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Politica

La oposición busca derogar la reforma de la Policía Federal que el Gobierno implementó por decreto

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Javier Milei y Patricia Bullrich anunciaron el martes pasado una reorganización de la fuerza para que se especialice en delitos federales, siguiendo el modelo del FBI de Estados Unidos. Cuáles son las críticas

El bloque de diputados de Democracia para Siempre presentó este jueves un proyecto de ley para derogar el decreto 383/2025, que reforma la estructura de la Policía Federal Argentina (PFA) bajo el modelo del FBI de Estados Unidos. El DNU firmado por el presidente Javier Milei redefine el perfil de la institución que en adelante se concentrará en la investigación de delitos federales complejos como el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo.

La reforma impulsada por Patricia Bullrich, que entre otras cosas crea el nuevo Departamento Federal de Investigaciones, no pasó por el Congreso y se implementó por DNU bajo el amparo de las facultades delegadas que se le otorgaron al Poder Ejecutivo en la Ley Bases.

Justamente ese es uno de los primeros puntos que cuestionan los diputados de Democracia para Siempre. Según su visión, el decreto 383/2025 debe ser declarado de “nulidad absoluta” porque “excede las facultades delegadas de la Ley N° 27.742”, conocida como Ley Bases y Puntos de Partida”.

Facundo Manes, referente de DemocraciaFacundo Manes, referente de Democracia para Siempre

En ese sentido, los diputados Pablo Juliano, Facundo Manes, Mariela Coletta, Danya Tavela, Fernando Carbajal y Carla Carrizo señalaron que el Congreso autorizó únicamente la reorganización de órganos de la administración central y no la emisión de normas generales restrictivas de derechos.

“El Poder Ejecutivo está utilizando a la Ley Bases como ventana de oportunidad forzada, ya que entre las facultades delegadas al Poder Ejecutivo no están las de seguridad”, explicaron en los fundamentos, ya que la delegación conferida al Poder Ejecutivo abarcaba exclusivamente áreas administrativas, económicas, financieras y energéticas.

Por otro lado, la oposición cuestiona además el artículo 6, incisos 2, 5 y 11 del Estatuto de la PFA, que, según denuncian, habilita tareas de inteligencia criminal con acceso a bases privadas y fuentes abiertas como redes sociales, lo cual “vulnera las garantías de intimidad, libertad de expresión y protección de datos personales” contemplados en la Constitución Nacional y la Ley 25.326 de Protección de los Datos Personales.

Los radicales disidentes destacaron la falta de precisión en términos como “amenaza a la seguridad del Estado” y “alteración del orden público”, lo que, según advierten, puede permitir una aplicación discrecional de las nuevas facultades policiales. El proyecto señala que este contexto podría derivar en la persecución de la protesta, el monitoreo de opositores y “el avasallamiento a la libertad de expresión”.

Una placa del nuevo DepartamentoUna placa del nuevo Departamento Federal de Investigaciones

En relación con las facultades otorgadas a la Policía Federal Argentina, desde Democracia para Siempre manifestaron preocupación por la habilitación de detenciones y requisas sin orden judicial. Y mencionaron la vulneración de garantías como el derecho al debido proceso, la protección contra detenciones arbitrarias y la inviolabilidad del domicilio, reconocidas en tratados internacionales y la legislación argentina.

También remarcaron que la figura de “arresto por averiguación de antecedentes”, incluida en el nuevo marco normativo, ya fue declarada inconstitucional en reiteradas oportunidades por considerarse arbitraria y discrecional.

Si bien este es el primer proyecto presentado formalmente para derogar la reforma de la Policía Federal, desde otros espacios políticos también manifestaron cuestionamientos.

“La ministra Bullrich impulsa una reforma policial, pero una vez más se “olvidó” de enviar el proyecto al Congreso, donde deberían darse este tipo de debates. Habilita el ‘Ciberpatrullaje’” de redes sociales sin autorización judicial, detenciones policiales sin control. Cada vez la democracia más débil y un Estado más autoritario”, publicó Mónica Litza, de Unión por la Patria. En tanto, su compañero de bloque José Glinski, que se desempeñó como Jefe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria durante la presidencia de Alberto Fernández, aseguró que “lo más preocupante” es que la reforma le da a la PFA “facultades de inteligencia criminal por fuera del Sistema Nacional de Inteligencia (Ley 25.520). Es decir, crea una agencia de espionaje sin control parlamentario”.

Y agregó: “Con este decreto, la policía podrá hacer inteligencia sin causa judicial ni orden de un juez. Esto viola la ley actual y borra de un plumazo los controles democráticos que tanto costaron construir”.

El ex titular de laEl ex titular de la PSA criticó la reforma

En la misma línea también se expresó el diputado socialista de Encuentro Federal, Esteban Paulón: “En enero, ante la Cámara de Diputados, la ministra de Seguridad aseguró que cualquier reforma a la Policía Federal pasaría por el Congreso. Ahora, oficializaron cambios por decreto, sin debate ni control parlamentario. El ‘respeto a la ley’, te lo debo”.

“Patricia Bullrich, con la anuencia de Milei, mediante el Decreto 383/2025 y su anexo, vuelve a erigirse por encima de jueces y legisladores, para darle un carácter supremo a las fuerzas federales, y así blindar de impunidad sus delitos, operaciones de prensa y mentiras habituales. Formalmente, pretende instalar un nuevo régimen ultra represivo”, publicó la diputada del Frente de Izquierda Myriam Bregman en su redes sociales.

En paralelo, el diputado Fernando Carbajal presentó una denuncia penal contra el Gobierno porque asegura que la reforma de la PFA incumple la sentencia “Fernandez Prieto y Tumbeiro Vs Argentina” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y reclama una medida cautelar que suspenda los incisos 7 y 13 del artículo 6 del nuevo Estatuto de la fuerza.

Detenciones sin orden judicial

El artículo 6, inciso 7, del Estatuto establece que la policía no puede detener personas sin orden judicial, excepto en situaciones en las que existan circunstancias fundadas que permitan presumir que alguien haya cometido o pueda cometer un delito y no acredite fehacientemente su identidad. En esos casos, la persona puede ser conducida a la dependencia policial para identificarla y permanecer allí hasta por diez horas. Para la oposición, esta redacción permite detenciones preventivas basadas en sospechas, sin intervención previa de un juez, lo que consideran un riesgo para las garantías constitucionales.

Ciberpatrullaje sin control judicial

El artículo 6, inciso 11, autoriza a la Policía Federal a realizar tareas de prevención del delito en espacios públicos digitales, como redes sociales abiertas, sitios web públicos y otras fuentes abiertas, sin necesidad de autorización judicial. El DNU aclara que estas tareas deben respetar la protección de datos personales y derechos fundamentales, pero la oposición advierte que habilita la vigilancia y el análisis de actividades en Internet sin supervisión judicial previa, lo que podría derivar en prácticas de control, seguimiento y eventual persecución de personas por su actividad en línea, sin control suficiente sobre la legalidad o el alcance de estos procedimientos.

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Politica

El 18D toma volumen y músculo: las 62 Organizaciones Peronistas se suman a la marcha de la CGT al Congreso contra la reforma laboral

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La movilización del próximo 18 de diciembre —el “12D sindical” que la CGT prepara como la primera gran pulseada callejera contra la reforma laboral del Gobierno— acaba de sumar un actor de peso histórico: Las 62 Organizaciones Peronistas, que anunciaron que marcharán junto a la central obrera y que ese mismo día presentarán un proyecto alternativo de reforma laboral, elaborado junto a laboralistas y especialistas del mundo sindical.

📝El comunicado, firmado por su Secretario General, José Ibarra, advierte que la iniciativa oficial impulsada por el Ejecutivo “pretende retroceder un siglo de conquistas laborales”, y llama a los trabajadores a movilizarse en defensa de sus derechos. Con esta adhesión, la jornada del 18D toma aún más volumen político y gremial, reforzando la capacidad de movilización del movimiento obrero organizado.

▶ Una señal fuerte en la previa: acompañamiento pleno a la CGT

‼ La incorporación de Las 62 Organizaciones Peronistas a la marcha es leída en el mundo sindical como un gesto de contundencia. La organización, histórica columna vertebral del peronismo gremial, mantiene presencia territorial y fuerza estructural en sectores clave como transporte, industria, comercio y servicios.

🗣 En el texto oficial, Las 62 expresan su “plena adhesión a la convocatoria de la CGT” y remarcan que estarán en la calle “junto al pueblo trabajador, defendiendo la dignidad y la memoria de nuestras conquistas frente al intento de retroceso laboral”.

▶ Un proyecto alternativo propio: la respuesta sindical frente al Congreso

💬 Uno de los puntos centrales del anuncio es que Las 62 darán a conocer un proyecto alternativo propio el mismo día de la movilización. Según indicaron, se trata de un documento desarrollado por laboralistas y técnicos vinculados al sindicalismo, con el objetivo de que “la voz de los trabajadores esté presente en cada instancia legislativa”.

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CORRUPCION

HUMILLAR PARA DISCIPLINAR

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En el Chaco hay escenas que no deberían existir en una democracia. Y, sin embargo, se repiten —cada vez con menos pudor— como si fueran parte del paisaje. Dos abogadas del fuero provincial fueron al Servicio Penitenciario Provincial a entrevistar a sus asistidos. No iban “a ver qué pasaba”. Iban con autorización judicial expresa, con una orden vigente y debidamente notificada. Aun así, las dejaron más de una hora y media a la intemperie, bajo el sol, sin permitirles el ingreso. La entrevista no se concretó.

No es un episodio menor. No es “una demora”. No es “un malentendido”. Es un método: humillar para disciplinar.

Porque cuando el Estado frena una entrevista autorizada, lo que está haciendo no es “poner orden”: está enviando un mensaje. Y el mensaje es simple, brutal y peligrosísimo: la defensa entra cuando nosotros queremos; la orden judicial vale si nosotros queremos; los derechos valen si nosotros queremos.

La trampa del “privilegio”
Cada vez que un abogado reclama condiciones mínimas de trabajo en un contexto de privación de libertad, aparece el coro previsible: “¿Qué privilegio reclaman?”.

Hay que decirlo con claridad: no es privilegio. Es garantía. Es una garantía para el desempeño profesional, y, por esa vía, una garantía para el ciudadano, para el imputado, para la víctima y para el propio sistema de justicia.

Nuestra ley procesal provincial reconoce que en el ejercicio profesional los abogados deben ser tratados con el respeto y consideración que se guarda a los magistrados. No para elevarnos a un pedestal, sino para impedir lo que está pasando: que el operador de turno, el funcionario de guardia o la lógica del castigo social decidan cuándo la defensa puede ejercer y cuándo no.

Si el abogado defensor puede ser humillado, demorado, hostigado o “castigado” por insistir en una orden judicial, entonces el derecho de defensa se transforma en un decorado. Se mantiene la forma —para la foto—, pero se vacía el contenido.

Y cuando la defensa es decorativa, la democracia también.

La defensa penal no es un enemigo
En paralelo al destrato institucional, crece un clima social que no es espontáneo. Se alimenta. Se produce. Se reproduce. En redes sociales se denosta a la defensa penal como si fuese una actividad vergonzante. Se confunde deliberadamente al defensor con el defendido. Y algunos discursos —incluso mediáticos— deslizan o afirman que quien defiende “encubre”.

Eso no es ignorancia: es una operación cultural que debilita el Estado de Derecho.

El defensor penal no está para “caer simpático”. Está para hacer lo que muchas veces nadie quiere escuchar: que el Estado debe probar, que debe investigar con reglas, que no puede “arreglar” con atajos, que la detención no puede ser un castigo anticipado, que la dignidad humana no se suspende por una imputación.

Defender no es justificar.
Defender es exigir legalidad.
Defender es poner límites.
Defender es recordar que el poder punitivo también debe rendir cuentas.

Cuando se instala la idea de que el abogado defensor es un “encubridor”, lo que se busca es otra cosa: habilitar el hostigamiento. Volver aceptable que se lo persiga, se lo amenace, se lo escupa simbólicamente hasta que un día el escupitajo sea literal. Y en causas de alta exposición —como lo vimos en el caso Sena— ese linchamiento mediático y material ya estuvo demasiado cerca de convertirse en tragedia.

No es exageración. Es experiencia.

El espectáculo de la vulnerabilidad

A este clima se suma algo todavía más degradante: la circulación de imágenes de personas detenidas —y, en particular, de un colega abogado— exhibidas en estado de vulnerabilidad, tratadas como objeto de consumo público. Como si la humillación fuese entretenimiento. Como si el dolor ajeno fuese un contenido más.

Esa lógica de zoológico humano no es “información”. Es castigo. Es escarmiento. Es pedagogía del miedo.

Y lo más grave: el escarmiento siempre necesita un nuevo cuerpo. Hoy es uno. Mañana es otro. Pasado, cualquiera.

“Hoy van contra ellos”.

La pregunta que duele
Hoy se señala a ciertos nombres, se los usa como símbolo de la época, se los expone, se los estigmatiza: Osuna, Gabriela Tomljenovic, Olga Mongeloz, Galassi. No importa aquí qué opinión tenga cada quien sobre cada caso. El punto es otro, y es institucional: si aceptamos que se castigue a la defensa por trabajar, mañana no habrá defensa posible para nadie.

¿De verdad vamos a naturalizar la “prisión por trabajar”?
¿Vamos a tolerar que un abogado sea tratado como sospechoso por ejercer su tarea?
¿Vamos a permitir que las órdenes judiciales se cumplan según el humor de un mostrador?

La democracia no se rompe de golpe: se desgasta. Se “acostumbra”. Se vuelve indiferente. Y un día, cuando alguien necesite que la ley lo proteja, descubre que la ley ya no está: quedó convertida en trámite, en papel, en relato.

Lo que juramos

Nos formamos durante años para defender derechos. Años de facultad, de estudio, de práctica, de errores y aprendizaje. Y el día de la matrícula, juramos algo que no es una frase decorativa: cumplir y hacer cumplir la Constitución.

Yo no lucho por una bandera corporativa.

Lucho, todos los días, por la calidad democrática y por el respeto a los derechos de todos los ciudadanos sin importar su condición. Lucho porque sé —como sabemos tantos— lo fácil que es perder el piso institucional cuando la sociedad aplaude el castigo y el Estado se acostumbra a no rendir cuentas.

Y por eso lo digo con toda la fuerza que exige este tiempo: no quiero que esto se vuelva costumbre en mi provincia.

Unidad, sí. Silencio, no.

La abogacía tiene que estar más unida que nunca. No para encubrir nada. Para defender lo elemental: que el ejercicio profesional no sea un deporte de riesgo; que el acceso a la defensa no dependa de humillaciones; que el respeto no sea un premio; que el derecho no sea un favor.

Unidad para decir basta cuando se obstaculiza una entrevista autorizada.
Unidad para repudiar el show de la vulnerabilidad humana.
Unidad para explicar —una y mil veces— que la defensa penal no es el problema: es una de las últimas barreras contra el abuso.

Porque lo que hoy se presenta como “mano dura” contra la defensa, mañana será mano dura contra cualquiera que incomode: periodistas, docentes, militantes, familias, ciudadanos comunes. La arbitrariedad no tiene ideología cuando se vuelve costumbre; solo tiene hambre.

Un límite civilizatorio

En un Estado de Derecho hay algo que no se negocia: la dignidad. La del detenido y la del defensor. La del imputado y la de la víctima. La del que cae bien y la del que cae mal. Si la dignidad se convierte en un bien selectivo, entonces ya no hablamos de justicia: hablamos de revancha.

El Chaco no necesita más escarnio. Necesita instituciones que funcionen, órdenes judiciales que se cumplan, y un sistema penal que no sea un teatro de castigo público.

Si hoy humillan para disciplinar, la respuesta no puede ser el silencio.
La respuesta debe ser un límite.

Porque cuando la defensa cae, cae con ella una palabra que todavía nos sostiene: República.

Por Celeste Segovia
*La autora es Abogada –Escribana- Magister en Derecho Penal, especialista en Derecho de Familia-Profesora Universitaria en Ciencias Jurídicas -Resistencia, Chaco.

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CORRUPCION

Más purgas del gobierno de Zdero: echan a una trabajadora de Salud por ser concejala

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Se trata de Soledad Bonilla, quién se desempeñó durante 10 años como contratada en el Ministerio de Salud del Chaco. Además, es concejala de la localidad de Hermoso Campo por el partido Frente Grande.

El partido Frente Grande del Chaco denunció que el despido de una trabajadora del Ministerio de Salud provincial, quién a su vez se desempeñaba como concejala en la localidad de Hermoso Campo, se dio en el marco de un acto de “persecución política” iniciada a partir de la asunción del gobierno de Leandro Zdero.

El partido reveló que Bonilla es trabajadora de Salud Pública en Hermoso Campo. Se desempeñaba como enfermera en el Hospital Arsenio Zeno. Desde hace 10 años es contratada del Ministerio de Salud y se desempeña “con aplicación y compromiso con su pueblo y su zona de influencia”.

En las PASO 2023, Bonilla integró las listas del Frente Grande en Hermoso Campo compitiendo dentro del Frente Chaqueño. Ingresó por la minoría en las listas y fue electa Concejala acompañando al actual Intendente.

Tras la asunción de Zdero, Bonilla fue objeto de múltiples persecuciones, entre ellas el traslado a una zona alejada de Hermoso Campo, que la ponía en problemas para criar a sus hijos y desempeñarse como Concejala.

“Soledad no se rindió a la persecución, aunque ambos ingresos no le permiten superar una canasta básica. Se mantuvo en su trabajo, se desempeñó como Concejala y sus ideas en alto”, destacaron desde el Frente Grande.

“Sin embargo, -advirtieron-, el gobierno provincial, como su líder nacional Milei, no soporta las diferencias y cree que es dueño del Estado. Por eso la despidió. Repudiamos a Zdero y su gobierno de persecución. Nos solidarizamos con Soledad Bonilla y exigimos su reincorporación”.

 

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