CORRUPCION
“Si desde el Gobierno dicen que todo es mentira, que les digan en la cara a los Wichís que no tienen hambre”

La Defensora General Adjunta, Gisela Gaúna Wirz, denunció la crítica situación del pueblo Wichí en El Impenetrable chaqueño, marcada por el virtual abandono estatal y la falta de acceso a derechos básicos como agua, alimentos y salud. A través de una acción de amparo y medida cautelar pidió asistencia urgente para paliar la “pobreza crítica” de las comunidades y que sus líderes sean escuchados. En esta entrevista con LITIGIO, cuestionó la efectividad del programa alimentario Ñachec y señaló la brecha entre la realidad y lo que difunden la gran mayoría de los medios locales. “En El Impenetrable hay tal nivel de abandono que no entiendo por qué no sale en las noticias”, sostuvo.
Por Bruno Martínez
Gisela Gaúna Wirz, Defensora General Adjunta del Chaco, no es una improvisada en la cuestión indígena. Como muestra, basta un sucinto recorrido por algunas de sus credenciales. Es experta en Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Cooperación Internacional (Universidad Carlos III de Madrid); especialista en Mecanismos Regionales de Protección de Defensores Indígenas Ambientales (Instituto Interamericano de Derechos Humanos, IIDH) y diplomada en Diseño y Gestión de políticas públicas con base en Derechos de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes (Instituto Interamericano de Derechos Humanos, IIDH).
Tampoco es devota de la exposición mediática. Es algo llamativo en una funcionaria pública que ocupa un cargo tan importante dentro del Poder Judicial, donde últimamente se pide cámara para anunciar cualquier cosa, pero es notable como reniega de las fotos. (De hecho, esta revista tardó varios minutos en convencerla para tomarle algunas para ilustrar la entrevista).
Está claro que no lo hace desde un lugar de superioridad o desprecio a la labor periodística, sino todo lo contrario. Se nota cierto factor de modestia exagerada, en un ideal de invisibilización imposible (la suya), la cual tiene su base, su fundamento, en que “la causa” es más importante que ella.
A pesar de esto, Gaúna Wirz tuvo una inusual exposición mediática en los últimos días. Fue tras presentar el 22 de noviembre pasado ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) una acción de amparo colectivo y un pedido de medida cautelar contra el gobierno del Chaco y en favor de las comunidades Wichís de El Impenetrable chaqueño.
En lo urgente, pidió asistir con alimentos y agua potable a las familias que habitan las localidades de Misión Nueva Pompeya, El Sauzalito, Fuerte Esperanza y poblaciones de los parajes El Tartagal, Tres Pozos, Nueva Población, Pozo del Toba, Comandancia Frías y Fortín Belgrano, y todas aquellas asentadas en la región de El Impenetrable. Señaló que las comunidades le relataron que la dificultad para acceder a los alimentos se agravó en el último año, coincidiendo con las llegadas de Javier Milei, al gobierno nacional, y Leandro Zdero, al provincial.
En lo mediato, solicitó que se cree una Mesa de Coordinación Interinstitucional e Intercultural que incluya a los líderes indígenas y que tenga por finalidad elaborar un plan de trabajo que contemple la realización de medidas a fin de avanzar progresivamente en el cumplimiento de los derechos humanos vulnerados a lo largo de tantos años. En definitiva, que se los escuche.
La respuesta del gobierno vino a través de la Fiscalía de Estado. En su escrito, las abogadas, Verónica Klappenbach y Andrea Quevedo, afirmaron que el Ejecutivo se está ocupando de todos los problemas que se dan en la zona, incluso en las regiones que no están incluidas en la cautelar de la Corte Suprema, dictada hace 17 años a pedido del por entonces Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino. Y que, por eso, no hace falta que la Justicia se entrometa una vez más.
El último escrito lo presentó Gaúna Wirz días antes del inicio de la feria judicial. Al reiterar al Superior Tribunal que se expida con premura, aportó datos brindados por organizaciones de la sociedad civil y por el propio gobierno, que reforzaron sus argumentos en dos puntos: el primero, que no es cierto que las familias wichís de las zonas no incluidas en la cautelar de la Corte están siendo asistidas por el gobierno en los operativos alimentarios denominados “Ñachec”.
Y el segundo, que el contenido de la bolsa de comida que se entrega en esos operativos no es suficiente para cubrir las necesidades alimentarias básicas para toda una familia a lo largo de un mes. (Oficialmente, se informó que la caja Ñachec viene con un paquete de lentejas secas; uno de azúcar; uno de polenta; uno de harina; uno de leche; uno de arroz, uno de yerba y una botella de aceite. Y que la misma está destinada a “familias vulnerables”, tomando como factores para acceder a este beneficio “la desnutrición, la discapacidad y la falta de acceso a servicios básicos”).
Alertó, finalmente, que los comedores escolares, lugares donde muchos niños, niñas y adolescentes de las comunidades indígenas tienen asegurada una ración de comida al día, estarán cerrados durante el período de vacaciones. Y también sobre la situación de los merenderos, los cuales funcionan sólo el 30% y de manera intermitente. A pesar de la insistencia, el Superior Tribunal aún no se expidió.
―El gobierno promueve el programa Ñachec como la panacea para terminar con el hambre en el Chaco. ¿Es así?
―Ñachec es una bolsa con unos cuantos elementos de comida, pocos.
―¿Incluye carnes y verduras?
―Desde las comunidades no me mencionaron en ningún momento que entreguen carnes ni verduras. Ellos me decían que tampoco llega para todos.
―Quería consultarte sobre la situación de los comedores escolares en la zona que actualmente está dentro de la cautelar de la Corte. En el informe que el gobierno provincial envió recientemente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aseguró que en esas escuelas se da una doble ración de comida atendiendo a la situación de vulnerabilidad. ¿Esto es así?
―Yo contesto en relación a lo que me dice la gente. Y ellos me dicen que recibían una sola ración de comida. Por eso, no sé cómo la Comisión Interamericana que está en Washington puede llegar a saber qué está pasando en El Impenetrable, cuando ni las mismas autoridades del gobierno se acercan a dialogar con la gente para saber qué es lo que necesitan. Y otra cosa que me llamó mucho la atención, porque es algo que hace a las mismas diferencias culturales, es cuando me decían que les resultaba ofensivo la premisa del gobierno de asistir “sin intermediarios”. Eso también lo puse en la demanda. Ellos decían que se manejan a través de intermediarios, de sus líderes y de personas que están más capacitadas en cada área. Que le corten esta posibilidad de manejarse a través de sus representantes para ellos es culturalmente ofensivo. Hasta el nombre del programa Ñachec (“gracias” en lengua Qom) les resulta ofensivo. Me dicen: “¿Por qué tenemos que decir ‘gracias’ como que estuviéramos recibiendo una limosna? Nos obligan a agradecerles por la limosna que nos dan. Y en un idioma que ni siquiera es el nuestro”.
―¿Se hizo algún relevamiento por parte del gobierno provincial vinculado al tema de la nutrición de los niños, niñas y adolescentes de la zona?
―La verdad que no sé. Y cuando hablamos con ellos sobre la manera de llevar adelante esta demanda, yo les explicaba que no tenía medios porque el Ministerio Público de la Defensa no es autárquico. No tengo peritos ni tampoco gente capacitada para hacer relevamientos. Y yo les decía que el gobierno, cuando nosotros presentemos el amparo, iba a aparecer con tiras y tiras de números y de información diciendo todo lo que mandaban, y que nosotros como no tenemos técnicos ni peritos capaces de controvertir esa información, lo único que íbamos a tener era el testimonio de la gente. Por otra parte, en cuanto a la cuestión de acceso a la salud, en la zona de El Interfluvio, donde supuestamente el gobierno sí ayuda, que es el objeto de la cautelar del Defensor del Pueblo de la Nación, la situación es terrible.
―¿Terrible en qué sentido?
―En la falta de todo. Ahí la gente me pidió también un amparo y yo les expliqué que yo no podía presentar otro amparo porque eso ya se estaba tramitando y se estaba ocupando el IDACH (Instituto del Aborigen Chaqueño) y el Defensor del Pueblo de la Nación. En esa ocasión constaté que había muchas faltantes. Había personas picadas por las víboras que no podían llegar al centro de salud. Me encontré también con una persona indígena que estaba esperando en el centro de salud hacía dos horas. Le pregunté qué estaba pasando y nos dijo que esperaba a la ambulancia porque había una sola que tenía que venir de Castelli. Iba a tener que seguir esperando, no sé hasta qué hora. Entonces le pedí por favor al chofer (de la Defensoría General) que lo cargue en la camioneta y lo lleve hasta el hospital. No lo podíamos dejar ahí.
―En esa recorrida que realizaste, ¿notaste que eran suficientes los médicos, medicamentos y equipamientos en la zona?
―No, de ninguna manera. No sé si eso se habrá modificado ahora.
―Si se hubiese modificado, el gobierno lo hubiera dado a conocer en cadena provincial.
―Es que yo tampoco puedo confiar en lo que publican los medios.
―¿Por qué?
―Porque leo en los diarios que sale un cargamento del Ejército y dicen: “Acá, entregando mercadería en tal y tal localidad”. Desde acá, a 500 kilómetros, digo, bueno, qué alegría. No obstante, cuando sale eso, yo ahora lo que hago es mandarle un WhatsApp a la gente preguntándole si recibió la mercadería. Y la respuesta siempre es la misma: “Acá no llegó nada”. Entonces, yo la verdad que no sé qué pasa. Una vez que dijeron que lanzaron un gran programa que estaban en la plaza de Misión Nueva Pompeya, les dije a la gente que era muy bueno que haya llegado el gobierno porque seguramente se iban a reunir con los dirigentes. Y me dijeron que no era así. Llegaron y hablaron con cinco personas que eran afines a ellos y se fueron. Estuvieron una o dos horas. No se acercó nadie a hablar con la comunidad. Por eso, una cosa es lo que yo leo en los medios y la foto que se publica y otra cosa lo que me dicen las personas y lo que veo allá. Porque yo entré a las casas. No es que me contaron. Yo vi el estado de necesidad de esas personas. Con decirte que cuando terminamos una reunión en El Sauzalito, llevamos hasta el Vizcacheral, a unos 60 kilómetros, a una persona que no tenía como volver. Cuando llegamos había por lo menos 20 criaturas arremolinadas alrededor de la camioneta pidiendo algo.
“Yo entré a las casas. No es que me contaron. Ví el estado de necesidad de esas personas”
―Mendigando.
―Más o menos. Y ya habíamos dado todo, hasta la comida que habíamos llevado nosotros. Compramos cosas para llevar, para el almuerzo. Bizcochos, chupetines, lo que encontramos. No teníamos nada para nosotros y Andrés (Perino, secretario letrado provisorio de la Defensoría General) encontró una bolsita con semillas que había guardado. Se la doy a una criatura, que me preguntó: “¿Se come?”. Le dije que sí y ahí comenzó a comer desesperadamente. Hay un nivel tal de abandono y pobreza que no entiendo por qué no sale eso en las noticias. Si esa gente recibió tanto Ñachec, ¿dónde lo guarda? Porque no se ve. Ves la miseria en su estado más puro.
―¿Notás desinterés por parte del gobierno provincial en relación a las comunidades indígenas?
―Es que la agenda nacional es la agenda de exclusión. Yo no sé si el Chaco va a querer ir contra la agenda nacional. Acá por lo menos, por lo que hablaba con la gente, había una confianza en que las cosas con este gobierno iban a ser diferentes. O esperaban que hubiera mejoras. Pero ahora, por lo que ellos dicen, están cada vez peor.
―Además del tema alimentario, por lo que se ve es preocupante la situación por la falta de acceso al agua potable de algunas comunidades de El Impenetrable. ¿En toda la zona es igual o hay algunas que están peor que otras?
―Hay zonas que reciben el agua potable por el Acueducto. Ellos tienen bastante claro cuál es la situación y cuáles son los parajes más afectados. Lo que me llamó la atención es que íbamos a ver los parajes, que no tenían agua y sacaban de la laguna y de los pozos, y ellos decían que al costado de la ruta pasaba el caño del Acueducto pero que no se habían hecho los empalmes. Esa es la situación puntual.
―Parece una obra que no demandaría mucho dinero.
―Claro. Y después en algunos lugares más alejados, calculo que se puede suplir con el camión de la municipalidad. Pero se mejoró mucho con el tema del Acueducto y se dejó eso pendiente porque son las personas más vulnerables las que están alejadas del centro de las respectivas localidades. Es muy diferente la problemática de cada uno de los parajes.
―La Fiscalía de Estado dice que tu planteo es “muy genérico”. ¿Qué respondés a eso?
―Posiblemente sea muy genérico porque no tenemos los medios como para hacer un relevamiento profundo de la situación. El único conocimiento que puedo llegar a tener que se fue dando en distintas reuniones con la comunidad que ellos van exponiendo cuáles son sus problemas.
―La respuesta de la Fiscalía de Estado es tan técnica y burocrática que llama la atención. Porque en una situación en la cual un órgano del Poder Judicial está alertando sobre graves situaciones que necesitan de asistencia humanitaria urgente lo más humano sería que se intente abordar la situación en conjunto y no brindar solamente excusas.
―Es que justamente ese es el tema. No lo estoy diciendo yo. Lo único que yo hago es traer los testimonios de estas personas, acercarlos al Superior Tribunal. Estos testimonios de otra manera nunca hubieran llegado hasta acá. Y la demanda fue darle forma jurídica a ese reclamo. Entonces, en las sucesivas recorridas en El Impenetrable, siempre el reclamo fue el mismo. Siempre pidieron por programas alimentarios. Por el tema del agua, por las condiciones de salud, por los caminos. Y se planteó en los últimos tiempos esta cuestión del miedo que les generaba el ejercer vías de protesta por las amenazas de represión que existen. El reclamo no nació con este gobierno ni con el anterior. Es histórico. Lo que pasa es que ahora se suma a las políticas que bajan del gobierno nacional que les trae más miedo a las comunidades y a toda esta situación que a ellos los empobrece todavía más. Entonces, el tema es como planteamos esta protesta y como la seguimos de acá en más. En aquel acampe de agosto (de este año, realizado en Castelli) fueron dos semanas en las que estuvieron en condiciones indignas, porque era una barbaridad. Había ancianas durmiendo en el pasto, gente con diarrea, gente sin comer. Y esa no es una forma de protesta adecuada. ¿Cuál es la otra vía? La legal. Entonces, ¿qué voy a hacer yo? Esperar a que venga un perito o alguien para relevar y dar estadísticas o buscar de alguna manera hacer valer esa protesta mediante la vía judicial para que ellos no vuelvan a exponerse de esta forma. No había muchas otras formas de hacerlo. Y si el gobierno dice que es mentira, que vayan y se lo digan en la cara. Que no tienen hambre, que no necesitan el agua, que la bolsa Ñachec contiene todo lo que podrían necesitar a una familia para sobrevivir un mes completo. Que se les está brindando oportunidades para poder vivir bien. Pero que se los digan a ellos.
―No lo van a hacer.
―No sé. Si les da la cara, que salgan y digan: “Ustedes están mintiendo”. Que no me lo digan a mí. Yo solamente estoy transmitiendo la realidad que me transmiten ellos. Es más, no tengo ningún problema en que me digan que soy una mentirosa, pero los voy a invitar a ellos a que vayan hasta allá y verifiquen. O que algunas de esas fotos que tomé con mi celular, que acompañaron la demanda, no son ciertas. Pero que por favor demuestren que esa gente no tiene necesidades.
―A pesar del blindaje mediático, la presentación del amparo y cautelar se publicó en varios medios, incluso en Página/12. Desde el gobierno nadie salió a hablar del tema. Optaron por el silencio. ¿Qué impresión te merece esto?
―Insisto, a mí no me tienen que decir nada. A mí me haría profundamente feliz si me escriben los líderes de cada una de las comunidades y me dicen que están teniendo eco de su reclamo, que se acercaron a dialogar. Esa va a ser el reclamo que es efectivamente escuchado. Si no tengo respuesta, supongo que no se escuchó. Esa es la única suposición que puedo llegar a sacar.
―Más allá de la respuesta judicial a tu presentación, ¿informalmente alguien habló con vos desde el Ejecutivo provincial?
―No, nadie.
―Uno de los últimos escritos que presentantes es un pedido al STJ para que haga lugar a la cautelar, con habilitación de días y horas y de la feria judicial. ¿Estás particularmente preocupada por la situación que se pueda dar en el período de receso?
―Sí, porque significa que esto va a quedar en stand by durante todo enero hasta el 1 de febrero y no sabemos si en enero efectivamente alguien se va a ocupar de atender las necesidades de estas personas. Si el Superior Tribunal hiciera lugar a la cautelar recomendándole al gobierno que extreme las medidas para que efectivamente estas personas puedan tener acceso al agua y a los alimentos en el período estival, estaría salvado lo más urgente. Y lo que se espera del amparo en sí es un proceso de diálogo. Ni siquiera una controversia con el gobierno.
―¿Cómo sería ese diálogo?
―Lo que piden es que hablen con ellos de igual a igual, no menospreciándolos o imponiéndoles ciertas políticas. Todos los representantes dijeron que nunca se los ha llamado por parte de nadie del gobierno para escucharlos. Y eso es lo que están pidiendo. Los pueblos indígenas tienen aseguradas esta instancia a través de la misma Constitución Nacional. La consulta pública es una forma de democracia directa. Cualquier tipo de política pública que los involucre tendría que ser consensuadas y habladas con ellos respecto de cuál es la mejor forma para poder llevar adelante este desarrollo que se pretende para sus comunidades. Porque ellos tienen propuestas muy interesantes. Se puede contratar técnicos con la mejor buena voluntad, pero si no se los escucha a los integrantes de las comunidades es lo mismo que nada.
CORRUPCION
Denuncian que el gobierno usó 40 mil millones del Garrahan para la timba financiera

Los trabajadores del Hospital revelaron que el Consejo de Administración que responde a Lugones tiene el equivalente a un cuarto del presupuesto en un fondo común de inversión.
En medio de la crisis del Garrahan y mientras en Diputados se intenta revertir el veto de Milei a la emergencia pediátrica, los trabajadores del Hospital revelaron que los funcionarios que responden al ministro de Salud, Mario Lugones, guardan más de 40 mil millones de pesos de la entidad en un fondo común de inversión.
La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Hospital Garrahan dio a conocer que en el balance financiero del año 2024 figura la conformación de un FCI en el Banco Nación, que con los intereses sumaba más de 44 mil millones de pesos al 31 de diciembre pasado.
“Son estos funcionarios que nos dicen que no hay plata que somos ñoquis”, denunció la secretaria general de la APyT, Norma Lezama, que indicó que la suma invertida en la timba financiera equivale a un cuarto del presupuesto del hospital.

“Se están guardando 40 mil millones de pesos de la recaudación del tercer pagador (que es lo que el Hospital cobra a las obras sociales y prepagas) que representa al 35% de las prácticas que se realizan en nuestro hospital y que, en lugar de ser distribuidas como corresponde a obras de infraestructura y en gran parte a un ítem que se llama recursos genuinos que percibimos en nuestros salarios, se lo están guardando en un fondo de inversión”, declaró Lezama a Noticias Argentinas.
La información surgió de un pedido de información pública realizado por la diputada nacional Victoria Tolosa Paz. “¿Que hicieron con el superávit del Garrahan? Lo metieron íntegro en un fondo de inversión. Le quitaron recursos propios y se lo llevaron a la cuenta de inversión del Nación”, afirmó.
Lezama contó que les solicitaron al director médico Mariano Pirozzo y a la consejera administrativa Mariel Sánchez, entre otras autoridades, las explicaciones pertinentes sobre la situación porque ese dinero “tiene que estar en el bolsillo de cada uno de los trabajadores”.
La administración del Hospital Garrahan depende de Lugones, el ministro más cercano a Santiago Caputo. El asesor fue socio en la consultora Move de Rodrigo Lugones, hijo del jefe de la cartera sanitaria.
CORRUPCION
Conmoción en la política santafesina, un ex fiscal denunció: “Traferri armó la estructura de las coimas”

Gustavo Ponce Asahad, condenado por esta trama, hundió al histórico senador peronista en el juicio contra el ex jefe de los fiscales de Rosario.
“Las coimas venían de una estructura que se había formado por instrucciones del senador Traferri y las pagaba el empresario de juego Leonardo Peiti”. La declaración la hizo el ex fiscal adjunto Gustavo Ponce Asahad al salir de declarar en el juicio que se sigue contra su ex jefe, el fiscal regional de Rosario Patricio Serjal, a quien le piden 12 años de prisión por haber sido organizador de una trama que favorecía al juego clandestino en una terminal que sostenía también campañas electorales.
Ponce Asahad cumplió una condena de seis años de prisión por formar parte de esa asociación ilícita en la que están situados como jefes el propio Serjal y el senador justicialista Armando Traferri, quien fue convencional hasta la semana pasada en la Convención que reformó la Constitución Santafesina, y que también fue presidente de la comisión de juicio político hasta el año pasado en la Legislatura.
Esa declaración la hizo este miércoles en la audiencia ante los jueces Nicolás Foppiani, Hebe Marcogliese y Facundo Becerra. Antes de entrar a la audiencia Ponce Asahad le dijo a un grupo de periodistas. “Acá el gran ausente es el senador Traferri”, dijo del dirigente que fue ex intendente de la ciudad de San Lorenzo y por cuatro períodos miembro de la Cámara alta santafesina.
Empezó el juicio contra el ex jefe de fiscales de Rosario, un caso que sacude a la política santafesina
Peiti es un empresario de juego clandestino que intentó, a través de un grupo de senadores, obtener la concesión del juego online en Santa Fe. A partir de eso pagó contribuciones desde su actividad. El mismo declaró en una entrevista con LPO que a Traferri le dio 200 mil dólares.
Ponce Asahad es un verborrágico ex funcionario judicial que tuvo un paso polémico cuando fue secretario de Instrucción en el viejo sistema penal y que terminó, en este mismo caso, condenado por cohecho pasivo e incumplimiento de sus deberes. Como arrepentido en los inicios de este trámite aceptó que recibía dinero de Peiti hasta que este capitalista de juego en un momento quiso denunciar lo ocurrido, porque temía ir preso debido a que el entonces fiscal de Melincué Matías Merlo lo tenía cercado en una pesquisa. Peiti denunció esto a través de su abogado Luis Rossini, ya fallecido.
“Rossini, el abogado de Peiti, me dice de hacer una reunión un viernes a la noche en una cochera en Pichincha. Traferri me pide que vaya y que después le transmita que decía. Rossini me dice que Peiti iba a declarar porque estaba cansado y (un grupo criminal) lo estaba amenazando con pintadas. Me dice que a Traferri no lo iban a nombrar. Yo al otro día le conté al senador. Me respondió: “«Tranquilo, si abren la boca veremos cómo nos defendemos»”.
En su testimonio como imputado de hace casi cinco años, que este miércoles refrendó en el juicio, Ponce Asahad aseguró que entró en contacto con Traferri para cerrar acuerdos que implicaban cobrarle a Leonardo Peiti cuotas regulares de dinero de manera de no interferir en sus múltiples negocios de juego y casinos clandestinos, casi 200, desplegados en distintas zonas de la provincia. Proporcionó lugares de encuentro y fechas que fueron cotejados por los investigadores con el impacto de los teléfonos celulares de ambos en las antenas de telefonía ubicadas en los lugares mencionados.
En ese marco afirmó que su primer encuentro con el senador provincial fue en la sede del Ministerio Público de la Acusación (MPA), en Montevideo 1968 de Rosario, el 24 de abril de 2017, es decir dos semanas después de que Serjal asumiera como fiscal regional.

Ponce Asahad produjo una declaración por escrito en la que implica a Traferri en el esquema de recaudación ilegal. “Vamos a ver si con lo que yo declaro la política le saca los fueros al senador tan rápido como hizo conmigo al destituirme”, sostuvo Ponce Asahad ante los fiscales a mitad de 2020. Eso no pasó hasta que Traferri lo aceptó por voluntad propia. Recién estuvo frente a un juez cuando el Ministerio Público de la Acusación cambió a los fiscales que lo investigaron, como él solicitaba como condición. Y cuando el año pasado renunció voluntariamente a sus fueros tras ser reelecto senador en diciembre de 2023.
“Yo sé cómo se recauda con el juego porque soy peronista de siempre y esta es una caja con la que se financia históricamente el partido. Y no solo el peronismo lo hace con el juego”, afirmó Ponce Asahad en 2020.
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La declaración contra Traferri fue detallada. Sostuvo que el juego en la circunscripción de Rosario tenía tres patas: Peiti, Serjal y Traferri. Afirmó que al encontrarse por primera vez en el hall del MPA de calle Montevideo con Traferri, el ex fiscal regional Serjal le indicó delante del senador que debía tener una reunión con Peiti. Y que en esa cita, de la que proporcionó la fecha, el capitalista le dio una caja en la que habría dinero. “Esto es para Patricio y el senador está al tanto”, aseguró que le dijo Peiti.
Según afirmó, el día que se conocieron en la fiscalía, Traferri le comentó que no tenía su teléfono: “Haceme una (llamada) perdida que te agendo”, le pidió. Ponce lo hizo y proporcionó la referencia. Fue una llamada de 12 segundos el 24 de abril de 2017. Trece días antes, el 11 de abril, había asumido Serjal.
Se confirmaron esos contactos, lo que fue expuesto en audiencia, donde los teléfonos de ambos se cruzan tocados por la misma antena, cuestión que sugiere encuentros personales. El vínculo de Peiti y Traferri está acreditado por indicios. Un día que Peiti rompió su teléfono, luego de que Serjal y Ponce Asahad se enteraran que aquel estaba siendo investigado, el empresario pidió el contacto de Traferri a su secretaria. También se constató que la secretaria de Peiti le dijo a su jefe: “Me estoy yendo a San Lorenzo. ¿Tenés algo que mandarle al Pipi?”
En abril de 2021 Ponce Asahad se convirtió en imputado colaborador y prestó aportes sobre el funcionamiento del grupo ante los fiscales que llevaban el caso. Por eso obtuvo una rebaja de pena a tres años de prisión.
El ex fiscal Ponce estuvo detenido a partir del 31 de julio de 2020 cuando fue señalado por el empresario de juego Leonardo Peiti por haberle cobrado coimas durante un año para ayudarlo a esquivar investigaciones y allanamientos en su contra. En ese momento Peiti también acusó de participar de esas maniobras a Serjal. El escándalo terminó con ambos funcionarios judiciales desplazados y tras las rejas. A Serjal le concedieron a los ocho meses domiciliaria por cuestiones de salud psíquica. Desde el lunes es juzgado.
En octubre pasado, por los hechos que se ventilan en este trámite, Traferri fue finalmente imputado de organizador de juegos de azar ilegales como partícipe primario, de tráfico de influencias agravado por hacer valer su posición frente a un magistrado en cuatro hechos, de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública y de peculado de caudales públicos.
CORRUPCION
Afiliaciones truchas: Habrían borrado datos del celular de Capi Rodríguez y El fiscal declaró sentirse “un boludo”

El presidente de La Libertad Avanza en Chaco, Capi Rodríguez, se encuentra en el ojo de la tormenta tras ser imputado por presuntas afiliaciones políticas fraudulentas y, más recientemente, por un polémico procedimiento de incautación de su teléfono celular que ha generado indignación en la esfera judicial. En el informe expuesto por Telenueve denuncia se muestran declaraciones del fiscal, admitiendo el grave riesgo procesal de la destrucción de pruebas clave para el proceso.
La denuncia inicial detalla que Rodríguez fue imputado por el fiscal Patricio Sabadini luego de que se descubriera que las afiliaciones necesarias para conformar el partido en Chaco fueron inventadas o falsificadas. Se reporta que muchas personas fueron afiliadas sin su conocimiento, lo que llevó a que el fiscal lo imputara automáticamente.
En respuesta a esta situación, la jueza de la causa, Niremberger, ordenó el secuestro del teléfono celular de Capi Rodríguez y dispuso que la Prefectura realizara tareas de inteligencia para asegurar la requisa. Según las fuentes, este es un procedimiento correcto para una requisa con secuestro, que incluso podría haberse acompañado de un allanamiento. La orden especificaba la intercepción y secuestro del teléfono, además de requisar su vehículo.
Sin embargo, la ejecución de la orden ha desatado una fuerte controversia. El pasado 29 de agosto, efectivos de la Prefectura llevaron a cabo la vigilancia para determinar el momento en que Rodríguez regresaba a su domicilio. Al interceptar a Capi Rodríguez cuando entraba a su edificio, los prefectos le mostraron el oficio judicial para solicitar su celular. Lejos de acatar la orden de inmediato, Rodríguez tomó el oficio y se dirigió a su casa, mientras el prefecto intentaba detenerlo. Los oficiales no lograron impedir que entrara a su departamento.
Lo más grave, según la denuncia que se dio a conocer este fin de semana en Telenueve denuncia, es que Capi Rodríguez permaneció 11 minutos dentro de su departamento antes de salir y entregar su celular. Al momento de la entrega, Rodríguez alegó haber “olvidado la clave”. La situación ha llevado a la contundente afirmación de que al imputado “lo dejaron borrar 11 minutos su celular”.
Tanto el fiscal Sabadini como la jueza Niremberger expusieron su profundo malestar con el desarrollo del procedimiento. El fiscal declaró sentirse “un boludo” y que lo último que puede tolerar es que lo tomen por “pelotudo”. La jueza, basándose en el informe de Prefectura y las imágenes del hecho, comparte la sensación de que los están “tomando de boludos”.
Ante la gravedad de los hechos y la aparente negligencia en el cumplimiento de la orden judicial, se comunicará esta situación a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El fiscal considera que la Dra. Bullrich “necesita que las fuerzas federales trabajen bien” y que esto afecta directamente a su gestión.
La investigación continúa abierta y se esperan nuevas repercusiones en el ámbito político y judicial de Chaco.
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