Aunque mostró una leve mejora interanual, la industria todavía opera con altos niveles de capacidad ociosa
El uso de la capacidad instalada de la industria se recuperó 1,7 puntos porcentuales en abril, en comparación a igual mes del año pasado. Sin embargo, el índice se ubicó en 58,3%, lo que demuestra que aún existe un 41,7% de capacidad ociosa en las fábricas argentinas.
Según el Indec, los bloques sectoriales que presentaron niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general son refinación del petróleo (84,2%), papel y cartón (67,0%), industrias metálicas básicas (63,9%) y productos alimenticios y bebidas (61,5%).
Los bloques sectoriales que se ubican debajo del nivel general son industria automotriz (56,8%), sustancias y productos químicos (56,5%), productos minerales no metálicos (56,2%), edición e impresión (53,8%), metalmecánica excepto automotores (49,3%), productos del tabaco (45,7%), productos de caucho y plástico (45,2%) y productos textiles (42,6%).
En abril de 2025, respecto al mismo mes de 2024, las principales incidencias positivas se observan en los productos alimenticios y bebidas y la metalmecánica excepto automotores.
(Fuente)
La lupa en los principales sectores
El Indec ofrece en su estudio un detalle de lo ocurrido en los rubros con mayor incidencia sobre la actividad económica, con el fin de explicar la situación del uso de su capacidad instalada.
Uno de los sectores con mejor desempeño fue el de productos alimenticios y bebidas, que alcanzó un nivel de utilización de la capacidad instalada de 61,5%, por encima del 57,9% de abril del año anterior. Este incremento se explica, principalmente, por el mayor dinamismo en la elaboración de bebidas, junto con una recuperación en la producción de carne vacuna, productos de confitería y lácteos.
Según la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol (Cadibsa), el volumen de ventas de bebidas como gaseosas, aguas (con y sin gas), jugos, isotónicas y energizantes mostró una suba interanual de 11,4% en el mes analizado.
También se destacó la industria metalmecánica (excepto automotores), que registró un uso de capacidad instalada del 49,3%, superando el 44,5% del mismo mes de 2024. El crecimiento se relaciona con una mayor fabricación de maquinaria agropecuaria —como cosechadoras, sembradoras, pulverizadoras autopropulsadas e implementos agrícolas—, así como también de electrodomésticos. La mejora en las ventas de tractores también aportó al repunte de esta rama industrial.
Otro rubro que mostró una recuperación significativa fue el de productos minerales no metálicos, cuyo nivel de utilización se ubicó en 56,2%, frente al 42,7% de abril del año pasado. La suba responde a un repunte en la elaboración de cemento y otros insumos vinculados a la construcción. En particular, la producción de cemento registró una suba interanual del 31,1%, de acuerdo con el Indicador de Producción Industrial (IPI) manufacturero. A su vez, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) mostró una mejora interanual del 25,9%, reflejando una mayor demanda de materiales.
La industria automotriz registró una mejora de 4,2 puntos en el uso de su capacidad instalada
En el caso de la industria automotriz, el uso de la capacidad instalada alcanzó el 56,8%, por encima del 52,6% registrado en abril del año anterior. Este incremento está vinculado con un mayor volumen de producción por parte de las terminales automotrices, que lograron sostener e incluso ampliar los niveles de actividad en un contexto de caída en el consumo interno, pero con demanda externa activa.
Por su parte, la producción de caucho y plástico presentó un nivel de utilización de la capacidad instalada de 45,2%, por encima del 42,4% de abril de 2024. La mejora se explica principalmente por un aumento en la fabricación de manufacturas plásticas.
En la cima del ranking se ubicó la refinación del petróleo, con un uso del 84,2% de la capacidad instalada, superior al 82,2% de abril del año anterior. El mayor nivel de procesamiento de petróleo crudo impulsó este resultado, en un contexto de estabilidad en la demanda interna de combustibles.
Pese a las mejoras sectoriales observadas en abril, el dato agregado revela que aún hay un importante margen de capacidad productiva ociosa en la industria argentina. El índice del 58,3% refleja la debilidad de la actividad económica en general y un mercado interno que no termina de reactivarse.
Desde lingotes y pequeñas barras hasta fondos cotizados en bolsa, los ahorristas recurren cada vez más al metal como alternativa para almacenar valor
El oro está conquistando los corazones de los argentinos, un país que solía estar casi irracionalmente volcado al dólar.
La arraigada dependencia del dólar —el país se encuentra entre los principales tenedores de la divisa, superado solo por EEUU y Rusia, según estimaciones de economistas y exfuncionarios del banco central— se ve ahora desafiada por un creciente interés por el oro. Desde lingotes y pequeñas barras hasta fondos cotizados en bolsa, los argentinos recurren cada vez más al metal precioso como alternativa para almacenar valor.
Este cambio apunta a una profunda transformación en la psicología de los inversores, en momentos en que el dólar ya no ofrece la misma protección contra la inflación que antes. El continuo aumento del costo de la vida en EEUU, junto con la apreciación del peso bajo la presidencia de Javier Milei, ha reducido el atractivo del dólar. Para muchos argentinos, ahora es simplemente la “segunda mejor opción” entre los activos de refugio.
La cotización del metal
La reciente eliminación de los controles de cambio para los inversores particulares aceleró la tendencia. Los argentinos ahora pueden comprar oro directamente en pesos, incluso a través de planes de pago a plazos sin intereses, lo que elimina la necesidad de dólares. Esto le abrió la puerta a los pequeños ahorradores que buscan una reserva de valor más estable.
“Se está poniendo muy de moda”, señala Leonardo Echegoyen, director de Banco Piano, uno de los pocos bancos argentinos que vende legalmente oro físico con certificado de origen y 999,9 de pureza. “La gente quiere obtener un rendimiento para sus dólares, y está buscando este rendimiento en este commodity”.
Otro factor que impulsa el nuevo amor de los argentinos por el oro es el temor a que el dólar pierda más valor. La moneda estadounidense ha bajado un 7,5% frente a una cesta de divisas internacionales desde principios de año, luego de subir un 4,4% a finales de 2024 tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU. “De a poco, la gente va entendiendo que los valores monetarios deben invertirse en algo”, afirmó Juan Piantoni, director general de Ingot, un proveedor de cajas de seguridad en Argentina.
Exportaciones de oro a EEUU
Los argentinos desconfían profundamente del sistema bancario desde la crisis financiera de 2001, cuando los depósitos en dólares fueron convertidos forzosamente a pesos. Ese trauma ha dejado unos USD 200.000 millones fuera del sistema financiero formal, guardados en cajas de seguridad, inmuebles o incluso en lugares poco convencionales, como colchones.
Echegoyen, de Banco Piano, recordó a un cliente que llevó un montón de billetes de USD 100 fundidos en un bloque sólido después de guardarlos en un caño de la cocina que reventó. “El oro es más práctico porque no se deteriora”, afirmó. Con una base de clientes de alrededor de tres millones, Banco Piano ha cuadruplicado el volumen de importaciones de oro desde Suiza en 2025. Después de realizar solo dos envíos en todo 2024, el banco ya lleva cinco en lo que va de año.
No es de extrañar que el oro esté ganando espacio en las cajas de seguridad de los argentinos, un lugar tradicionalmente reservado para los dólares. “Guardar dólares en una caja de seguridad no es una práctica común en la mayoría de los países. Es un hábito típicamente argentino”, afirma Piantoni. La lógica, explica, es simple: las cajas de seguridad están destinadas a objetos de valor que deben mantenerse fuera del alcance de otras personas.
A nivel mundial, el oro ha subido más de un 27% en el último año, rondando máximos históricos por encima de los USD 3.300 la onza. El aumento se ha visto impulsado por las tensiones geopolíticas, las persistentes presiones sobre los precios y las crecientes expectativas de recortes de las tasas de interés por parte de los principales bancos centrales.
En Argentina, el oro en joyería se cotiza a unos USD 114 por gramo, con un margen de compraventa del 10% al 15%, lo que lo posiciona como una inversión a medio y largo plazo. Algunas compras pueden realizarse en tres o seis cuotas sin intereses, mientras que los bancos ofrecen reembolsos de hasta el 30%, una ventaja atractiva en una economía que sigue luchando contra una inflación de dos dígitos. Los argentinos pueden comprar hasta USD 7.200 en oro al mes sin revelar el origen de los fondos. Un proyecto de ley respaldado por el gobierno pretende elevar ese límite a USD 12.000.
“La gente quiere obtener un rendimiento para sus dólares, y está buscando este rendimiento en este commodity” (Echegoyen)
Mientras tanto, los brokers ofrecen acceso al oro a través de ETF como el GLD, en lugar de lingotes físicos. “Este año hay más demanda de oro”, sostuvo Fabio Saraniti, socio de Win Securities. “Esto pasa porque cuando los activos financieros suben, la gente quiere comprar, y cuando bajan, quiere vender”, dijo. Las entradas netas en el ETF SPDR GLD se dispararon un 170% interanual en el primer trimestre, lo que elevó la demanda total de inversión a 552 toneladas, el nivel más alto desde principios de 2022, según el último informe del World Gold Council.
Los traders de metales preciosos de los principales bancos, entre ellos JPMorgan Chase y Morgan Stanley, registraron en el primer trimestre los mejores resultados en cinco años, en parte gracias a una oportunidad de arbitraje que provocó una avalancha de lingotes hacia EEUU.
La tendencia se está extendiendo más allá del mundo financiero. Leiva Joyas, una de las joyerías más reconocidas de Argentina, triplicó sus consultas diarias sobre oro en 2025, que han llegado hasta 300 al día. Las ventas ya se han duplicado este año en comparación con 2024. “La gente quiere preservar su capital en medio de la incertidumbre económica. Saben que los plazos fijos ofrecen bajos rendimientos”, señala Daiana Azcona, ejecutiva de ventas de Leiva Joyas.
Mientras que las empresas siguen teniendo prohibido invertir en oro físico, los inversores particulares, muchos de ellos procedentes de los sectores agrícola y financiero, están entrando en el mercado con una perspectiva a largo plazo. “Antes se veía al oro como algo poco sofisticado”, afirmó Echegoyen. “Ahora, incluso inversores experimentados que nunca lo habían considerado están participando”.
Hoy el régimen se ha vuelto tan incoherente que permite castigar, incluso a un simple monotributista, con penas mayores a las del homicidio en riña o del abuso sexual a un menor de edad
Atinadamente, el Poder Ejecutivo presentó un reconocidamente esperado proyecto de reforma de la Ley Penal Tributaria. Sin embargo, la técnica legislativa empleada reincide en un error persistente: la mera actualización de los montos mínimos configurativos de los delitos fiscales. Esta metodología habilita retroactivamente la aplicación de la ley más benigna conforme al artículo 2 del Código Penal y la doctrina consolidada del caso Vidal (CSJN, 2019). Como resultado, no sólo miles de causas penales quedarán archivadas, consolidando un patrón de impunidad sistémica, sino que, de persistir cierto grado de inflación, sus montos progresivamente se irán desactualizando.
El debilitamiento progresivo de la amenaza penal
Las consecuencias no son gratis: convierten a la inflación en una vía indirecta de amnistía, malogrando su carácter disuasorio y su finalidad retributiva, supuesta razón de su misma existencia. La reciente moratoria y el nuevo régimen de blanqueo refuerzan aún más esa fundada percepción de que, en la Argentina, el delito fiscal está de adorno, es pour la gallery. De este modo, la amenaza penal no es más que un mero graffiti olvidando aquella máxima intemporal de Césare de Beccaria según la cual “una pena moderada, pero segura y rápida, será siempre más eficaz que una muy severa, pero incierta o demorada”. Hoy, la posibilidad de una condena penal es marginal dentro de la ecuación costo-beneficio que evalúa un contribuyente al momento de decidir si evade o no.
A nuestro modo de ver, la fragilidad del régimen penal tributario responde a diversos factores:
Penas desproporcionadas que generan artilugios jurídicos para evitar su efectiva aplicación.
Inflación persistente, que torna obsoletos los parámetros monetarios de punibilidad.
Reiteradas amnistías legislativas, que erosionan la previsibilidad del régimen.
Coexistencia de varios institutos penales y procesales que actúan como fuga del proceso.
Uso inadecuado del sistema penal por parte de la ARCA, al judicializar casos sin ardid o sin dolo, lo que genera sobreseimientos masivos y resta credibilidad aún más a la amenaza penal.
Algunas sugerencias
Una solución técnica viable sería adoptar la Unidad de Valor Tributaria (UVT), que permitiría actualizar los umbrales delictivos con periodicidad y objetividad. Otra alternativa es replicar la técnica legislativa del artículo 303 del Código Penal (lavado de activos), que ha demostrado ser más estable y efectiva.
Una nueva redacción del tipo penal de evasión con el fin de mantener una razonable proporción entre las distintas figuras típicas y la magnitud de afectación al bien jurídico protegido en relación con el contenido del injusto de los diferentes delitos”. Midiendo su gravedad en base al:
Disvalor de acción claro: engaño grosero y a sabiendas.
Disvalor de resultado significativo: montos elevados, daño fiscal grave.
Ello posibilitará disminuir el flujo de nuevas causas en los juzgados y optimizar su gestión mediante un previsible incremento de casos resueltos con sentencia condenatoria, dotando de este modo al instrumento legal de una mayor eficacia disuasoria.
Es que no se trata de criminalizar al contribuyente común sino, como se dijo ya en la primera sanción de la ley, “al gran evasor”. Hoy el régimen se ha vuelto tan incoherente que permite castigar, incluso a un simple monotributista, con penas mayores a las del homicidio en riña o del abuso sexual a un menor de edad. Por coherencia, las penas deben ser ajustadas en función de la gravedad de la conducta y en relación con el resto del sistema penal.
Por último, aunque su desarrollo excede este espacio, se impone:
La derogación de figuras penales imprecisas y ambiguas como, por ejemplo, la asociación ilícita tributaria o la agravante por la intervención de dos o más personas.
Limitar el margen de discrecionalidad con que ARCA presenta denuncias sin sustento, para evitar la judicialización masiva de causas.
La consideración de los mecanismos de control internos de las empresas al evaluar su responsabilidad penal, entre otras necesarias modificaciones.
Entre las constantes amnistías, las periódicas reformas, la incoherencia de un sistema que prevé figuras graves que nunca se aplican, las equivocadas, las costosas decisiones de ARCA que denuncia a mansalva y otras incongruencias, el sistema penal tributario se asemeja a ese barco sin un rumbo que marcaba Séneca cuando decía que “ningún viento es favorable para quién no sabe bien a qué puerto se dirige”.
El autor es socio a cargo del departamento jurídico del estudio Lisicki, Litvin & Abelovich
La Secretaría de Finanzas profundiza su estrategia de ofrecer bonos en pesos se pueden comprar en dólares. Además, la Comisión Nacional de Valores tomó una decisión para atraer inversores extranjeros.
En línea con los anuncios que hizo el Gobierno al comienzo de la semana, la Secretaría de Finanzas publicó un llamado a licitación de deuda en el que vuelve a ofrecer bonos en pesos que se comprarán en dólares. Busca un máximo de US$500 millones.
El menú de activos que planea colocar el Gobierno el viernes incluye cuatro Letras capitalizables; dos bonos a tasa fija y un nuevo Bono del Tesoro a 2030 (Bonte), un título en pesos con suscripción en dólares.
La decisión financiera está relacionada con la necesidad del Gobierno de sumar reservas. “Se habilitará la opción de suscribir títulos con vencimiento mayor a un año utilizando dólares, por un monto de hasta US$1000 millones mensuales. Esta modalidad estará disponible para inversores residentes y no residentes”, había anticipado el lunes la Secretaría de Finanzas que conduce Pablo Quirno.
El ministro de Economía, Luis Caputo. (Foto: Ministerio de Economía).
Un informe elaborado por Federico Filippini, economista jefe de Adcap, consideró que el Gobierno podría subir el límite de US$1000 millones mensuales, pero sostuvo: “Interpretamos esto como una señal de que el gobierno espera acumular US$7000 millones adicionales mediante este mecanismo para fin de año”.
Una primera prueba de esta estrategia para sumar reservas se vio a fines de mayo, cuando el Gobierno emitió US$1000 millones en Bonte 2030 y recibió ofertas por 60% más de ese monto, lo que demostró el interés de los inversores internacionales.
En los hechos, el Tesoro aprovecha estas operaciones para comprar dólares aun cuando la cotización del tipo del tipo de cambio no toque el piso de las bandas cambiarias, nivel al que sería el BCRA el encargado de adquirir divisas.
“Era esperable que el Tesoro continuara con estas licitaciones, tal cual lo hecho en 2017 con las licitaciones de los TO21/23/26, y repita la fórmula. En consecuencia, a un ritmo preanunciado de a US$1000 millones al mes, retoma la compras dentro de la banda”, apuntó la consultor Outlier.
Medidas complementarias
Horas antes de la publicación del llamado a licitación, la Comisión Nacional de Valores (CNV) tomó una decisión para allanar el camino a los inversores extranjeros que quieran entrar en los bonos que ofrecerá el Tesoro.
Tal como había hecho antes de la licitación del Bonte 2030, el organismo hizo una nueva excepción al límite diario de $200 millonespara las transferencias de valores negociables a entidades depositarias del exterior.
Cómo cerrará la inflación y el dólar oficial en 2024, según los analistas del BCRA (Foto: REUTERS/Agustin Marcarian)
En este caso, los inversores extranjeros no tendrán ese tope cuando se trate de bonos emitidos por el Tesoro con amortización –total o parcial- a 180 días o más desde la fecha de su emisión. Para acceder al beneficio, los títulos se tienen que haber comprado en la licitación primaria realizada por el Ministerio de Economía.
Por otra parte, se espera que en los próximos días el Banco Central publique una normativa en la que elimine los plazos mínimos de permanencia para las inversiones de no residentes que inviertan a través del mercado de cambios oficial o en colocaciones primarias del Ministerio de Economía con vencimientos superiores a 6 meses. La norma podría salir este jueves, tras la reunión del directorio del organismo monetario.