión de azúcar en Ñachec, un producto que no aporta nutrientes esenciales y cuya presencia en un programa de asistencia nutricional es cuestionable.
En términos generales, la caja PAN del gobierno de Alfonsín era más completa y equilibrada, ya que incluía más proteínas de alto valor biológico (carne enlatada y mayor cantidad de leche en polvo), más fibra (porotos) y más grasas (aceite). En contraste, la caja Ñachec es más limitada en proteínas y grasas, lo que la hace menos efectiva para combatir el hambre de manera integral.
Metodología y proveedor
En el pedido de acceso a la información, también se consultó sobre otras cuestiones relacionadas con el programa, como la cantidad de alimentos adquiridos y entregados, los criterios para seleccionar a los beneficiarios y la existencia de alternativas para personas celíacas.
Kaenel informó que el objetivo general del programa es mejorar la calidad de vida de los grupos en situación de “riesgo alimentario”. Se prioriza a familias con más de dos hijos menores, personas con discapacidad y adultos mayores en extrema pobreza. Para determinar los beneficiarios, se realizan informes socioeconómicos mediante visitas domiciliarias.
También aclaró que, en casos excepcionales, cuando una persona en evidente situación de desnutrición o discapacidad requiera asistencia y haya módulos disponibles, se le entregará la ayuda y se registrará en una planilla denominada “casos particulares”. Estos beneficiarios podrían o no ser incorporados al padrón mensual.

Desde abril de 2024, cuando el plan fue aprobado por decreto provincial, hasta septiembre del mismo año, se entregaron 260.000 módulos alimentarios en articulación con la Subsecretaría de Políticas Sociales. A partir de octubre de 2024, la distribución alcanzó los 330.000 módulos, con un total aproximado de 100.000 familias beneficiarias.
En cuanto al proveedor, Kaenel indicó que la última licitación fue otorgada a la firma El Indio (CUIT 30-56199965-8), ubicada en la ruta nacional 11, kilómetro 1008. La compra se realizó mediante licitación pública a través de Fiduciaria del Norte.
Respecto a las personas celíacas, la funcionaria aclaró que existe un programa específico a cargo de la Subsecretaría de Políticas Sociales, independiente de Ñachec, que articula asistencia para este grupo.

¿Un programa sin intermediarios?
“Ñachec será el programa de la libertad, donde la gente pueda desarrollarse libremente en el lugar donde está y recuperar la dignidad”, aseguró Zdero al presentarlo, destacando que la distribución sería “sin intermediarios”.

Sin embargo, cada entrega de módulos es realizada por empleados del gobierno con pecheras del programa, en un esquema que se asemeja al asistencialismo tradicional que la UCR suele cuestionar en el peronismo.
Aunque el programa ha sido promocionado como una iniciativa sin intervención de terceros (Resistencia está empapelada con carteles del gobierno destacando este punto), en la última apertura de sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados provincial, Zdero anunció que evalúa la posibilidad de implementar tarjetas alimentarias prepagas. De esta manera, cada beneficiario podría elegir los productos que necesite en el comercio de su preferencia, un mecanismo similar al que ya se utilizaba en la gestión anterior, cuando sí existían “intermediarios”.
Por Bruno Martínez LITIGIO
CORRUPCION
PIMP!!! LA JUEZA QUE CERRO LA VERDULERIA es ucr-libertaria? Y FUE FUNCIONARIA DE AIDA junto al Gobernador Leandro Zdero
Esta es la Jueza Municipal de Resistencia Matilde Campias que dejo en la calle a mas de 100 familias que hoy NO tienen para comer en estas fiestas … es una verguenza lo que hace a traves del municipio que deja mucho de desear la Gestion de Roy Nikisch
Como se ve en la foto que aparece Aida Ayala y Leandro Zdero junto a la Jueza Matilde Campias
“Somos más de 70 familias que nos quedamos sin trabajo” bronca por clausura municipal de Roy Nikisch

Sin embargo, la respuesta oficial es el silencio, algo que resulta incomprensible para un comercio que ya pasó por más de 100 inspecciones en lo que va del año sin haber tenido este tipo de inconvenientes.
El nudo del conflicto parece estar en la constancia catastral del terreno, un predio que pertenecía al antiguo Tiro Federal y que la familia ocupa hace más de dos décadas bajo la figura de prescripción. Priscila denunció una maniobra llamativa: mientras que en el Registro de la Propiedad Inmueble y en Catastro Provincial los papeles figuran a nombre de su familia, el municipio se niega a entregar el certificado local. Según sus palabras, los empleados municipales le habrían confesado que “tienen orden de arriba de no darme la constancia”, lo que alimenta las sospechas de una persecución dirigida.
Es imposible no ver el componente político y la falta de “tacto” en las fechas que transitamos. Cerrar una fuente de trabajo de esta magnitud en diciembre, con los índices de desocupación que golpean al Chaco, parece una medida tomada desde un escritorio sin mirar la realidad de la calle. “Los tiempos que ellos manejan no son los nuestros; nosotros tenemos mercadería y gente que vive el día a día”, reclamó la comerciante, remarcando que el negocio paga impuestos y tiene a gran parte de su personal debidamente registrado.
Por ahora, la última esperanza de las 70 familias reside en la Justicia. Se ha presentado un recurso de amparo que busca habilitar días y horas inhábiles debido a la urgencia y al receso judicial que se avecina. Mientras tanto, la mercadería sigue perdiéndose y el malestar crece en una zona de la ciudad que depende de este pulmón comercial para abastecerse a precios accesibles. Resta esperar si algún funcionario municipal decide “dar la cara” y ofrecer una salida racional que priorice el trabajo genuino.
No sera un vuelto politico para perjudicar a Alejandro Aradas en el 2027 … porque fue el presento su candidatura a Intendente el mismo juego que lo hacian con Gustavo Martinez los empleados de los politicos que trabajan en el Municipio
Pronto seguiremos con mas informacion… por que son muchas familias que pasaran una triste navidad por una interna politica partidaria y toman a la gente de reen de sus conflictos
CHACO PRENSA
CORRUPCION
HUMILLAR PARA DISCIPLINAR
En el Chaco hay escenas que no deberían existir en una democracia. Y, sin embargo, se repiten —cada vez con menos pudor— como si fueran parte del paisaje. Dos abogadas del fuero provincial fueron al Servicio Penitenciario Provincial a entrevistar a sus asistidos. No iban “a ver qué pasaba”. Iban con autorización judicial expresa, con una orden vigente y debidamente notificada. Aun así, las dejaron más de una hora y media a la intemperie, bajo el sol, sin permitirles el ingreso. La entrevista no se concretó.
No es un episodio menor. No es “una demora”. No es “un malentendido”. Es un método: humillar para disciplinar.
Porque cuando el Estado frena una entrevista autorizada, lo que está haciendo no es “poner orden”: está enviando un mensaje. Y el mensaje es simple, brutal y peligrosísimo: la defensa entra cuando nosotros queremos; la orden judicial vale si nosotros queremos; los derechos valen si nosotros queremos.
La trampa del “privilegio”
Cada vez que un abogado reclama condiciones mínimas de trabajo en un contexto de privación de libertad, aparece el coro previsible: “¿Qué privilegio reclaman?”.
Hay que decirlo con claridad: no es privilegio. Es garantía. Es una garantía para el desempeño profesional, y, por esa vía, una garantía para el ciudadano, para el imputado, para la víctima y para el propio sistema de justicia.
Nuestra ley procesal provincial reconoce que en el ejercicio profesional los abogados deben ser tratados con el respeto y consideración que se guarda a los magistrados. No para elevarnos a un pedestal, sino para impedir lo que está pasando: que el operador de turno, el funcionario de guardia o la lógica del castigo social decidan cuándo la defensa puede ejercer y cuándo no.
Si el abogado defensor puede ser humillado, demorado, hostigado o “castigado” por insistir en una orden judicial, entonces el derecho de defensa se transforma en un decorado. Se mantiene la forma —para la foto—, pero se vacía el contenido.
Y cuando la defensa es decorativa, la democracia también.
La defensa penal no es un enemigo
En paralelo al destrato institucional, crece un clima social que no es espontáneo. Se alimenta. Se produce. Se reproduce. En redes sociales se denosta a la defensa penal como si fuese una actividad vergonzante. Se confunde deliberadamente al defensor con el defendido. Y algunos discursos —incluso mediáticos— deslizan o afirman que quien defiende “encubre”.
Eso no es ignorancia: es una operación cultural que debilita el Estado de Derecho.
El defensor penal no está para “caer simpático”. Está para hacer lo que muchas veces nadie quiere escuchar: que el Estado debe probar, que debe investigar con reglas, que no puede “arreglar” con atajos, que la detención no puede ser un castigo anticipado, que la dignidad humana no se suspende por una imputación.
Defender no es justificar.
Defender es exigir legalidad.
Defender es poner límites.
Defender es recordar que el poder punitivo también debe rendir cuentas.
Cuando se instala la idea de que el abogado defensor es un “encubridor”, lo que se busca es otra cosa: habilitar el hostigamiento. Volver aceptable que se lo persiga, se lo amenace, se lo escupa simbólicamente hasta que un día el escupitajo sea literal. Y en causas de alta exposición —como lo vimos en el caso Sena— ese linchamiento mediático y material ya estuvo demasiado cerca de convertirse en tragedia.
No es exageración. Es experiencia.
El espectáculo de la vulnerabilidad
A este clima se suma algo todavía más degradante: la circulación de imágenes de personas detenidas —y, en particular, de un colega abogado— exhibidas en estado de vulnerabilidad, tratadas como objeto de consumo público. Como si la humillación fuese entretenimiento. Como si el dolor ajeno fuese un contenido más.
Esa lógica de zoológico humano no es “información”. Es castigo. Es escarmiento. Es pedagogía del miedo.
Y lo más grave: el escarmiento siempre necesita un nuevo cuerpo. Hoy es uno. Mañana es otro. Pasado, cualquiera.
“Hoy van contra ellos”.
La pregunta que duele
Hoy se señala a ciertos nombres, se los usa como símbolo de la época, se los expone, se los estigmatiza: Osuna, Gabriela Tomljenovic, Olga Mongeloz, Galassi. No importa aquí qué opinión tenga cada quien sobre cada caso. El punto es otro, y es institucional: si aceptamos que se castigue a la defensa por trabajar, mañana no habrá defensa posible para nadie.
¿De verdad vamos a naturalizar la “prisión por trabajar”?
¿Vamos a tolerar que un abogado sea tratado como sospechoso por ejercer su tarea?
¿Vamos a permitir que las órdenes judiciales se cumplan según el humor de un mostrador?
La democracia no se rompe de golpe: se desgasta. Se “acostumbra”. Se vuelve indiferente. Y un día, cuando alguien necesite que la ley lo proteja, descubre que la ley ya no está: quedó convertida en trámite, en papel, en relato.
Lo que juramos
Nos formamos durante años para defender derechos. Años de facultad, de estudio, de práctica, de errores y aprendizaje. Y el día de la matrícula, juramos algo que no es una frase decorativa: cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Yo no lucho por una bandera corporativa.
Lucho, todos los días, por la calidad democrática y por el respeto a los derechos de todos los ciudadanos sin importar su condición. Lucho porque sé —como sabemos tantos— lo fácil que es perder el piso institucional cuando la sociedad aplaude el castigo y el Estado se acostumbra a no rendir cuentas.
Y por eso lo digo con toda la fuerza que exige este tiempo: no quiero que esto se vuelva costumbre en mi provincia.
Unidad, sí. Silencio, no.
La abogacía tiene que estar más unida que nunca. No para encubrir nada. Para defender lo elemental: que el ejercicio profesional no sea un deporte de riesgo; que el acceso a la defensa no dependa de humillaciones; que el respeto no sea un premio; que el derecho no sea un favor.
Unidad para decir basta cuando se obstaculiza una entrevista autorizada.
Unidad para repudiar el show de la vulnerabilidad humana.
Unidad para explicar —una y mil veces— que la defensa penal no es el problema: es una de las últimas barreras contra el abuso.
Porque lo que hoy se presenta como “mano dura” contra la defensa, mañana será mano dura contra cualquiera que incomode: periodistas, docentes, militantes, familias, ciudadanos comunes. La arbitrariedad no tiene ideología cuando se vuelve costumbre; solo tiene hambre.
Un límite civilizatorio
En un Estado de Derecho hay algo que no se negocia: la dignidad. La del detenido y la del defensor. La del imputado y la de la víctima. La del que cae bien y la del que cae mal. Si la dignidad se convierte en un bien selectivo, entonces ya no hablamos de justicia: hablamos de revancha.
El Chaco no necesita más escarnio. Necesita instituciones que funcionen, órdenes judiciales que se cumplan, y un sistema penal que no sea un teatro de castigo público.
Si hoy humillan para disciplinar, la respuesta no puede ser el silencio.
La respuesta debe ser un límite.
Porque cuando la defensa cae, cae con ella una palabra que todavía nos sostiene: República.
Por Celeste Segovia
*La autora es Abogada –Escribana- Magister en Derecho Penal, especialista en Derecho de Familia-Profesora Universitaria en Ciencias Jurídicas -Resistencia, Chaco.
CORRUPCION
Más purgas del gobierno de Zdero: echan a una trabajadora de Salud por ser concejala
Se trata de Soledad Bonilla, quién se desempeñó durante 10 años como contratada en el Ministerio de Salud del Chaco. Además, es concejala de la localidad de Hermoso Campo por el partido Frente Grande.
El partido Frente Grande del Chaco denunció que el despido de una trabajadora del Ministerio de Salud provincial, quién a su vez se desempeñaba como concejala en la localidad de Hermoso Campo, se dio en el marco de un acto de “persecución política” iniciada a partir de la asunción del gobierno de Leandro Zdero.
El partido reveló que Bonilla es trabajadora de Salud Pública en Hermoso Campo. Se desempeñaba como enfermera en el Hospital Arsenio Zeno. Desde hace 10 años es contratada del Ministerio de Salud y se desempeña “con aplicación y compromiso con su pueblo y su zona de influencia”.
En las PASO 2023, Bonilla integró las listas del Frente Grande en Hermoso Campo compitiendo dentro del Frente Chaqueño. Ingresó por la minoría en las listas y fue electa Concejala acompañando al actual Intendente.
Tras la asunción de Zdero, Bonilla fue objeto de múltiples persecuciones, entre ellas el traslado a una zona alejada de Hermoso Campo, que la ponía en problemas para criar a sus hijos y desempeñarse como Concejala.
“Soledad no se rindió a la persecución, aunque ambos ingresos no le permiten superar una canasta básica. Se mantuvo en su trabajo, se desempeñó como Concejala y sus ideas en alto”, destacaron desde el Frente Grande.
“Sin embargo, -advirtieron-, el gobierno provincial, como su líder nacional Milei, no soporta las diferencias y cree que es dueño del Estado. Por eso la despidió. Repudiamos a Zdero y su gobierno de persecución. Nos solidarizamos con Soledad Bonilla y exigimos su reincorporación”.
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