Un récord de posiciones abiertas revela la magnitud de la búsqueda de protección tras el accidentado fin de las LEFI. La intervención cambiaria del BCRA tiene en los futuros a su principal herramienta en el nuevo esquema económico
El mercado de futuros de dólar alcanzó en las últimas jornadas una marca inédita para la administración de Javier Milei. El interés abierto -la cantidad de posiciones abiertas en esa plaza- creció hasta superar los 6,5 millones de contratos, un reflejo de la inquietud por la volatilidad cambiaria y el rol más activo del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en este segmento, en medio de un mercado todavía agitado tras el accidentado fin de las LEFI que sacudió al dólar oficial.
Según un análisis de Outlier, la “fuerte presencia oficial” se hizo sentir otra vez en el mercado de futuros durante la primera quincena de julio. Ayer, el segmento spot se ubicó en $1.256,50, una baja de 1,45% y el nivel más bajo desde finales de junio, empujado por intervenciones a través de futuros y operaciones puntuales de volumen relevante. La consultora remarcó: “La disminución de operatoria no se vio reflejada en el mercado de futuros que operó casi el doble que el lunes, dejando en evidencia la fuerte presencia oficial que buscó bajar el spot por esta vía”.
El reporte diario de Max Capital, por su parte, subrayó que “la posición abierta en ROFEX/MATBA aumentó casi USD 2.000 millones en julio”, ubicando la posición vendida oficial en niveles inéditos. En mayo, el BCRA reportó una posición short en futuros de USD 1.940 millones. La información oficial publicada hoy confirmó una baja de ese stock a USD 1.909 millones a fines de junio, lo que mostró una relajación temporal en la intervención sobre este mercado. Sin embargo, la calma que marcó ese dato no se sostuvo en julio, período en el que los saltos en el interés abierto y el volumen operado volvieron a escalar.
El interés abierto en futuros de dólar superó los 6,5 millones de contratos, un registro sin equivalentes desde el cambio de Gobierno
El informe detalló que la presión mayor se concentró en la posición agosto, que sumó 332.018 nuevos contratos, mientras que en julio se cerraron 62.994 posiciones. Así, el interés abierto total tocó los 6.595.220 contratos.
La dinámica obedeció en parte a los cambios en el marco regulatorio y operativo. Gabriel Caamaño, economista de Outlier, dijo a Infobae: “Hay más intervención. Cambió el esquema, cambiaron los instrumentos con los que dispone el BCRA para intervenir. Antes tenía CEPO e intervenía con ventas en MEP y en contado con liquidación (CCL), y Futuro prácticamente no lo usaba porque el mercado era más chico, no estaba unificado y demás, entonces las referencias eran más en MEP y en CCL y directamente intervenía ahí. Ahora con el mercado unificado y sin poder vender adentro de la banda, los futuros tienen mucha más relevancia y entonces los usa de forma mucho más intensiva”.
Caamaño remarcó que “cambió el juego, ahora es otro esquema, son otras reglas, es otro mercado porque está unificado, entonces ahora usa otras herramientas, usa futuros. Intervención adentro de la banda la tiene vedada por el acuerdo con el fondo, no puede vender spot adentro de la banda, entonces eso no lo hace. Probablemente si pudieran hacerlo harían eso y no venderían tanto futuro”.
Tras informar USD 1.909 millones a fin de junio, la posición short del BCRA aparenta estar creciendo en julio. El dato oficial se conocerá dentro de un mes (Reuters)
Por otra parte, un análisis de 1816 también resaltó la renovada presencia oficial en futuros. “El spot cayó más de 1% ayer, con el BCRA aparentemente acelerando su intervención en futuros (el interés abierto en A3 creció otros USD 291 millones)”, planteó el análisis diario. La consultora estimó que el BCRA ya se encontraba con una posición short en torno a USD 4.000 millones en futuros, a pesar de que la información oficial de fines de junio mostró una cifra sensiblemente menor, en línea con la moderación de la intervención vista durante ese mes. El dato de julio sugiere que, tras el quiebre en la calma aportada por el cierre de las LEFI, el BCRA volvió a actuar con fuerza en los mercados derivados.
Martin Przybylski, de One618 explicó a Infobae que “el interés abierto viene subiendo entre 200 y 300 millones por día y esto podría estar explicado por ventas del BCRA en los contratos más cortos. La demanda puede haber venido de bancos comprando futuros y vendiendo Spot dado que las tasas implícitas en los contratos cortos estaban muy por debajo de las tasas de lecaps”.
La decisión de intervenir a través de los futuros no es excluyente, según Przybylski. “No es la única herramienta que tienen; bien podría intervenir en el mercado secundario de Lecap comprando títulos, aunque esto sería a costa de emitir pesos, algo que creo que igualmente sucederá en la próxima licitación, en la que no se espera que el rollover sea del 100%”.
La estrategia de intervención desplaza el foco desde los antiguos instrumentos (venta directa en spot, intervención en MEP y CCL) hacia un uso mucho más sistemático y profundo del mercado de futuros, allí donde el nuevo marco regulatorio lo permite. El acuerdo con el FMI sumó restricciones para operar dentro de la banda, por lo que el Central volcó su potencia de fuego a los derivados.
La combinación de tasas reales altas en pesos, intervenciones en futuros y segmentación de la operatoria local delinean un escenario con cobertura récord por dólar futuro y un mapa cambiario en transición tras el accidentado fin de las LEFI.
Horacio Marin dijo que vendió la empresa que da ganancias, para usar los dólares en sostener el derrumbe del precio del barril.
El presidente de YPF, Horacio Marin, dio sus razones para justificar la escandalosa venta de Profertil, una operación en la que se mezclan funcionarios del área energética como Daniel González y millonarios de las cripto.
Marin, que el año pasado había afirmado que no pensaba vender Profertil porque era una máquina de generar ganancias, ahora dijo que aceptó hacerlo porque “ofrecieron un buen precio” y con los USD 600 millones de la operación, reeditará una suerte de barril criollo para sostener la caída del precio del Brent, que perforó los USD 60 este martes.
En efecto, días atrás YPF se desprendió de su participación en Profertil, la empresa argentina líder en la producción de fertilizantes, especialmente urea, un insumo hoy en alta demanda global. La operación no fue menor: Adecoagro, empresa en la que era directivo Daniel González y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) compraron la participación de YPF por aproximadamente USD 635 millones, lo que se sumó a la compra previa de la parte que pertenecía a la multinacional canadiense Nutrien, por unos USD 600 millones. El valor total de la reconfiguración accionaria de Profertil ronda los US$ 1.200 millones.
YPF le vendió el 50% de Profertil a Adecoagro, empresa vinculada a la mano derecha de Caputo
La salida de Nutrien, uno de los mayores jugadores globales en fertilizantes, marcó un nuevo hitó en la salida de inversión extranjera – que el gobierno de Milei llevo a niveles negativos récord, con salida neta de capitales- en un segmento donde Argentina tiene ventajas comparativas claras: gas abundante, industrias localizadas y una demanda agrícola constante.
Pese a que yo dije que Profertil no la iba a vender porque es rentable, recibimos una oferta muy superadora y por eso decidimos aprovechar el momento para no frenar la producción en 2026. Ya en 2027 se espera que el crudo suba su valor.
Lo llamativo, para quienes siguen de cerca la estrategia de YPF, es que Marín venía defendiendo a Profertil como una empresa exportadora y “superavitaria”, a pesar de “ser incongruente” con el objetivo excluyente: desarrollar Vaca Muerta. Hasta hace unos días, Marin decía que aunque Profertil fuera ajena al core de petróleo y gas, aportaba caja y resultados positivos.
Los números lo confirman: la planta en Bahía Blanca produce alrededor de 1,3 millones de toneladas de urea al año y 790.000 de amoníaco, abasteciendo cerca del 60 % del consumo nacional y generando divisas vía exportaciones.
Sin embargo, Marín explicó la decisión de venta bajo otra lógica: “amotiguar la caída del precio del petróleo”, tras semanas en que el barril Brent perforó los USD 60 el barril, un umbral que encendió alarmas en productores y operadores del sector, y que según dirigentes de YPF justificó priorizar la liquidez para el negocio energético.
“Pese a que yo dije que Profertil no la iba a vender porque es rentable, recibimos una oferta muy superadora y por eso decidimos aprovechar el momento para no frentar la producción en 2026. Ya en 2027 se espera que el crudo suba su valor”, detalló Marin.
La venta de Profertil es un error estratégico, es como tirar por la borda dólares que entraban para amortiguar la baja del crudo durante solo un año y luego hipotecar la producción de fertilizantes hasta 2030.
En la industria coinciden que la decisión fue un error estratégico. “Es como tirar por la borda dólares que entraban de Profertil para amortiguar la baja del crudo durante solo un año y luego hipotecar la producción de fertilizantes hasta 2030. Marin se fumó Profertil”, ironizó un referente del sector. “Marin es una maquinita de tomar malas decisiones, incluso en función de sus propios objetivos. Por algo lo abandonaron Petronas y de Shell”, agregó el directivo de una petrolera.
“Profertil era mucho más que una línea contable: era una fábrica estratégica. Desprenderse de ello para deal with oil prices suena, en el mejor de los casos, a priorizar el corto plazo sobre un flujo de beneficios tangibles”, afirmó otra de las fuentes consultadas.
La jugada ahora deja a Adecoagro como principal controlador 90 % y a la ACA con el 10 % restante de Profertil, consolidando un actor nacional fuerte en el corazón del negocio de fertilizantes. El trasfondo incluye la entrada de capitales vinculados al universo cripto en Adecoagro, que aportan otra capa de complejidad oportunista a una industria tradicionalmente estable, tal como reveló LPO.
El nivel de morosidad marcó un nuevo récord histórico del 7%. Ante la fragilidad del sistema, el Central estudia un retoque metodológico para dibujar el número, como hizo Lavagna en el Indec para disfrazar la recesión.
Lejos de los flashes, el Banco Central empezó a analizar un cambio en la fórmula con la que se mide la morosidad del sistema financiero. El objetivo es claro: esconder, en los números, la creciente fragilidad de los bancos. No es una novedad en la Argentina. Cuando los datos empiezan a incomodar, la tentación de manipular el termómetro vuelve a escena.
Marco Lavagna lo hizo semanas atrás para que la estadísticas oficiales no marquen recesión y sigue sin actualizar la canasta de inflación, para que el índice de precios no le de más alto que el alto 2,5% que marcó en noviembre.
El disparador es un dato imposible de maquillar del todo. La morosidad total del sistema financiero argentino ya ronda el 7%. Detrás del promedio se esconde una dinámica inquietante.
Sin consumo no hay Paraíso
La morosidad en los préstamos bancarios otorgados a personas físicas alcanzó el 10,1% de la cartera, el nivel más alto de la última década. En el caso de los préstamos a empresas, la irregularidad descendió a 5,6%. La información surge de un informe de la consultora Curat, Martínez Larrea & Asociados (CML&A) en base a datos oficiales.
Podés cambiar cómo medís la mora, pero no podés cambiar que la gente no llega a fin de mes.
El proceso ya golpea los balances de los principales bancos. Galicia aparece como el más afectado. El resto del sistema tampoco zafa. Santander, BBVA y Supervielle presentaron balances atravesados por la misma lógica: márgenes presionados, provisiones en alza y ganancias que se achican.
“Podés cambiar cómo medís la mora, pero no podés cambiar que la gente no llega a fin de mes”, dijo a LPO un banquero y explicó “cuando la mora sube, los balances se tensan, el maquillaje estadístico tiene patas cortas. Con la morosidad en máximos, los balances hundidos y las reservas en rojo, la pregunta es hasta dónde pueden estirarse”.
Argentina tiene que pagar USD 57.000 millones de deuda en el próximo año y medio
El volumen de morosidad es tan grande que enciende alertas. La experiencia histórica argentina muestra que los modelos que se apoyan en financiamiento externo suelen terminar en crisis de deuda que se transmiten por el sistema financiero.
En ese sentido, ordenar expectativas resulta crucial. Porque al menor indicio de desconfianza, los depósitos buscan la salida. El punto técnico es brutal: buena parte de esa plata no está disponible en forma líquida. Y las reservas negativas funcionan como telón de fondo de esa fragilidad. Según cálculos de LCG basados en la metodología del FMI, el rojo alcanza los USD 17.900 millones. En términos simples, implica que se usaron depósitos para sostener el esquema. Martín Redrado ya advirtió, desde la Fundación Capital, sobre un descalce de monedas que tarde o temprano pasa factura.
En ese marco aparece la jugada del Banco Central. Hoy la morosidad se mide como el ratio de cartera improductiva sobre cartera bruta: los créditos en atraso divididos por el total de préstamos. El BCRA clasifica a los deudores según la severidad del atraso, de 31 a 90 días o más de 90, para evaluar la calidad de los activos y la salud del sistema. El cambio que se analiza apunta a suavizar ese indicador.
Un retoque metodológico que recuerda a otros movimientos recientes: la revisión de la medición de la actividad para esquivar la palabra recesión o la demora en actualizar la canasta que mide el IPC. El dibujo contable como herramienta para ganar tiempo.
Desde el sector empresarial plantearon que el esquema de multas propuesto en el proyecto de ley “es excesivo”. “Podría generar un fuerte impacto en las empresas”, señalaron.
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) analizó el proyecto de ley “Régimen Penal Tributario y Procedimiento Tributario”, conocido como “inocencia fiscal” y expresó su preocupación por los cambios tributarios que contempla la iniciativa.
La entidad que preside Natalio Mario Grinman respaldó la reducción de impuestos y la simplificación del sistema tributario que impulsa el proyecto, pero alertó que el esquema de multas propuesto es excesivo y podría generar un fuerte impacto sobre las empresas.
El texto oficial que envió el presidente Javier Milei al Congreso el pasado 9 de diciembre promete modificar el sistema tributario.
La CAC reconoció la necesidad de actualizar los montos de las sanciones, pero sostuvo: “Los valores propuestos para la Ley N° 11.683 resultan excesivos y pueden llevar a numerosas empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, a sufrir importantes quebrantos”.
La Cámara de Comercio advirtió por el impacto de las nuevas multas tributarias que propone la reforma laboral (Foto: NA – Daniel Vides)
Ante este escenario, la entidad recomendó avanzar hacia un sistema de multas escalonado, “suficientemente punitivo y disuasivo” para cada tipo de contribuyente, pero “sin provocar daños desmedidos” en su estructura económica y financiera.
“Se propone modificar el sistema de multas planteado por uno escalar, en particular para las infracciones formales, que permita que el monto de las sanciones se adecue al tipo de contribuyente considerando su capacidad económica presunta”, señaló la CAC en un comunicado.
Reforma del régimen Penal Tributario: qué dice el proyecto
El proyecto, conocido como “inocencia fiscal”, es una iniciativa que apunta a redefinir la relación entre el Estado y los contribuyentes.
El objetivo central es simplificar los procesos impositivos, bajar la conflictividad judicial y promover la regularización voluntaria de los contribuyentes, en especial de aquellos que tienen dólares fuera del sistema financiero.
En la práctica, el esquema les permitiría reingresar esos fondos sin multas ni sanciones penales.
Reforma del régimen Penal Tributario: qué dice el proyecto (Foto: Adobe Stock)
La iniciativa introduce tres grandes reformas: en el procedimiento, en el régimen penal tributario y en las declaraciones impositivas.
Con respecto al régimen penal tributario, la propuesta actualiza los montos que determinan los delitos fiscales, hoy desactualizados.
Por ejemplo, el piso para la evasión simple subirá de $1,5 millones a $100 millones, y para la evasión agravada de $15 millones a $1.000 millones.
También se incorpora un mecanismo que permite extinguir la acción penal si el contribuyente cancela la deuda e intereses antes de que se formule la denuncia.
Si el proceso ya se inició, podrá cerrarlo con el pago total más un 50% adicional dentro de los 30 días. Esta posibilidad solo podrá usarse una vez por persona o empresa.