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Economia

Los once errores no forzados detrás de la suba del dólar

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La lógica era clara: cuando existe un punto fijo en el horizonte con riesgo de correcciones en precios clave -como el tipo de cambio-, los agentes económicos buscan anticiparse para evitar pérdidas.

El gobierno llega al segundo semestre en una situación delicada. Ya en diciembre de 2024 advertíamos -contra el consenso de entonces- que podían surgir tensiones cambiarias y una desaceleración de la de actividad a partir de agosto. Esas tensiones, de hecho, se adelantaron.

 

La lógica era clara: cuando existe un punto fijo en el horizonte con riesgo de correcciones en precios clave -como el tipo de cambio-, los agentes económicos buscan anticiparse para evitar pérdidas. Por eso, señalábamos que era crucial que el gobierno lograra anclar expectativas mediante un tipo de cambio creíble y sostenible para noviembre, alineado con las metas del FMI (acumulación de reservas y corrección del déficit externo). En lugar de avanzar en esa dirección, el gobierno cometió una serie de errores no forzados.

Los Errores no forzados y el por qué

 

  1. Anuncio delirante sobre intervención cambiaria Plantear que solo se comprarían reservas en el piso de la banda es algo inviable, recesivo y que implicaba una dinámica deflacionaria permanente.
  2. Promesas irreales sobre Reservas y pesos Afirmar que habría USD 50.000 millones disponibles (el equivalente a dos bases monetarias) y que no existían pesos para ir al dólar, generando expectativas inconsistentes.
  3. Ningunear al FMI Minimizar el objetivo de acumulación de Reservas establecido en el Acuerdo y desestimar la posibilidad de intervenir en la banda mediante emisión no esterilizada, incumpliendo lo firmado una semana antes. No cumplir con el FMI es un lujo que se podrán dar por un tiempo (¿hasta las elecciones?) mientras el Departamento del Tesoro apoye (¿incondicionalmente?). Probablemente, las metas pos-elecciones va a ser muy distintas.
  4. Permitir una apreciación cambiaria transitoria No intervenir frente a una oferta excepcional de divisas (mayo-junio), dejando que el peso se aprecie innecesariamente y de forma temporal. Toda la super oferta alimento una demanda privada que aprovechó los dólares baratos.
  5. Desperdicio de “la bala de plata” fiscal Usar la baja de retenciones para forzar un dólar a $1100 durante unas pocas semanas implicó un sacrificio fiscal que afecta al superávit, sin beneficios duraderos en términos de acumulación de Reservas. Adicionalmente, el experimento mostró un gobierno que no pudo resistir la presión política del agro y finalmente debió convertir la baja transitoria, en definitiva.
  6. Comprar dólares caros por la inacción previa Al no acumular reservas cuando la oferta era abundante, el Tesoro debió comprarlos más caros al final de la cosecha. La oferta de dólares en el segundo semestre debería venir de un carry trade que tendrá una fuerte incertidumbre.
  7. Apuesta electoralista riesgosa Priorizar reducir algunos puntos de inflación por sobre la acumulación de Reservas genuinas, al costo de un mayor riesgo país y mayor incertidumbre cambiaria. Lo peor es que esa menor inflación podría volver recargada.
  8. Caótica transición monetaria La transición hacia una política monetaria basada en agregados monetarios (donde la tasa de interés debe ser endógena), eliminando las LEFI y promoviendo el uso de LECAPs por parte de los bancos, fue caótica. La descoordinación entre el BCRA y la Secretaría de Finanzas expuso improvisación y falta de claridad, con consecuencias negativas sobre el sistema financiero. Fue evidente la improvisación y la falta de claridad en la comunicación con los bancos. El BCRA debería haber planteado una política mixta en la transición para evitar excesos de volatilidad en la tasa.
  9. Fracaso en la política de crédito El intento de impulsar el crédito en dólares proponiendo un pseudo-blanqueo era importante para abastecer de dólares al mercado y repetir el éxito del blanqueo, pero fracasó y el impulso al crédito en pesos liberando liquidez derivó en caos de tasas ya citado, lo opuesto a lo necesario para que el crédito crezca.
  10. Conflictos políticos autoinfligidos El maltrato al Congreso erosiona el mayor activo político del gobierno (superávit fiscal), al negarse a negociar mínimos consensos legislativos. Termino teniendo que optar entre bajar retenciones o subir jubilaciones.
  11. Desprolijidad comunicacional Contradicciones constantes: “sobran reservas”, pero “hay que comprar dólares”, “explota todo si no hay leyes”, pero “no pasa nada si no se votan”, el punto Anker intermitente, etc. etc.

 

¿Por qué ocurren estos errores? La repetición sistemática de errores no forzados refleja una estructura decisional consolidada en el gobierno que dista de ser la óptima. Muchos de estos desaciertos surgen de convicciones personales muy firmes del propio Milei, que luego el equipo económico intenta racionalizar y aplicar de la mejor manera posible. Otros errores derivan de la fe excesiva del equipo en que siempre aparecerá alguna martingala financiera capaz de domesticar la dinámica macroeconómica subyacente -una lógica ya vista durante la gestión de Macri.

 

A esto se suma, como advirtió un reconocido banquero, que se trata de un esquema de “one man show”, tanto en la conducción económica como política, lo cual incrementa la incertidumbre entre los actores del establishment.

 

 

 

Mas allá de octubre

 

En el segundo semestre, el gobierno afronta grandes desafíos.

 

El consumo se vuelve cada vez más dicotómico. Un cuarto de la población mantiene un ritmo de gasto dinámico, principalmente orientado a bienes externos como importaciones y turismo, aprovechando el dólar barato tanto para consumir como para dolarizarse. El resto, en cambio, sufre una caída del ingreso real (aún más evidente con una canasta realista), recurre al financiamiento en cuotas para pagar el supermercado y empieza a ajustar sus gastos. En julio, el medio aguinaldo alivió algo la situación, pero en agosto este contraste se hará mucho más visible.

 

La economía se enfría del lado de la producción local de bienes y servicios. Varios de los sectores que crecen en 2025 -finanzas, agro, hoteles, enseñanza- lo hacen por factores puntuales o irrepetibles, sin reflejar un dinamismo genuino. El promedio anual oculta una desaceleración clara que la sociedad empezará a percibir en forma de estancamiento productivo y mayor desempleo.

 

Las medidas del gobierno, como la reducción de retenciones, agravan este escenario al tener un impacto redistributivo regresivo en el corto plazo.

En el segundo semestre, el gobierno afronta grandes desafíos. Más allá de que el FMI haya hecho la vista gorda en este desembolso y postergue metas de Reservas -por pedido del Treasury-, el frente cambiario y externo se consolida como el principal foco de desequilibrio, con capacidad de condicionar al resto de la economía.

 

Además, el crédito -que venía funcionando como un motor clave del consumo- empieza a perder fuerza por tres razones: 1) tasas más altas encarecen el financiamiento, 2) los clientes más solventes ya fueron captados, 3) la morosidad va en aumento y se requiere prudencia en la cartera nueva.

 

Más allá de que el FMI haya hecho la vista gorda en este desembolso y postergue metas de Reservas -por pedido del Treasury-, el frente cambiario y externo se consolida como el principal foco de desequilibrio, con capacidad de condicionar al resto de la economía.

 

El mercado ya empieza a advertirlo: el déficit de cuenta corriente se amplía rápidamente (pasó de +1% en 2024 a una proyección de -2,5% del PIB en 2025), el gasto en turismo e importaciones sigue en aumento, y la compra de dólares por parte de personas humanas -sin cepo- alcanza niveles récord. Todo indica que, ya sea por exigencia del FMI en la segunda revisión, o por la presión de las condiciones de mercado, una corrección será inevitable.

 

 

 

Preguntas clave y políticas para manejar la transición

 

De aquí a octubre, las preguntas claves de cara al escenario post-electoral son:

 

· ¿Cuál será el ajuste del tipo de cambio necesario para cumplir con el FMI, corregir el déficit de cuenta corriente y acumular reservas genuinas en línea con los compromisos del Acuerdo?

 

· ¿La corrección cambiaria que podría exigir el FMI será inmediata (como en 2023) o se intentará dosificar gradualmente? ¿Seguirá la misma banda cambiaria?

 

· ¿Cuántos dólares de las reservas disponibles podrá utilizar efectivamente el gobierno para defender el tipo de cambio ante eventuales tensiones?

 

· ¿Cuánto poder legislativo tendrá el gobierno para imponer las reformas laboral, jubilatoria y tributaria?

 

Salvo que aparezca un “conejo en la galera”, la estrategia seguirá descansando en una tasa de interés real muy positiva como principal ancla para evitar un salto desde el peso al dólar.

 

 

 

¿Sirve la tasa de interés para corregir expectativas de un salto cambiario?

 

La respuesta es: depende del contexto. La tasa puede ser útil para sostener la demanda de pesos y moderar tensiones cambiarias cuando el horizonte es incierto y el riesgo devaluatorio parece lejano. En escenarios difusos, puede ayudar a postergar decisiones de cobertura.

 

Sin embargo, cuando existe un punto fijo en el tiempo -como una elección con alta probabilidad de devaluación inmediata- la tasa pierde efectividad. Una tasa elevada a corto plazo (2 o 3 meses) no compensa el riesgo de un salto del 20 o 30% en el tipo de cambio. En ese caso, los agentes se anticipan y desarman posiciones en pesos.

Los errores no forzados transformaron lo que debería haber sido el mejor trimestre del año -y la base para llegar con solidez a las elecciones- en un camino incierto y lleno de interrogantes. El gobierno hará el camino a octubre colgado del travesaño y pidiendo la hora.

 

El resultado es doblemente negativo: la tasa deja de anclar expectativas y comienza a convalidarlas, mientras que los intereses pagados implican más emisión, más presión sobre el dólar y mayor carga de deuda para el Tesoro, deteriorando el resultado financiero. En suma, tasa muy alta deteriora el superávit financiero, reduce la recaudación y el superávit primario y, si dura mucho, es no creíble.

 

Algo similar ocurre con la intervención en el mercado de futuros, cuya utilidad también se reduce ante eventos críticos, como lo demuestra años de experiencia reciente.

 

En resumen, los errores no forzados transformaron lo que debería haber sido el mejor trimestre del año -y la base para llegar con solidez a las elecciones- en un camino incierto y lleno de interrogantes. El gobierno hará el camino a octubre colgado del travesaño y pidiendo la hora.

 

Como advertíamos ya en diciembre, el gobierno busca replicar en 2025 el éxito electoral del PRO en 2017. Pero conviene recordar que, incluso tras aquel triunfo rotundo, las inconsistencias macroeconómicas igualmente afloraron y terminaron derivando en la crisis de 2018-19.

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Las tasas astronómicas de Quirno no lograron frenar el dólar que batió otro récord

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El dólar llegó subió 25 pesos en un día y se ubicó en 1325 pesos, pese a que un día antes la Secretaría de Finanzas convalidó tasas del 65%.

La decisión de Pablo Quirno de convalidar tasas que duplican la inflación para que el mercado se quede en los pesos, se trasladó al dólar, que este miércoles trepó a los $1.325 con una impactante suba del 1,92%.

“Ayer, el Tesoro convalidó tasas del 65%, hoy el dólar subió otro 2%. Horrible señal”, posteó el experto financiero Christian Buteler, sintetizando el malhumor que reina en la City porteña.

“Se va el dólar… Ok, subimos tasa pagando repo al 50% y ponemos un paredón vendiendo en Rofex (mercado de futuros) julio 10 mangos abajo. Resultado: se rompió toda la curva de pesos, perdieron credibilidad y el dólar se les fue igual. Moraleja: qué parecido al paredón de 5 billones de Sturzenegger en 2018”, graficó otro operador consultado.

Los bancos se impusieron a Milei: Economía tuvo que ofrecer tasas del 65% para que le renueven la deuda

El economista Germán Fermo, exponente del manual económico liberal observó “a la luz de lo que está pasando con las tasas en pesos en la parte corta de la curva, y con el dólar mostrando presión creciente, me vuelvo a preguntar si la eliminación de las LEFIs en este tiempo electoral fue oportuna”.

Ayer, el Tesoro convalidó tasas del 65%, hoy el dólar subió otro 2%. Horrible señal.

En efecto, el equipo económico no logra reponerse de la mala praxis que fue el desarme de las Lefis, que dejaron sueltos 10 billones que se fueron al dólar. Luego de cometer ese error, lejos de hacer autocrítica, Javier MIlei, Toto Caputo y Santiago Bausili le echaron la culpa a los bancos a los que hasta acusaron del golpistas -al mejor estilo alfonsinista- y lo único que lograron fue agravar la desconfianza del mercado, que pese a las tasas ofrecidas por Quirno en la renovación de deuda de este jueves dejaron un cuarto de los 12 billones sin cubrir.

Quirno intentó maquillar ese mal resultado, argumentando que estaba “en línea con el aumento de la demanda de liquidez por el incremento de encajes” dispuesto por el Banco Central para los próximos días.

“El roll over de hoy tiene en cuenta el aumento de de demanda de liquidez por el aumento de encajes anunciado por el BCRA. Nuestro mandato es claro, no queremos que sobren pesos excedentes en el mercado y tenemos una política monetaria muy restrictiva donde la tasa se determina de manera endógena. No vamos a liberar liquidez para que bajen las tasas”, posteó el Secretario de Finanzas.

Lleva un mes el nuevo esquema cambiario y la oposición todavía no descubrió que la forma de acusar al Gobierno de manipular el dólar es criticando el nivel de las tasas de interés.

Según Quirno los pesos que faltaron para renovar deuda se explican porque ahora los bancos tienen que inmovilizar más plata en el BCRA. El problema es que eso no es “mayor demanda de liquidez”, sino menos pesos circulando: subir encajes seca el mercado. Y si encima se admite que no se liberará liquidez “para que bajen las tasas”, se está confesando que la propia política monetaria le pisa la manguera de financiamiento al Tesoro.

En resumen: primero drenaron pesos, después se quejaron de que no había pesos para colocar deuda, y cerraron diciendo que la tasa es “endógena”. Un poco como decir que la lluvia es un fenómeno natural mientras estás con la manguera abierta apuntando al techo.

Federico Machado lo explicó mejor: “Lleva un mes el nuevo esquema cambiario y la oposición todavía no descubrió que la forma de acusar al Gobierno de manipular el dólar es criticando el nivel de las tasas de interés”.

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Economia

Jornada financiera: el dólar minorista terminó en $1.325 y le puso freno al rebote de acciones y bonos

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El tipo de cambio mayorista anotó un récord de $1.315 tras la licitación de bonos del Tesoro. El S&P Merval subió un marginal 0,1% y los títulos públicos cayeron 0,2%

Se rompió la “tregua” con el dólar, que de la mano de una intensa demanda quebró la barrera de los 1.300 pesos en todas las franjas del mercado, un límite que tanto el Banco Central como el Tesoro procuraron defender a través de una batería de instrumentos financieros: licitación de bonos en pesos, ventas de contratos futuros, colocación de Pases pasivos y, a partir del 1 de agosto, una suba de encajes.

Las altas tasas de interés en pesos que convalidó el Tesoro en la última licitación de bonos no fueron suficientes para ponerle un freno a la inercia alcista que tomó el dólar en las últimas seis semanas, donde la búsqueda de cobertura comenzó a imponerse a las rentabilidades del carry trade.

En la colocación de Lecap, Boncap, Boncer y dollar linked del martes el Ministerio de Economía llegó a tomar fondos a una tasa efectiva anual del 65%, más del doble que la inflación esperada para los próximos doce meses. Pero, a la vez, se decidió no renovar todos los vencimientos -por un total de 11,8 billones-, solo un 76%, resultado que liberó al mercado 2,8 billones de pesos.

Mayor liquidez, demanda por cobertura en la previa electoral, y tasas altas que el mercado observa muy difícil sostener en el tiempo le dieron en lo inmediato un impulso extra al dólar.

El dólar mayorista avanzó 24 pesos o 1,9%, a $1.315 para la venta, un nuevo récord nominal, en una rueda con negocios por USD 404,2 millones en el segmento de contado. “Una demanda muy entonada le hizo alcanzar al dólar mayorista nuevos máximos históricos”, describió Gustavo Quintana, agente de PR Corredores de Cambio.

Dadas las subas generalizadas para el dólar en los distintos segmentos del mercado, la tendencia se ratificó en el dólar al público, que avanzó 25 pesos o 1,9% en el día, a $1.325 para la venta en el Banco Nación. El dólar minorista anota una suba de 9,1% en julio.

El Banco Central informó que en el promedio de entidades financieras el dólar al público quedó negociado a $1.325,63 para la venta (alza de 20,58 pesos o un 1,6%) y a $1.280,50 para la compra.

El dólar blue se sostuvo en $1.320 y ahora quedó alineado con el resto de las cotizaciones.

Las subas por encima de los 1.300 pesos también se observaron en los dólares financieros, que avanzaron más de 30 pesos, en un rango de 2,3 a 2,6 por ciento. El “contado con liqui” mediante bonos terminó a $1.318,77, en lo más alto desde el 11 de abril.

Los contratos de dólar futuro exhibieron subas generalizadas entre 1% y 1,7%, según datos de la plataforma A3 Mercados. Las posturas más negociadas, para fin de julio -este jueves- quedaron a $1.307,50, con suba de 20,50 pesos o 1,6%. Los contratos para fin de agosto quedaron a $1.348,50 (suba de 22 pesos o 1,7%), mientras que para el cierre de octubre -pasadas las elecciones- alcanzaron los $1.428 (+1,5%), aún por debajo del techo de la banda de libre flotación.

En futuros -negocios en pesos atados a la evolución del tipo de cambio oficial- alcanzaron el equivalente a USD 1.391,5 millones, que elevaron el interés abierto a USD 7.180,9 millones, nuevo máximo en la administración de Javier Milei, que sugiere la intervención oficial con ventas de contratos.

Las reservas internacionales brutas del Banco Central restaron USD 480 millones o 1,2%, a USD 40.761 millones. Fuentes del BCRA explicaron a Infobae que “este descenso de reservas se debe a dos motivos: unos USD 100 millones bajan por la variación de cotizaciones de activos, y el resto, por los movimientos habituales de fin de mes que se recuperan los primeros días hábiles”, dado que los bancos retiran encajes para cumplir con los límites de posición global neta de moneda extranjera en cartera propia.

La referencia de la tasa de cauciones -préstamos entre privados- demarcaba un rendimiento de 27,5% nominal anual para un día de plazo, mientras que en operaciones a siete días alcanzaba el 35 por ciento.

Alza marginal para la Bolsa

El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ganó un mínimo 0,1% en pesos, en los 2.306.756 puntos, para extender a seis sesiones operativas la reciente racha ganadora.

No obstante, la suba del dólar consumió la tendencia positiva medida en “moneda dura” como lo confirmaron las caídas de los ADR y acciones de empresas argentinas en Wall Street, encabezadas por Cresud (-4%) Edenor (-3,5%).

Fuente: Rava Bursátil-precios en dólares.Fuente: Rava Bursátil-precios en dólares.

Los bonos soberanos en dólares -Globales y Bonares-operaron con una caída promedio de 0,2%, con un riesgo país aún por encima de los 700 puntos básicos.

“Sigue el desafío de encontrar un punto de equilibrio entre la tasa en pesos de corto plazo y el tipo de cambio. El BCRA volvió a aparecer en la rueda de Pases buscando quitarle volatilidad a la tasa de interés de corto plazo. El problema de esa volatilidad es que promueve acortar duration. Eso complica el escenario ante un tesoro que necesita rollear vencimientos en pesos”, indicó un informe de MegaQM.

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Aumenta el transporte público en CABA: el boleto de subte superará los $1000 a partir de agosto

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Conocé todos los detalles del nuevo ajuste, que involucra colectivos, subtes, peajes y premetro.

Desde el 1° de agosto, el boleto de los transportes públicos y el precio de los peajes en las autopistas volverán a aumentar. El ajuste responde al mecanismo de actualización mensual que se calcula en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de junio, con un incremento adicional del 2%.

De esta forma, desde el viernes las tarifas subirán un 3,6%. El boleto del subte superará por primera vez los $1000 y pasará a costar $1031, mientras que el mínimo de los colectivos se ajustará de $488,70 a $506,39.

En cuanto a los peajes, en hora pico los autos pagarán $4191,32 en la autopista Perito Moreno y $1742,49 en la 25 de Mayo. En horario no pico, los valores descenderán a $2957,54 y $1232,19, respectivamente.

Las nuevas tarifas en CABA

Colectivos gestionados por el Gobierno porteño

  • 0 a 3 km: $506,39;
  • 3 a 6 km: $564,12;
  • 6 a 12 km: $607,58;
  • 12 a 27 km: $651,08.

Subtes

  • 1 a 20 viajes mensuales: $1031 ($1639,29 con SUBE no registrada);
  • 21 a 30 viajes mensuales: $824,80 ($1311,43 con SUBE no registrada);
  • 31 a 40 viajes mensuales: $721,70 ($1147,50 con SUBE no registrada);
  • 41 o más viajes mensuales: $648,60 ($983,57 con SUBE no registrada).

Premetro

  • $360,85 ($573,75 con SUBE no registrada).
El aumento del transporte será del 3,6%, según el Índice de Precios al Consumidor. (Foto: NA).
El aumento del transporte será del 3,6%, según el Índice de Precios al Consumidor. (Foto: NA).

Según datos oficiales, la Ciudad cubre el 70% de los subsidios en colectivos y el 76,3% en el subte. El argumento para las subas es “recomponer el atraso de la tarifa” y sostener la operación del sistema.

El Ejecutivo porteño sostiene que, además de los costos, la actualización de tarifas acompaña un proceso de modernización en más de 1.600 colectivos. Se sumaron validadores multipago (que aceptan tarjetas de crédito, débito, SUBE y celulares), cámaras de seguridad mejoras en los recorridos.

La Ciudad también apuesta a la renovación de la flota y la migración a energías limpias. Desde enero de 2027, será obligatorio que cada colectivo nuevo que reemplace a uno a gasoil sea impulsado por energías limpias. Se espera que para 2026, al menos el 15% de la flota sea eléctrica o a gas, y para 2027 ese porcentaje suba al 30%.

Actualmente, de los 1611 colectivos que circulan en la Ciudad, 777 tienen hasta 5 años y 693 entre 8 y 10. El objetivo oficial es bajar la antigüedad promedio de la flota de 6,5 a 4,5 años.

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