Connect with us

Economia

La amenaza contra la fecha mágica y el Séptimo de Caballería del FMI

Published

on

El Gobierno busca llegar al 14 de octubre con una inflación de “cero por delante”, valor clave para sostener sus chances electorales. Pero la suba del dólar en la última semana de julio encendió las alarmas y amenaza con trasladarse a precios en septiembre, arruinando esa meta. Caputo intenta calmar los ánimos sin romper con los bancos, mientras que el Fondo Monetario Internacional acude al auxilio con dólares frescos para reforzar reservas y sostener el esquema.

Para el Gobierno, lo importante es que los hechos de la semana que terminó no arruinen la verdadera meta económico-político-electoral para el corto- mediano plazo: que el 14 de octubre, 12 días antes de ir a votar la renovación parcial del Congreso, se pueda mostrar una inflación mensual que tenga un cero por delante. Ese día está programada la información sobre la evolución del IPC correspondiente a septiembre de 2025, el mes que según todos los análisis podría registrarse el nivel más bajo de alza de precios de las últimas décadas. Los cerebros programadores de la estrategia electoral tienen ese dato a anunciar como el empujón político más importante para cualquier gobierno criollo de los últimos años, ante un público electoral acostumbrado a ir a las urnas con pesadas inflaciones sobre las espaldas. Todas las encuestas les muestran a los estrategas del oficialismo que dos factores son fundamentales para sostener las optimistas perspectivas de votación positiva en octubre: la seguridad (y las calles despejadas de manifestantes) y la baja de precios. El primer segmento político estaría siendo controlado por Patricia Bullrich, que además amenaza con ser candidata. El segundo, el IPC de septiembre con un cero por delante, parecía ser una realidad casi palpable. Ahora es un puente lejano.

Y todo esto por la irrupción del enemigo público de siempre: el alza del dólar; el gran contrincante que complica cualquier estrategia electoral. Que lo digan Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. El alza de la divisa en la última semana provocó el retorno de los fantasmas: que el aumento del precio de la divisa se traslade a los precios. Que se produzca el tan temido demonio del pass trough. Algo que podría monitorearse desde agosto y trasladarse hacia septiembre. Se salvó el IPC de julio, ya que el alza de casi un 14% del dólar del mes pasado se concentró en la última semana. No dio tiempo a los agentes económicos que suben precios por inercia psicológica (más que de cálculo de costos) a ajustar los valores de los bienes (los más factibles de subir por incrementos del dólar) para que sean tenidos en cuenta por el Indec. Más bien será una tarea a ejecutar este fin de semana. Con lo cual, de verter su negativa influencia, el alza de la divisa comenzaría a percibirse en agosto 2025. Según los analistas, la presión del dólar podría provocar no un estallido hacia arriba en el IPC, sino un traslado “donde se pueda”. La muy mala performance anual del consumo masivo no solo hace imposible un traslado directo y gimnástico del incremento del dólar hacia los precios, sino, más bien, un aumento selectivo.

En todo caso, para agosto, debería ahora esperarse una repetición de un índice similar al de julio, un porcentaje cercano al 1,5%. El problema, en realidad, es que la suba de la divisa ejecuta una influencia de dos tiempos. Esto es, primero, en los precios directos y, segundo, sobre los costos de producción de los bienes y la aplicación de servicios. En concreto, el alza de la divisa influiría no solo en agosto, sino, fundamentalmente, en septiembre.

Y ahí está el problema político del Gobierno. Aunque no haya un pass through importante, una devaluación de dos dígitos inevitablemente traería consigo un alza de 1 punto porcentual en los precios generales de la economía. Y su influencia directa se vería en septiembre, más que en agosto. Luego, en septiembre, la inflación tendría un punto por delante, cuando, otra vez, la estrategia política indicaba que los cañones debían apuntar a lograr el cero del IPC de ese mes. Una meta que ahora entra en debate.

Por eso quizá la decepción del Gobierno con el comportamiento de los mercados en la semana que terminó. Y los posteos de los libertarios de ocasión, culpando a bancos, operadores, al kirchnerismo (cosa rara esa relación de este signo político con los compradores habituales de divisas de este país), en el transcurso de la jornada del jueves, cuando la divisa rompía récords y navegaba a los 1.380 pesos. Luego, más a la noche y en una visita a un streaming colega, Luis “Toto” Caputo calibraría algo mejor las acusaciones del Gobierno y señalaría que los vaivenes del dólar obedecen a una política de liberación del tipo de cambio dentro de un esquema de bandas, con bandos de ofertas y demandas que se cruzan; y no a los golpistas financieros de ayer, hoy y mañana. “Al que le parezca barato comprará, y al que le parezca caro venderá… No sé por qué se enojan con nosotros”, reflexionó el ministro, bendiciendo a los campeones que no se la quisieron perder. Al menos ese jueves. La de la semana que culmina fue una de esas batallas que el mercado financiero recordará por mucho tiempo. La del cierre de julio 2025 fue, por lejos, la compulsa más complicada por el gobierno de Javier Milei desde que asumió el 20 de diciembre de 2023; y donde, al menos por 48 horas (el 30 y el 31 de julio), hubo pelea entre el Palacio de Hacienda/Banco Central y las eternas fuerzas del mercado especulativo clásico e histórico. De un lado, para algunos, el mejor ministro de Economía de la historia. Del otro, calificados por las mismas fuerzas del capitalismo financiero criollo, como gente que “no fuma abajo del agua, tiene la fábrica de los cigarros”. Alguien podría interpretar que desde el bando del oficialismo hay una ventaja competitiva: Luis “Toto” Caputo, hasta hace solo un tiempo, era parte del equipo de los “fabricantes de cigarros”. Todo empezó el martes 29 de julio, cuando el Gobierno tuvo que consensuar una suba muy importante de las tasas de interés, que treparon al 68%. Un día después, surgió la primera suba fuerte de la divisa, y la señal de que el mercado inauguraba el segmento de combate de tasa contra precio del dólar, un clásico de los clásicos de los mercados argentos. Nada que Toto Caputo no sepa de sus años dirigiendo mesas de dinero. Con mucho éxito, por cierto. Ahora está operando desde el quinto piso del Palacio de Hacienda, un lugar de gran trascendencia y privilegiado para observar la poca paciencia de los inversores en los momentos en que aparece el ruido. “Riesgo Kuka” o la incertidumbre política, según sus propias palabras.

Lo que resultó curioso de esa jornada del miércoles alcista, es la cantidad de lotes similares a 20 millones de dólares, que fueron comprando durante la última media hora del mercado. Esto es, entre las 14.30 y las 15. Sabe Caputo, y cualquiera que haya vivido un año en ese maravilloso mundo de la City porteña, que órdenes de compra de esa característica solo se hacen con preparaciones de antemano, con el objetivo de provocar alzas en el mercado. Si lo habrán hecho conocidos del ministro de Economía. Estos movimientos llevaron a las sospechas de parte del quinto piso del Palacio de Hacienda, y el posterior estallido que se conoció el jueves.

Esa jornada fue altamente volátil, y determinó que la divisa llegue a los 1.380 pesos. Fue allí donde desde el edificio ubicado frente al ministerio se mencionen tres bancos como los culpables de todos los males. Rápidamente la versión se trasladó a voceros, pero, finalmente, no tuvieron mayor repercusión. Ni por los operadores financieros cercanos al oficialismo (que son muchos). Por la noche, en el streaming oficialista Carajo, Caputo daría su versión más profesional. “Nada que no haya pasado. Nada que no hayamos vivido durante este gobierno. Por supuesto, se trata de exagerar la situación desde ciertos lados, pero recordemos que ya en febrero de 2024 el tipo de cambio llegó más o menos a estos niveles”, dijo el ministro, restando culpas a los operadores, que, en definitiva, le hicieron caso al informe del 27 de junio publicado por el JP Morgan, donde se les recomendaba a los operadores locales y visitantes desmantelar posiciones en pesos y volver al refugio del dólar. Algo similar a lo que el mismo banco recomendaba allá por abril de 2018.

Y algo por lo que no se podría acusar de golpismo financiero o cambiario a una entidad que siempre puede volver a ser aliada. Lo mismo que los bancos de Adeba (bancos de capital nacional), Abrapra (bancos privados y cooperativos) y ABA (bancos de capital extranjero). Pese a las amenazas, Caputo optó por la prudencia, y por no dinamitar puentes. Hizo bien.

Pero para la tarde del jueves se esperaba la aparición del Séptimo de Caballería. Y llegó.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) apareció cuando más lo necesitaba el quinto piso del Palacio de Hacienda, y anunció que el Board del organismo había aprobado el cumplimiento de lo pactado para la primera revisión del Facilidades Extendidas firmado el 11 de abril pasado, y que se liberaban los US$ 2 mil millones comprometidos para ser enviados a las arcas del Banco Central para completar los US$ 12 mil millones del primer desembolso. Ese dinero llegará el martes de la semana que se inicia, y se colocará prolijamente en las vidrieras del Banco Central, para que todo el mercado las vea y las admire. Igual, ni este ni el Gobierno podrán usarlas para otra cosa.

¿Por qué el FMI fue generoso y oportuno? Hay un factor para recordar. En el mismo Facilidades Extendidas figura un apartado, algo oculto, donde se menciona que el tipo de cambio ideal para la Argentina debía ser un 20% superior al piso de inicio del esquema de bandas cambiarias. Si se tiene en cuenta que ese piso era de 1.000 pesos, para la segunda quincena del abril 2025 (la posterior a la firma del acuerdo), el valor de la divisa debía navegar por arriba de los 1.300 pesos. Si ese nivel se lo actualiza por la inflación acumulada en el trimestre mayo-julio, el valor final llega a los 1.386 pesos. Muy cercano al valor del jueves de presión cambiaria y anuncios de giros de dólares desde el FMI.

Como decía el gran Francisco “Pancho” Ibáñez, “todo tiene que ver con todo”.

Economia

Jornada financiera: con el dólar firme, las acciones reaccionaron al alza a los cambios políticos

Published

on

El índice S&P Merval subió 3,4%. La divisa minorista avanzó 1,7% y terminó en $1.500 mientras que el mayorista cerró en $1.482, a 15 pesos del techo de las bandas cambiarias

En la primera jornada hábil de noviembre, el dólar oficial profundizó la tendencia alcista al avanzar 1,69% a $1.500 en el Banco Nación mientras que en el segmento mayorista se elevó a $1.482, a 15 pesos del techo de las bandas cambiarias. En paralelo, las acciones y los bonos volvieron a subir en la plaza local e internacional.

La expectativas de los especialistas estaban puestas en la reacción de los inversores a los cambios de gabinete que se produjeron durante el fin de semana con las salidas del ex jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro del Interior, Lisandro Catalán, quienes fueron reemplazados por Manuel Adorni Diego Santilli, respectivamente.

Subió el volumen negociado

“Rueda aburrida con poco movimiento. Lo mas relevante vino por el lado del dólar que marcó subas de 2%. El MLC operó casi USD 600 millones, lo cual es bastante para lo que venía operando”, sintetizó Nicolás Cappella, analista financiero de Grupo IEB.

En efecto, en el Mercado Libre de Cambios (MLC) se operaron USD 572 millones, un aumento de 81% respecto a los USD 316 millones que se habían operado el viernes de la semana pasada. Más allá del crecimiento de los negocios, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) no intervino en el MLC ya que el mayorista no superó el límite superior del esquema cambiario, hoy ubicado en $1497,51.

Por su parte, el MEP y el contado con liquidación (CCL) concluyeron la rueda con avances de 20 pesos. El dólar bolsa cotizó a $1.497 y el CCL quedó en $1.515.

Respecto a la evolución de los activos argentinos, se extendió la racha positiva que comenzó con el triunfo del oficialismo en los comicios de medio término: tanto las acciones locales como los ADR experimentaron alzas de hasta 12%.

Se extendió la racha alcista de las acciones

El Merval creció 3,4% hasta los 3.104.495,27 puntos debido, en gran parte, al desempeño de los papeles líderes: Telecom lideró las subas con un salto de 11,6%, seguidas de Ternium (8,4%), BBVA (7%), Edenor (6,2%), Pampa Energía (5,4%), Banco Supervielle (5,1%), Central Puerto (5%). Por el contrario, solo acusaron caídas BYMA (0,2%) y Transportadora de Gas del Sur (-1%) y Loma Negra (-1,7%).

Según lo informado por Reuters, el índice local registró un incremento de 69,31% durante octubre. Este aumento tuvo repercusiones en los mercados internacionales, particularmente en los ADR de empresas argentinas que operan en Wall Street, donde se observaron alzas extendidas: Telecom (7,7%), Edenor (5,4%), Central Puerto (4,4%), BBVA (4,4%) y Pampa Energía (3,8%), entre otras.

En el ámbito extrabursátil doméstico, los bonos mostraron un avance medio de 0,4%. El repunte de las cotizaciones impulsó una baja del riesgo país de más de 300 puntos desde las 1.081 unidades en el escenario preelectoral. El dato entusiasma al Gobierno y al mercado por un posible regreso a los mercados internacionales de deuda el año que viene.

A propósito del riesgo país, un índice que mide la diferencia entre las cotizaciones de los bonos soberanos argentinos y los de libre riesgo del Tesoro de Estados Unidos, evidenció una tenue alza de 0,45% hasta los 669 puntos básicos.

En tal sentido, analistas de la consultora Quantum Finanzas consideraron que las intervenciones del Tesoro norteamericano en el mercado cambiario local por aproximadamente USD 2.100 millones antes de los comicios legislativos, sumado al anuncio de un swap por USD 20.000 millones ayudaron a bajar la volatilidad y la incertidumbre de los mercados.

Bajo la perspectiva de los consultores de Cohen Aliados, el significativo descenso del riesgo país “allana el camino para que más empresas y provincias se beneficien de la apertura financiera y acerca al Tesoro a los mercados de capitales, aunque deberá presentar un plan para revertir la caída de las reservas internacionales y eliminar definitivamente los controles cambiarios que aún persisten para las empresas”.

En simultáneo, las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) anotaron un alza de USD 1.404 millones y cerraron a USD 40.786 millones. La mayor parte del salto intradiario responde al movimiento típico de encajes bancarios de fines de mes.

Según un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI), el foco de la semana estará puesto en “la dinámica de la deuda soberana en dólares y su reacción a los cambios en el gabinete”. En cuanto al frente de pesos, el Ministerio de Economía enfrentará la primera licitación de noviembre con vencimientos por $7,2 billones en manos de privados y $3,6 billones en poder del sector público. “Será clave observar si el BCRA decide avanzar con un nuevo canje intrasector público, en línea con las últimas subastas”, remarcaron desde PPI.

Continue Reading

Economia

El precio de la soja volvió a subir y llegó al nivel más alto del último año

Published

on

La oleaginosa avanzó a USD 411 en el mercado de Chicago tras el avance de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China

La soja experimentó una nueva suba que la llevó al nivel más alto en quince meses: cerró a USD 411 por tonelada en el mercado de Chicago. Según Reuters, esta dinámica se explica por la posibilidad concreta de que China vuelva a comprarle granos a Estados Unidos a gran escala, lo que beneficiaría a la producción argentina.

El acuerdo rubricado por Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur la semana pasada representó un cambio significativo en la relación comercial agrícola entre ambos países. Esta resolución abre la puerta para que el mercado chino vuelva a incorporar grandes cantidades de soja proveniente de los farmers norteamericanos, restableciendo un vínculo interrumpido por la guerra de aranceles.

El acuerdo entre EE.UU. y China

El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent declaró a Fox Business que “los chinos han acordado comprar 12 millones de toneladas de soja durante esta temporada, entre ahora y enero, y luego, durante los próximos tres años, comprarán un mínimo de 25 millones de toneladas por año”. De este modo, el funcionario ratificó una versión que ya había empezado a tomar fuerza en los mercados globales de granos.

Hasta este anuncio, las adquisiciones chinas de la oleaginosa a Estados Unidos estaban prácticamente detenidas. Esto se daba a pesar de que, en 2024, el gigante asiático había importado cerca de 27 millones de toneladas. Desde Pekín, la única respuesta oficial fue el compromiso de elevar las compras de productos agropecuarios estadounidenses, sin detallar volúmenes ni plazos.

La evolución de precios relativosLa evolución de precios relativos del complejo sojero. (Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario)

Según estimaciones de sector agrícola, China debe importar entre 5,5 y 8,2 millones de toneladas de soja adicionales para satisfacer sus necesidades anuales hasta fines de 2025. En este contexto, Estados Unidos se perfila como el principal proveedor posible, ya que Argentina y Brasil enfrentan reservas limitadas tras la última cosecha.

Recientemente, productores estadounidenses manifestaron su descontento ante las medidas implementadas en Argentina, sobre todo tras la decisión del gobierno de Javier Milei de suspender temporalmente las retenciones a las exportaciones agrícolas para acelerar el ingreso de divisas en la previa de las elecciones legislativas.

En efecto, durante esa ventana provisoria los agroexportadores liquidaron USD 7.000 millones en pocos días, lo que provocó el descontento de sus pares norteamericanos al entender que la administración Trump le estaba brindado asistencia financiera a un país competidor en el mercado sojero y que había eliminado temporalmente los derechos de exportación.

Por otra parte, Bessent anunció que se concretaron acuerdos independientes con naciones del sudeste asiático para la compra de 19 millones de toneladas adicionales de soja, lo que expande el mercado disponible para la producción estadounidense.

En tal sentido, remarcó la relevancia de estos convenios: “Nuestros grandes productores de soja, a quienes los chinos utilizaban como peones políticos, ya no están en peligro y deberían prosperar en los próximos años”. En este contexto, resaltó su relación directa con el sector, al recordar que recientemente se definió como “productor de soja”.

Estados Unidos anunció que ChinaEstados Unidos anunció que China volverá a comprarle soja. REUTERS/Daniel Acker/Archivo

En palabras del propio secretario del Tesoro de EE.UU, “este acuerdo es la culminación de todo ello y pone en marcha grandes acuerdos de compra para los próximos tres años y medio”, lo que refuerza la percepción de una nueva etapa de estabilidad para los agricultores estadounidenses.

El impacto sobre Argentina

A propósito del entendimiento entre Estados Unidos y China, un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) titulado “La tregua EE. UU.-China dejó gusto a poco” planteó que el monto pactado no satisfizo del todo a los operadores, ya que se mantiene en línea con los niveles habituales de importación china.

“Los 12 Mt de compras anunciados desde aquí hasta enero se encuentran en línea con los desembarcos habituales de soja americana en estos meses”, remarcó la BCR. En la última década, el promedio fue de 16 Mt, con un máximo de 20 Mt en la campaña 2020/21 y un mínimo de 10 Mt en la 2023/24.

Respecto al compromiso chino de comprar anualmente 25 millones de toneladas de soja en el mercado americano, el reporte de la entidad especializada remarcó que el número “queda por debajo del promedio de los últimos años” ya que en ese lapso temporal, EE. UU. embarcó una media de 30 Mt al año con destino a China (excepto el año de la primera guerra comercial)“.

La tregua entre ambas naciones, aunque limitada, impactó favorablemente en el mercado de subproductos de soja, con especial énfasis en la harina. Durante octubre, ese producto registró un incremento del 15% y alcanzó el nivel más alto desde marzo. Conforme a lo informado por la BCR, “la suba de la harina en el mercado internacional repercutió sobre los precios de exportación de Argentina, y el FOB para embarques desde el Up-River durante diciembre llegó a negociarse en USD 340 por tonelada, un 16% más que a comienzos del mes”.

“El aumento del precio de la harina mejoró el margen bruto de la industria dando impulso a la Pizarra Rosario, que volvió a la zona de los USD 340/t. Mientras tanto, el ritmo de comercialización interna logró romper la barrera de las 100.000 toneladas diarias, luego de la virtual paralización pre eleccionaria en las últimas dos semanas”, concluyeron.

Continue Reading

Economia

La tregua comercial entre EEUU y China fue limitada, pero benefició a la Argentina, dice un informe privado

Published

on

El acuerdo entre Washington y Pekín incluyó nuevas compras chinas de soja, aunque de volúmenes relativamente modestos. Aun así, el repunte de los precios internacionales de la harina de soja mejoró los márgenes de la industria argentina y reactivó operaciones en el mercado local

La reciente cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping, celebrada en Corea del Sur, generó fuertes expectativas en el mercado global de granos. El encuentro concluyó con el compromiso de China de comprar 12 millones de toneladas (Mt) de soja a Estados Unidos hasta enero, y de mantener un ritmo de 25 Mt anuales durante los próximos tres años. Sin embargo, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el volumen acordado fue considerado insuficiente por los operadores, ya que se ubica dentro del promedio histórico de compras del gigante asiático.

“Los 12 Mt de compras anunciados desde aquí hasta enero se encuentran en línea con los desembarcos habituales de soja americana en estos meses”, indicó la BCR. En los últimos diez años, el promedio fue de 16 Mt, con un máximo de 20 Mt en la campaña 2020/21 y un mínimo de 10 Mt en la 2023/24.

El documento destaca que Estados Unidos perdió las ventas correspondientes a los primeros dos meses de su campaña (septiembre y octubre), cuando habitualmente exporta cerca de 8 Mt a China. “Ello explica el sabor amargo que deja el acuerdo y la evolución que mostró el precio de referencia de la soja en Chicago”, señaló la entidad.

Impacto en los precios internacionales y en Argentina

Durante los días previos al encuentro bilateral, el optimismo llevó al precio de la soja en Chicago a superar los USD 400 por tonelada, su nivel más alto desde julio del año pasado. Sin embargo, tras conocerse el acuerdo, la cotización apenas avanzó 1% en la rueda del jueves, lo que reflejó la decepción del mercado.

El compromiso chino de mantener compras anuales de 25 Mt también fue inferior al promedio de la última década, cuando Estados Unidos embarcó unas 30 Mt por año con destino a China, salvo durante la primera guerra comercial. No obstante, el informe aclara que el país norteamericano “ha encontrado un crecimiento importante de su mercado interno, impulsado por la industria de biodiésel, que compensa parcialmente la menor participación en el mercado chino”.

La tregua, aunque acotada, repercutió de manera positiva en los derivados de la soja, particularmente en la harina de soja, que aumentó un 15% en octubre y alcanzó su mayor valor desde marzo. Según la BCR, “la suba de la harina en el mercado internacional repercutió sobre los precios de exportación de Argentina, y el FOB para embarques desde el Up-River durante diciembre llegó a negociarse en USD 340 por tonelada, un 16% más que a comienzos del mes”.

Este incremento mejoró el margen bruto de la industria aceitera argentina, lo que dio impulso a la Pizarra Rosario, que volvió a ubicarse en torno a los USD 340 por tonelada. En paralelo, el ritmo de comercialización interna superó las 100.000 toneladas diarias, luego de dos semanas de virtual parálisis en el período previo a las elecciones.

En síntesis, aunque el acuerdo entre Washington y Pekín no cumplió las expectativas globales, la Argentina se vio beneficiada de manera indirecta por el repunte de los precios internacionales de la harina de soja y por una mejora en los márgenes industriales locales.

Maíz: avance récord de siembra

El informe de la BCR también señala que al 31 de octubre se sembraron 3,59 millones de hectáreas de maíz temprano correspondientes a la campaña 2025/26, un máximo histórico. La entidad anticipa que el ciclo podría superar las 60 Mt de producción, siempre que las condiciones climáticas acompañen.

“Excelentes condiciones hídricas como hace años no se veían potenciaron la intención de siembra para este ciclo, y el avance del 35% a la fecha ya corre en máximos de siete años y resulta 11 puntos porcentuales superior al del año pasado”, detalla el reporte.

El análisis subraya que la expansión se concentró en variedades tempranas de maíz, que ofrecen un mayor potencial de rinde aunque con mayor variabilidad. Esta estrategia agronómica permitiría “compensar con kilos los flacos márgenes que se proyectan en la campaña”.

Con el cierre de octubre, la ventana de siembra temprana prácticamente concluyó, consolidando un nivel de implantación sin precedentes, según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).

Trigo: exportaciones en niveles históricos

El estudio de la BCR agrega que el mercado del trigo mantiene una “robustez destacada” en la segunda mitad de la campaña. Entre diciembre y octubre, las exportaciones totalizaron 11,2 Mt, un volumen 57% superior al del ciclo anterior y 12% por encima del promedio de los últimos ocho años.

Esta favorable dinámica se vincula con la competitividad del trigo argentino en el mercado internacional, gracias a precios FOB locales más bajos que los de sus competidores. De acuerdo con el informe, “los embarques de la segunda mitad de la cosecha (junio a octubre) son los segundos más altos del siglo, sólo superados por los de la campaña 2011/12”.

Continue Reading

TENDENCIAS

Copyright © E-GRUPOCLAN - PUERTO MADERO - ARGENTINA