Connect with us

Bienestar

Seis pequeños cambios diarios que fortalecen la microbiota intestinal y la salud

Published

on

Acciones como consumir ciertos alimentos, dormir bien y tener contacto con la naturaleza pueden tener un impacto positivo en el bienestar general, según el neurocientífico Andrew Huberman. Cuáles son las claves

La microbiota intestinal interactúa con distintos sistemas del cuerpo y contribuye a múltiples funciones del organismo. Desempeña un papel tan activo que algunos profesionales de la salud lo han descrito como un órgano en sí mismo, afirma la Clínica Cleveland de Estados Unidos.

“Todos tenemos billones de microorganismos viviendo dentro de nuestro intestino, no solo en nuestro estómago, sino también en nuestros intestinos, garganta y boca, y en nuestra piel, en nuestros ojos y fosas nasales”, escribió Andrew Huberman, neurocientífico y profesor de neurobiología en la Universidad de Stanford, conductor del podcast Huberman Lab.

La microbiota o microbioma es esencial para la salud inmunológica, cerebral y hormonal, ya que produce sustancias químicas que impactan de inmediato en el funcionamiento del cuerpo, incluyendo neurotransmisores como la serotonina. El neurocientífico sostuvo que, lejos de ser algo negativo, “necesitamos nutrir esta carga de microbiota viva para apoyar mejor nuestra salud mental y física”.

Las funciones de la microbiota

La diversidad microbiana en elLa diversidad microbiana en el intestino se asocia con menor riesgo de enfermedades autoinmunes y metabólicas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según la Clínica Cleveland, las funciones de la microbiota son las siguientes:

  • Sistema digestivo: Las bacterias intestinales descomponen carbohidratos complejos y fibras, producen ácidos grasos de cadena corta y sintetizan vitaminas como B1, B9, B12 y K. Metabolizan la bilis y contribuyen al reciclaje de ácidos biliares, esenciales para la digestión de grasas.
  • Sistema inmunitario: La microbiota entrena al sistema inmune para distinguir microbios dañinos, compite con patógenos y mantiene la barrera intestinal.
  • Sistema nervioso: Ciertas bacterias influyen en la producción de neurotransmisores y modulan señales químicas hacia el cerebro.
  • Sistema endocrino: Los microbios actúan sobre células enteroendocrinas que liberan hormonas para regular el metabolismo, el apetito y la glucosa.
La microbiota intestinal es claveLa microbiota intestinal es clave para la salud inmunológica, cerebral y hormonal, según Andrew Huberman (Imagen Ilustrativa Infobae)

Huberman explicó que la diversidad de la microbiota, es decir, la cantidad de especies diferentes presentes en el intestino, constituye un indicador clave de salud.

“Una baja diversidad se considera un indicador de disbiosis (desequilibrio microbiano) y se ha asociado con enfermedades autoinmunes, obesidad y trastornos cardiometabólicos”, afirmó el conductor del podcast Huberman Lab.

A partir de esta premisa, resumió seis herramientas principales para aumentar la diversidad microbiana y mejorar la salud intestinal, lo que repercute directamente en la salud corporal y cerebral.

6 claves para mejorar la microbiota intestinal

  1. Comer alimentos fermentados. Huberman citó los hallazgos del doctor Justin Sonnenburg, profesor de Microbiología e Inmunología en la Universidad de Stanford, quien, junto con el doctor Chris Gardner, investigó si las dietas ricas en fibra vegetal o alimentos fermentados influían en la salud del microbioma intestinal.
Entre los alimentos fermentados, mencionóEntre los alimentos fermentados, mencionó el chucrut, yogur natural, kimchi, kombucha, natto, kéfir o salmuera (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Los resultados muestran que los alimentos fermentados aumentaron la diversidad general de la microbiota intestinal y redujeron los marcadores clave de inflamación (también conocidos como inflamatoma)”, señaló el neurocientífico.

Recomendó incorporar estos alimentos de forma regular, pero sin excesos, para lograr mejores resultados en la salud del microbioma intestinal y la reducción de la inflamación.

Entre los alimentos sugeridos, mencionó el chucrut, yogur natural, kimchi, kombucha, natto, kéfir o salmuera, siempre que contengan cultivos activos y no estén pasteurizados, ya que “los alimentos fermentados estables están pasteurizados, por lo que no ofrecen el mismo beneficio para la microbiota intestinal”.

En cuanto a la fibra, el autor subrayó que “los alimentos vegetales ricos en fibra (es decir, verduras, legumbres y cereales integrales) ofrecen beneficios significativos para la salud general y pueden contribuir al aporte de nutrientes clave para una microbiota consolidada”.

Los alimentos vegetales ricos enLos alimentos vegetales ricos en fibra como los cereales integrales ofrecen beneficios significativos para la microbiota (Imagen Ilustrativa Infobae)
  1. Consumir prebióticos y probióticos. Definió los prebióticos como “fibra dietética fermentable o carbohidratos accesibles a la microbiota; suplementos alimentarios para la microbiota intestinal establecida”, y los probióticos como “bacterias o levaduras vivas que pueden colonizar el microbioma intestinal”. También mencionó los simbióticos, que son mezclas de ambos.

El neurocientífico afirmó que “aumentar el microbioma intestinal con niveles bajos de prebióticos y/o probióticos mientras se sigue enfocándose en comer alimentos integrales de calidad conduce a una mejora en la salud del microbioma intestinal”.

Además, subrayó que “el microbioma intestinal es único y personalizado. Por lo tanto, la suplementación afectará a cada persona de manera diferente”.

  1. Dormir bien. “A lo largo de muchos episodios de podcast, he enfatizado el papel fundamental del sueño en la salud general”, escribió Huberman. Explicó que el microbioma intestinal está “altamente sintonizado con la cantidad de estrés que experimentamos (a través de vínculos directos con las células del sistema inmunitario)”, por lo que “lograr un sueño de calidad (profundo) y duración (generalmente de 6 a 9 horas) cada noche es esencial para controlar el estrés y, a su vez, para garantizar la salud del microbioma intestinal”.
Huberman recomendó priorizar una dietaHuberman recomendó priorizar una dieta rica en alimentos integrales, fibra vegetal y alimentos fermentados para mejorar la salud del microbioma intestinal (Imagen Ilustrativa Infobae)
  1. Evitar los alimentos procesados. El neurocientífico explicó que “los aditivos alimentarios son omnipresentes en los alimentos procesados” y que los emulsionantes, aditivos similares a los detergentes, “pueden alterar la capa mucosa del tracto gastrointestinal”.

Según modelos animales, “los emulsionantes reducen la diversidad microbiana, inducen inflamación leve y causan un aumento de la grasa corporal, niveles más altos de azúcar en sangre y resistencia a la insulina, marcadores clave del síndrome metabólico”, afirmó.

El autor señaló que la dieta occidental típica, caracterizada por un alto contenido de grasas, bajo en fibra y rica en alimentos procesados, “no aporta a la microbiota intestinal muchos de los nutrientes esenciales clave”.

Al consumir fibra vegetal compleja, la microbiota intestinal produce subproductos de la fermentación, como ácidos grasos de cadena corta, entre ellos el butirato.

Dormir entre 6 y 9Dormir entre 6 y 9 horas es esencial para el equilibrio del microbioma y el control del estrés (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Estas sustancias reducen la inflamación, ayudan a mantener la barrera mucosa intestinal, regulan el sistema inmunitario y modulan el metabolismo a lo largo del tracto gastrointestinal”, afirmó. Por ello, recomendó priorizar una dieta rica en alimentos integrales, fibra vegetal y alimentos fermentados para mejorar la salud del microbioma intestinal.

  1. Edulcorantes artificiales, con moderación. Huberman indicó que “los estudios clínicos aún no han dilucidado por completo el impacto (si lo hay) de los edulcorantes artificiales en el microbioma intestinal”.

Sin embargo, en modelos animales, existe evidencia de que estos productos “pueden alterar el microbioma intestinal”. Un estudio reciente demostró que “las células neurópodas del intestino pueden distinguir entre edulcorantes naturales y artificiales” y que “estas células envían un patrón único de señales al cerebro, dependiendo de si los azúcares que detectan son nutritivos (es decir, contienen calorías) o no calóricos”.

El autor resaltó un hallazgo del Proyecto del Microbioma Humano: “el alto grado de individualización del microbioma intestinal”.

Huberman recomendó evitar la desinfecciónHuberman recomendó evitar la desinfección excesiva del entorno: la exposición moderada a microbios ambientales favorece un microbioma saludable (Imágen Ilustrativa Infobae)

Por ello, sugirió que cada persona podría intentar eliminar algunos edulcorantes artificiales de su dieta para observar posibles efectos, y consideró que estos productos “podrían influir en tu microbioma intestinal”. Sobre la stevia, un edulcorante vegetal no calórico, opinó que “probablemente sea buena, pero no se han realizado muchos estudios sobre la stevia en relación con el microbioma”.

  1. Evitar la desinfección excesiva del entorno. Explicó que “la microbiota está presente en todas las superficies que han entrado en contacto con el medio ambiente”. Citó al doctor Sonnenburg, quien afirmó: “La exposición a los microbios del medio ambiente es probablemente un factor importante para educar a nuestro sistema inmunitario y mantener un equilibrio adecuado”.

El neurocientífico añadió que el microbioma intestinal también se nutre de las interacciones sociales, como el contacto con la piel al dar la mano, abrazar, besar, y de las interacciones con mascotas, la tierra y el césped.

“La desinfección excesiva de nuestros entornos o el uso excesivo de antibióticos pueden eliminar las fuentes de una microbiota intestinal beneficiosa”, advirtió.

Evitar alimentos procesados y aditivosEvitar alimentos procesados y aditivos protege la diversidad microbiana y previene el síndrome metabólico.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Si bien consideró importante eliminar la introducción de patógenos que causan enfermedades y sustancias químicas ambientales nocivas, como los pesticidas, insistió en que “muchos microbios ambientales desempeñan un papel fundamental en el establecimiento y mantenimiento de un microbioma intestinal saludable”.

Finalmente, Huberman reiteró que la salud del microbioma intestinal depende de una combinación de factores, entre los que destacan la dieta, el sueño, la exposición ambiental y la moderación en el uso de suplementos y productos procesados.

La diversidad y el equilibrio de la microbiota son esenciales para el bienestar físico y mental, y pequeñas acciones cotidianas pueden tener un impacto significativo en la salud general, aseguró el experto.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Bienestar

Cómo el calentamiento global afecta al cerebro humano, según nuevos estudios

Published

on

El aumento sostenido de las temperaturas se vincula con fallos en la regulación térmica del sistema nervioso, mayor riesgo de enfermedades neurológicas y alteraciones en funciones cognitivas como la atención, la memoria y la toma de decisiones, advierten especialistas

La exposición a elevadas temperaturas ambientales guarda relación con una reducción de la conectividad en las redes cerebrales, mientras que diversos especialistas alertan sobre el efecto del calor en numerosas enfermedades neurológicas.

Investigaciones recientes evidencian que las olas de calor de los últimos años provocaron alteraciones en el cerebro. El cambio climático no solo transforma la tierra, sino también a los propios seres humanos.

El neurólogo Sanjay Sisodiya, de University College London, afirmó a la BBC que “muchos procesos cerebrales están implicados en la forma en que el cuerpo enfrenta el calor”. Documentó que el incremento de la temperatura ambiental agrava la epilepsia, el accidente cerebrovascular, la encefalitis, la esclerosis múltiple y la migraña.

Durante la ola de calor europea de 2003, el 7% de las muertes en exceso se asociaron con problemas neurológicos directos, proporción que se repitió en la ola que sufrió el Reino Unido en 2022.

El cerebro, por su alto consumo de energía, genera calor de forma constante. Para disipar eso, utiliza una red de vasos sanguíneos que suele mantener bajo control la temperatura interna. Si el calor ambiental sube, las neuronas y las moléculas que comunican señales pierden eficiencia y pueden fallar. Sisodiya comparó este desequilibrio con un reloj cerebral que deja de funcionar de manera coordinada cuando la temperatura sube demasiado.

El calor no repercute sólo en personas con enfermedades neurológicas. La BBC indicó que las altas temperaturas afectan la toma de decisionesaumentan el riesgo de conductas impulsivas elevan la irritabilidad y la depresión.

Algunos grupos presentan mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, quienes sufren esclerosis múltiple y pierden capacidad de sudoración, tienen mayor riesgo de desajustes en la regulación térmica. Personas tratadas con ciertos medicamentos para enfermedades neurológicas o psiquiátricas también pierden esa capacidad adaptativa, lo que eleva el riesgo de golpe de calor o muerte.

Las olas de calor provocanLas olas de calor provocan alteraciones en la atención, la memoria y la toma de decisiones, según estudios recientes (Imagen ilustrativa Infobae)

El sueño tampoco escapa al efecto del calor. Noches calurosas impiden un buen descanso y agravan síntomas de patologías como la epilepsia. “Para muchas personas con epilepsia, dormir mal incrementa el riesgo de convulsiones”, explica Sisodiya.

Las personas mayores son especialmente propensas a consecuencias graves: en olas de calor, la frecuencia de hospitalizaciones y fallecimientos vinculados a la demencia se incrementa. Esto se atribuye a una menor habilidad para regular la temperatura y a fallos en el razonamiento que llevan a olvidar conductas sencillas, como hidratarse o buscar lugares frescos.

El vínculo entre calor y accidente cerebrovascular es preocupante. Un estudio citado por la BBC mostró que en los días más calurosos ocurrieron dos muertes adicionales por cada 1.000 defunciones de este tipo.

En ese sentido, la geriatra Bethan Davies, de University Hospitals Sussex, estimó que, con siete millones de muertes anuales por accidente cerebrovascular, el calor podría asociarse a más de 10.000 muertes adicionales cada año a nivel global. El impacto se agrava en adultos mayores y personas en situación económica precaria.

La ciencia también advirtió sobre el efecto del calor en el desarrollo cerebral infantil. La profesora Jane Hirst, de Imperial College London, indicó que las olas de calor aumentan un 26% los partos prematuros. Tal prematuridad se relaciona con problemas neurológicos y cognitivos en la infancia. No todas las mujeres embarazadas sufren las mismas consecuencias, por lo que se necesitan más estudios para comprender el riesgo individual.

El calor debilita la barrera hematoencefálica que protege al cerebro de patógenos. Temperaturas elevadas la vuelven más permeable, facilitan la entrada de virus y bacterias asociados a enfermedades neurológicas como Zika, chikungunya y dengue.

El entomólogo Tobias Suter, del Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical, explicó: “El virus del Zika puede afectar a los fetos y causar microcefalia”. Asimismo, alertó sobre el aumento de riesgo de brotes debido al alargamiento de la temporada de mosquitos en ambientes más cálidos.

Las olas de calor, además, mostraron repercusiones en el riesgo de suicidio, en la ansiedad relacionada con el clima, en las funciones cognitivas y la eficacia de los fármacos para problemas neurológicos. A pesar de estos hallazgos, los mecanismos exactos que explican el daño cerebral causado por el calor siguen bajo análisis.

Sisodiya expuso que la genética podría hacerlo más severo en algunas personas: “Podrían existir fenotipos termo-latentes que solo se manifiestan cuando las presiones ambientales son suficientes”. Y señaló la posibilidad de que en el futuro efectos ahora observados en personas con enfermedades neurológicas se extiendan a poblaciones sin antecedentes previos.

El calor agrava patologías comoEl calor agrava patologías como epilepsia, accidente cerebrovascular, encefalitis, esclerosis múltiple y migraña (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un estudio realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado por el Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry en marzo de 2025 aportó nuevas evidencias. Se analizaron 2.229 niños de 9 a 12 años sometidos a resonancias magnéticas en reposo. Cuando la temperatura ambiente registrada la semana anterior era mayor, se observó una reducción en la conectividad funcional cerebral. Este fenómeno puede afectar habilidades como la atención, la memoria y la toma de decisiones.

Todavía no se sabe cuál variable del calor —la máxima, la duración de la ola o la temperatura nocturna— produce mayor impacto negativo sobre el cerebro. Mientras la investigación continúa, los especialistas citados por la BBC recomiendan identificar a los grupos de riesgo para diseñar estrategias de prevención, como sistemas de alerta o seguros adaptados, en respuesta al avance de la crisis climática.

Continue Reading

Bienestar

Qué es la crometofobia, el miedo bastante común del que se conoce poco

Published

on

Se trata de un temor excesivo que puede provocar problemas económicos y conflictos interpersonales que deterioran el funcionamiento cotidiano de quien lo padece.

En la actualidad, es normal que nos preocupe tener problemas financieros futuros y que querramos darle un buen manejo a nuestro dinero. Pero cuando la idea de gastar, incluso en cosas esenciales como salud y alimentos, nos genera ansiedad y culpa constante, es posible que nos estemos enfrentando a la crometofobia.

Se trata de un problema de salud mental que tiene consecuencias económicas negativas en la cotidianidad de las personas y, a pesar de que no está registrada en los manuales oficiales de la Organización Mundial de la Salud o de la Asociación Estadounidense de Psicología, sus síntomas y consecuencias son tan reales como los de cualquier otra fobia específica.

El dinero en la pareja, un tema frecuente de planteos y discusiones. (Foto: fizkes - stock.adobe.com)
El dinero en la pareja, un tema frecuente de planteos y discusiones. (Foto: fizkes – stock.adobe.com)

Esta fobia genera altos niveles ansiosos o miedo irracional y desproporcionado ante la idea, exposición o anticipación de gastar dinero y una de las principales consecuencias de este temor es la evitación, la cual hace que la persona se resista a estar en situaciones donde deba disponer de sus recursos financieros.

“Normalmente pensaríamos que todos deseamos tener dinero para usarlo para nuestras necesidades y deseos. Pero, para algunas personas, el simple hecho de pensar en el dinero o tocarlo les produce una gran aversión o inseguridad”, explica la psicóloga española Luciana Moretti, quien dijo además que la crometofobia se puede manifestar como miedo excesivo a llevar dinero, aunque puede extenderse también al miedo a llevar tarjetas u objetos de valor.

Cuáles son los síntomas de la crometofobia

La especialista dijo que la fobia a gastar dinero puede hacer que la persona sienta inquietud extrema al pensar o hablar del tema, con sensaciones físicas de ansiedad como taquicardias, respiración agitada y necesidad de huir que pueden llegar al ataque de pánico.

Por eso conocer los síntomas es importante y explica que la crometofobia consta de tres características representativas: se trata del temor excesivo a gastar dinero, evitación de situaciones donde se deba usarlo y episodios ansiosos ante la posibilidad o el deber de invertir sus finanzas. Además, alguien con esta fobia también presenta síntomas de los siguientes tipos:

  • Físicos
  • Náuseas
  • Escalofríos
  • Temblores
  • Aturdimiento
  • Dolor de pecho
  • Enrojecimiento
  • Sudoración excesiva
  • Dificultad para respirar o taquipnea
  • Aceleración de la frecuencia cardíaca
  • Estado de alarma
  • Creencias negativas
  • Pensamientos intrusivos
  • Pensamientos de incapacidad para soportar la situación temida

Las causas de la crometofobia y cómo tratarla

Los factores biológicos y psicológicos juegan un papel crucial en el desarrollo de las fobias. Por una parte, la persona puede tener una predisposición innata hacia la ansiedad y una respuesta exagerada a estímulos emocionales, lo que incrementa la posibilidad de desarrollar esta clase de problemas.

Por otro lado y desde la dimensión psicológica, se cree que una fobia específica puede originarse en experiencias traumáticas directas o del aprendizaje observacional. Aparte, se considera que las distorsiones cognitivas y los pensamientos catastróficos sobre un objeto (el dinero, por ejemplo) o situación pueden contribuir al desarrollo de estas.

Las fobias se pueden tratar de manera efectiva con una variedad de enfoques cognitivos y conductuales y, según se especifica en el libro Psicopatología. Comprendiendo la conducta anormal (2010), incluyen los siguientes:

  • Reestructuración cognitiva: consiste en la identificación y alteración de pensamientos no racionales que generan ansiedad.
  • Terapia de exposición: se incrementa de modo paulatino el contacto del sujeto con el dinero, hasta que la sensación de miedo se atenúe.
  • Terapia de modelamiento: como ejemplo a seguir, se muestra el comportamiento exitoso de otras personas frente a la situación que causa temor.
  • Desensibilización sistemática: esta estrategia es parecida a la exposición, pero se efectúa a través de la visualización y una escala de situaciones que generan ansiedad, donde se utilizan técnicas de relajación como elemento clave para enfrentar el miedo.

Otros consejos para superarla

Antes de poner en práctica los siguientes consejos, se debe consultar primero a un psicoterapeuta que nos oriente y ayude a superar este problema. En paralelo y bajo la supervisión y aprobación de dicho profesional, se pueden intentar seguir estas recomendaciones:

  • Exponerse poco a poco a los gastos: llevar en el bolsillo una pequeña cantidad de efectivo que se pueda usar para hacer una compra insignificante.
  • Buscar apoyo social: hablar con amigos y familiares de confianza. Compartir las preocupaciones con ellos y aceptar la ayuda y el apoyo emocional que quieran brindar.
  • Recibir educación financiera: este tipo de formación ayuda a administrar mejor el dinero, lo cual permitirá disminuir la ansiedad al familiarizarnos con él y con el modo correcto de emplearlo.
  • Definir metas económicas pequeñas: fijarse objetivos a corto plazo que sean alcanzables, posibles y pequeños. Por ejemplo, usar un poco de nuestros ahorros para hacer un regalo a alguien en especial.
  • Practicar técnicas de relajación y mindfulness: la meditación, el yoga, la respiración diafragmática y la relajación muscular progresiva son algunos de los recursos que resultan útiles para atenuar la ansiedad.

Continue Reading

Bienestar

Acostarte temprano tiene un efecto benéfico inesperado en tu cuerpo al día siguiente

Published

on

Una investigación de Harvard y Monash analizó millones de noches de sueño y su impacto en la actividad física. Qué revelan los datos de seguimiento diario y por qué podrían cambiar las recomendaciones de salud pública.

Dormir temprano, levantarse temprano… y entrenar más. El viejo proverbio parece tener más de cierto de lo que imaginamos. Un estudio reciente liderado por investigadores de Harvard, el Hospital Brigham and Women’s y la Universidad de Monash (Australia) encontró que las personas que se iban a dormir más temprano realizaban más actividad física al día siguiente. La relación no dependía tanto de la cantidad de horas dormidas, sino de la hora de acostarse.

“En general, las personas que se iban a dormir más temprano realizaban actividad física más frecuente y prolongada por día que quienes habitualmente se iban a dormir más tarde”, explicó Mark Czeisler, médico residente en el Brigham and Women’s y autor del estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los datos provienen de casi 20.000 estadounidenses que utilizaron dispositivos de seguimiento durante aproximadamente un año. Los registros —más de 6 millones de noches/persona— mostraron que incluso pequeños cambios en la hora de acostarse podían tener un impacto positivo en los niveles de actividad física del día siguiente.

Cuánto más te movés si dormís temprano

El análisis se centró en la relación entre el sueño y la actividad física de intensidad moderada a vigorosa, aquella que acelera el ritmo cardíaco y respiratorio. El resultado fue claro: quienes dormían cinco horas por noche realizaron, al día siguiente, 41,5 minutos más de actividad física que quienes dormían nueve. Pero el punto más revelador no fue ese.

Más allá de la cantidad de sueño, lo que más influyó fue la hora en que las personas se acostaban. “Incluso pequeños cambios en la hora de acostarse podrían estar relacionados con el nivel de actividad al día siguiente. En lugar de pensar en el sueño y el ejercicio como una competencia por el tiempo, deberíamos pensar en cómo pueden complementarse”, señaló Josh Leota, investigador en la Universidad de Monash y primer autor del trabajo.

Las recomendaciones de salud deberían considerar cómo el sueño influye en la motivación para moverse. (Foto: Adobe Stock)
Las recomendaciones de salud deberían considerar cómo el sueño influye en la motivación para moverse. (Foto: Adobe Stock)

Las recomendaciones actuales de salud pública indican que los adultos deberían realizar entre 150 y 300 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa. Esto incluye caminar rápido, andar en bicicleta, jardinería, correr, nadar, jugar al fútbol o al básquet.

El estudio sugiere que una buena higiene del sueño —en especial, no trasnochar— puede facilitar el cumplimiento de esas metas.

Tecnología, datos reales y una pregunta central

Una de las grandes fortalezas del estudio fue su base de datos. Los investigadores utilizaron dispositivos portátiles de seguimiento (WHOOP y Fitbit), que registraron variables objetivas y no se basaron en cuestionarios autorreportados, como ocurre en muchos estudios. Esto permitió analizar patrones de comportamiento a gran escala, con mayor precisión y durante períodos prolongados.

Dormir más temprano podría darte más energía para entrenar y mantenerte activo. (Foto: Adobe Stock)
Dormir más temprano podría darte más energía para entrenar y mantenerte activo. (Foto: Adobe Stock)

Además, se verificaron los hallazgos con datos del programa All of Us de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, aunque en ese caso el efecto fue más moderado. La diferencia podría explicarse porque los usuarios de WHOOP tienden a estar más interesados en el fitness y el rendimiento físico.

“Este estudio se encuentra entre los más amplios y de mayor duración en examinar la relación entre sueño y actividad física en contextos reales de la vida cotidiana”, destacó Czeisler. Y agregó: “La pregunta es: si las personas sacrifican sueño por ejercicio, o viceversa, ¿cuál es la combinación óptima para maximizar la salud y la longevidad?”

La próxima etapa será avanzar con estudios experimentales que puedan confirmar una relación causal. “Nos gustaría comprobar si fomentar acostarse más temprano conlleva directamente a una mayor actividad física al día siguiente, dentro de un paradigma experimental”, dijo Leota. Esa información podría servir como base para mejorar las campañas de salud pública y alentar hábitos más sostenibles.

Continue Reading

TENDENCIAS

Copyright © E-GRUPOCLAN - PUERTO MADERO - ARGENTINA